Evolución Histórica de la Ciudadanía y el Estado de Bienestar
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La Ciudadanía en la Época Moderna
Con el Renacimiento asistimos a la consolidación de una nueva forma de organización política: hablamos del Estado Moderno. Este supone la subordinación de las diversas instancias de poder existentes a una única autoridad suprema, la del rey. En consecuencia, se establece un vínculo directo entre el individuo y el Estado. Ahora, el ciudadano es el súbdito que debe obediencia al Estado y que recibe de él protección y ayuda. Es decir, un sujeto con derechos y deberes, es lo que caracteriza este nuevo concepto de ciudadanía. ¿Qué clase de ciudadanía es esta que no permite ningún tipo de participación política y que se reduce a una larga lista de obligaciones? Una cosa está clara: la monarquía absoluta no es compatible con un estado de ciudadanía.
La Revolución Americana y Francesa
Las ideas ilustradas tuvieron una influencia decisiva en los cambios sociales y políticos que se produjeron a lo largo del siglo XVIII, sobre todo en las Revoluciones Americana y Francesa. A pesar de sus innegables sombras e imperfecciones, las revoluciones liberales del siglo XVIII, con sus declaraciones de derechos y su defensa de la soberanía popular, contribuyeron de forma decisiva a la consolidación de un ideal de ciudadanía que ha perdurado hasta nuestros días.
El Estado del Bienestar o el Estado Social
Ser ciudadano no significa únicamente igualdad ante la ley (Estado de Derecho) y participación activa en el gobierno por medio del derecho de voto (Estado Democrático), sino también disponer de unas condiciones económicas y sociales que permitan el ejercicio de los derechos civiles y políticos. Así, el Estado social y democrático de derecho, que incorpora a los valores de libertad e igualdad el de la equidad. Si todos somos ciudadanos, debemos gozar de iguales oportunidades para acceder a los bienes sociales. Este Estado social solo se ha realizado en algunos países avanzados (sobre todo en la Europa Occidental) bajo la forma conocida como Estado de Bienestar. Este modelo se basa en la existencia de un fuerte sector público que garantiza el acceso universal y gratuito a la educación y a la sanidad, así como las pensiones y las prestaciones por paro o enfermedad. La cultura también se considera un pilar fundamental.
Críticas al Estado del Bienestar
- Demasiado intervencionista: Se argumenta que el Estado del Bienestar interviene excesivamente en la economía y la vida de los ciudadanos.
- Insostenible por su elevado coste: Su mantenimiento implica un gasto público considerable, lo que genera dudas sobre su viabilidad a largo plazo.
- Crisis a finales del siglo XX: A finales del siglo veinte, este Estado ha entrado en crisis debido a la globalización económica, lo que se atribuye a dos factores principales:
- La liberación de los mercados y los capitales, así como la deslocalización de empresas.
- El envejecimiento progresivo de la población en los países desarrollados, con el consiguiente aumento de personas que requieren prestaciones sociales.