Evolución Económica y Social durante la Dictadura Franquista: Autarquía y Desarrollismo
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La Dictadura Franquista: De la Autarquía al Estancamiento Económico
La Autarquía y sus Consecuencias
Los problemas económicos derivados de la Guerra Civil y del largo conflicto internacional que se inició en 1939 intentaron ser salvados por Franco con una política económica de tipo autárquico. Los objetivos de tal política consistían en prescindir de todos los intercambios comerciales con el exterior, conseguir el pleno autoabastecimiento agrario e industrial y producir todo lo necesario dentro de las propias fronteras del país, para evitar así las "dependencias económicas extranjeras". La autarquía pretendía acabar con la decadencia española y convertir a España en una gran potencia mundial. Las actividades económicas pasaron a ser controladas por el gobierno, que tomaba las decisiones sobre la distribución de artículos, el consumo, los salarios, los precios… Algunas de las medidas más importantes fueron:
- La limitación de las importaciones con el objetivo de preservar el mercado interno únicamente para las producciones nacionales. Únicamente se importaban productos importantes e imposibles de producir como el petróleo.
- Fundación del Servicio Nacional del Trigo al cual debían vender los agricultores su producción y que se encargaba de fijar los precios y vender a los fabricantes de harina. Este sistema se extendió a todos los productos agrícolas de primera necesidad.
- Creación del racionamiento de los productos de consumo básico para evitar el hambre, garantizar el abastecimiento e impedir las subidas incontroladas de precios.
- La fundación en 1941 del Instituto Nacional de Industria (INI) con el objetivo de impulsar la industrialización del país creando un grupo de empresas estatales, con capital público y gestionadas directamente por el gobierno en diferentes sectores de actividad. Sus producciones eran difíciles de exportar porque no tenían la calidad necesaria y sus precios eran poco competitivos. En 1961 el INI controlaba 61 empresas y 7 de las 10 mayores compañías existentes en España pertenecían al Estado.
- La creación de RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) mediante la nacionalización de las líneas férreas españolas.
Los resultados de la autarquía y del exagerado intervencionismo fueron pésimos y dejaron al país al borde del colapso económico. La ineficacia, la incompetencia y la corrupción fueron los rasgos que mejor describen la gestión gubernamental en la década de los 40. Las principales consecuencias de esta política fueron: el estancamiento económico del país y el retroceso de la producción industrial, el aumento de la inflación, la reducción de los intercambios con el exterior, el descenso de la renta per cápita y la extensión del hambre, la disminución de los salarios y el aumento del paro, la aparición del mercado negro, el aumento de la corrupción y el favoritismo en todos los niveles, la acumulación de dinero y poder en manos de poderosos grupos de personas.
La Época del Desarrollo Económico: Modernización y Crecimiento
El Plan de Estabilización
A mediados de los años 50 comenzó una fase de lenta recuperación económica que coincidió con la ayuda financiera prestada por los Estados Unidos, con el cambio de orientación de la política económica y con la apertura de un ciclo nuevo en la economía mundial. El abandono de la política autárquica se inició en 1952 cuando se levantó la prohibición de realizar importaciones y se liberalizaron los precios, lo que se hizo notar en el aumento de la producción industrial.
En 1957 Franco incluyó en el gobierno a una nueva familia, los tecnócratas del Opus Dei que consiguieron abandonar la autarquía sin alterar los fundamentos políticos e ideológicos del régimen. Con el nombre de Plan de Estabilización se aprobaron una serie de medidas que consiguieron la reinserción de España en el espacio comercial y financiero mundial, junto con la modernización, liberalización y saneamiento de la economía española. Sus artífices fueron los ministros Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio.
Entre las medidas más importantes estaban la devaluación de la peseta, la concesión de facilidades a la inversión extranjera, el incremento de los impuestos, la contención del gasto público y la limitación de las subidas salariales. Si bien se pueden apreciar consecuencias negativas (disminución del nivel de consumo a corto plazo, aumento del paro), en conjunto estas reformas pusieron las bases para el crecimiento de la economía española en la siguiente década.
