Evolución del Feminismo en Gran Bretaña y España: Sufragismo, Socialismo y Derechos Civiles

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El Movimiento Sufragista en Gran Bretaña

El feminismo en Gran Bretaña se desarrolló con fuerza, aunque dividido en dos tendencias principales:

H3: La Tendencia Moderada: Las Sufragistas

Millicent Fawcett encabezó a las sufragistas moderadas, agrupadas en la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino (National Union of Women's Suffrage Societies - NUWSS). Esta asociación se dedicaba principalmente a la propaganda política y a la persuasión mediante métodos legales y pacíficos.

H3: La Tendencia Radical: Las Suffragettes

Ante la ausencia de resultados significativos por parte de las moderadas, se creó la Unión Social y Política de las Mujeres (Women's Social and Political Union - WSPU), liderada por figuras como Emmeline Pankhurst (aunque no mencionada explícitamente en el texto original). Las miembros de la WSPU, conocidas como suffragettes, adoptaron tácticas de acción directa y desobediencia civil. Recurrieron a acciones como el sabotaje, incendios o interrupciones de actos públicos y agresiones a propiedades como forma de protesta contra la negativa del Parlamento a conceder el voto femenino. La dura represión gubernamental llevó a muchas suffragettes a la cárcel, donde respondieron con huelgas de hambre. El gobierno, a su vez, implementó la notoria “Ley del Gato y Ratón” (Cat and Mouse Act) de 1913, que permitía liberar temporalmente a las huelguistas debilitadas para volver a arrestarlas una vez recuperadas.

El Feminismo Socialista

Inicialmente, los movimientos feministas estuvieron dirigidos principalmente a mujeres burguesas y sus ideas no penetraron fácilmente en los movimientos obreros, sin conseguir una amplia movilización de las trabajadoras.

Flora Tristán es considerada una pionera del feminismo socialista.

Algunos ideólogos del primer movimiento obrero, como Ferdinand Lassalle y Pierre-Joseph Proudhon, mantenían posturas tradicionales sobre el rol de la mujer, considerando que su lugar estaba en el hogar (amas de casa) o relegándolas a roles marginales, y veían la igualdad como una amenaza. Sin embargo, figuras clave del socialismo como Karl Marx, Friedrich Engels y August Bebel establecieron las bases teóricas del feminismo socialista.

  • Engels, en su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, equiparaba la dominación de clase con la dominación del hombre sobre la mujer.
  • Tanto Marx como Engels coincidían en que la emancipación femenina plena solo sería posible con una revolución socialista y debía ir unida a la lucha de clases. Ambos veían necesaria la igualdad política entre sexos como parte de este proceso.
  • Bebel escribió la influyente obra La mujer y el socialismo.

Finalmente, Clara Zetkin, destacada figura socialdemócrata alemana, fue una gran propulsora del feminismo dentro de la Segunda Internacional. Impulsó la creación del Día Internacional de la Mujer Trabajadora (celebrado el 8 de marzo) y organizó la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en 1907.

El Feminismo en España (Siglos XIX y XX)

H3: Contexto y Características Iniciales

Durante los siglos XIX y principios del XX, el feminismo español tuvo un alcance más reducido en comparación con otros países europeos y estuvo centrado principalmente en reivindicaciones sociales y educativas, más que en la lucha política por el sufragio. El modelo social español predominante se caracterizaba por la estricta subordinación femenina, basado en la domesticidad y reforzado por arquetipos como el del “Ángel del hogar” o la “dulce esposa”. La función social asignada a la mujer estaba claramente definida, así como los códigos de conducta esperados.

Este sistema se apoyaba en una legislación discriminatoria presente en los códigos civil, penal y de comercio, además de un fuerte control social informal. Dicha subordinación era a menudo justificada apelando a una supuesta inferioridad genética de la mujer. Por ejemplo, el pensador Pompeu Gener afirmaba que la mujer estaba biológicamente destinada a “generar” la especie, mientras que el hombre era el ser inteligente encargado de hacerla progresar.

H3: Avances durante la Segunda República

Un hito fundamental llegó con la Segunda República Española. La Constitución de 1931 concedió el sufragio femenino a las mujeres mayores de edad (entonces 23 años, aunque el texto original menciona 18, la edad se estableció en 23 igual que para los hombres). Este avance, sin embargo, generó debate:

  • Algunas diputadas republicanas y de izquierdas, como Margarita Nelken y Victoria Kent, se opusieron temporalmente a la concesión inmediata del voto femenino. Argumentaban que la mayoría de las mujeres, influenciadas por la Iglesia y con menor formación política, eran predominantemente conservadoras y su voto podría fortalecer a las fuerzas reaccionarias, perjudicando a la propia República y a las reformas sociales (lucha contra el capitalismo mencionada en el texto original).
  • Por el contrario, Clara Campoamor defendió apasionadamente el derecho al voto sin restricciones, argumentando que la democracia exigía una Constitución basada en la igualdad legal para ambos sexos, como se reflejó en los artículos 23 (igualdad ante la ley) y 36 (derecho al sufragio) de la Constitución.

Además del sufragio, durante la Segunda República se aprobó la ley del divorcio, lo que supuso un avance significativo en la autonomía personal y familiar de las mujeres.

H3: Retroceso posterior

Lamentablemente, muchos de estos logros fueron anulados tras el estallido de la Guerra Civil (1936-1939) y la posterior instauración de la dictadura de Franco, que impuso un modelo nacionalcatólico que devolvió a la mujer a un rol subordinado en el hogar y eliminó derechos civiles y políticos.

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