Los Planes de Desarrollo
Se trató del intento del gobierno por coordinar y orientar el crecimiento económico. Su figura más importante fue Laureano López Rodó quien dirigió la economía primero desde la Secretaría del Plan de Desarrollo y, después, desde el ministerio de economía. El I Plan de Desarrollo se inició en 1964 y sus objetivos eran aumentar el volumen total de los intercambios comerciales con el exterior, multiplicar las exportaciones de los artículos españoles, incrementar el PIB, estimular el consumo e impulsar las inversiones empresariales. Con el Plan se creaban los Polos de Desarrollo y de Promoción para atenuar los desequilibrios regionales y fomentar la industrialización de ciertas regiones, aunque sus resultados fueron escasos. El II Plan de Desarrollo empezó en 1967 y sus previsiones fueron superadas en cinco años. El III Plan de Desarrollo debía iniciarse en 1973, pero quedó invalidado por la crisis del petróleo.
Consecuencias del Desarrollismo
Durante la década de los 60 la economía española experimentó un ritmo de crecimiento acelerado, el proceso de modernización del aparato productivo y la plena industrialización se completaron, y los niveles sociales de bienestar y consumo aumentaron notablemente. La tasa de crecimiento del PIB se situó en un 7% anual y la renta per cápita pasó de 300 dólares en 1960 a 2000 en 1970. España dejó de ser un país atrasado, agrario y rural para transformarse en un país más moderno, industrial y urbano. Este buen clima económico sirvió para asentar más la Dictadura.
Además de la política económica y el esfuerzo colectivo, también contribuyeron a este increíble salto: la favorable coyuntura económica internacional, las grandísimas inversiones de capital extranjero, los ingresos del turismo, los envíos de dinero de los trabajadores españoles en el extranjero, los reducidos costes salariales, las inversiones estatales en infraestructuras.
Sin embargo, a pesar del triunfalismo del régimen y de la propaganda oficial, muchos problemas quedaron sin resolver y el crecimiento resultó desequilibrado, desordenado e insuficiente. Las limitaciones más evidentes de este crecimiento económico fueron:
- El desigual crecimiento de los sectores económicos, destacando la industria y los servicios.
- La emigración de trabajadores españoles a Europa, se calcula que 1.500.000 españoles abandonaron el país con destino Alemania Federal, Suiza y Francia. También se incrementó la emigración definitiva campo-ciudad, lo que alivió los tradicionales problemas del agro español.
- La persistencia de desequilibrios interregionales, profundizándose las diferencias en el reparto de la renta entre las provincias.
- El mantenimiento de un sistema de prestaciones sociales insuficiente.
- La expansión desordenada de las principales ciudades.
- Un sistema fiscal arcaico e injusto que beneficiaba a la minoría social más adinerada.
- Los desastres ecológicos producto del crecimiento industrial descontrolado en este aspecto.
Los Cambios Sociales
La estructura demográfica también experimentó una profunda transformación. El número de habitantes creció a mayor ritmo: se pasó de 25 a 35 millones entre 1940 y 1975. Otro de los hechos significativos fue la reducción acelerada de la población activa agraria de un 47% a un 29% entre 1950 y 1970. Con un extraordinario crecimiento de las ciudades, que permitió la diversificación de las profesiones y las clases medias urbanas, pero generó problemas en las barriadas obreras. España dejaba de ser un país rural. Muy lejanos quedaban ya los años del racionamiento; aumentó el nivel de vida y de consumo, y empezaron a cambiar los usos y costumbres tradicionales basados en el control por otros más libres y personales. Una nueva generación de jóvenes luchaba por diferenciarse de la de sus progenitores. Estos cambios eran transmitidos por los medios de comunicación de masas, a pesar de que la radio y la reciente TV estaban controladas y censuradas por el gobierno.