Evolución Demográfica y Transformación Social en la España Contemporánea
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Dinámicas Demográficas y Transformación Social en la España Contemporánea
El crecimiento demográfico y económico de la Época Restauradora fue generando un problema social cada vez más grave para las clases trabajadoras. Este problema surgió porque el proceso demográfico no se vio compensado con un progreso económico relativo que pudiera ir empleando a los nuevos contingentes de mano de obra, y la emigración tampoco llegó a ser la solución.
Estancamiento y Emigración en el Siglo XIX
La tasa de crecimiento de la población siguió siendo baja durante la segunda mitad del siglo XIX, debido a epidemias de cólera, crisis de subsistencias y las guerras coloniales. El estancamiento general de la economía agraria, y el retraso y las limitaciones de la industrialización, generaron un excedente de población trabajadora, lo que explica que desde 1860 la emigración tuviera una gran importancia, fundamentalmente la dirigida hacia Hispanoamérica.
Auge Poblacional y Transición Demográfica (1900-1930)
La sociedad de los primeros años de la década de 1830 experimentó una serie de transformaciones que afectaron a su ritmo de crecimiento y a su distribución espacial. El crecimiento sostenido de la población permitió la concentración de población en las ciudades, estimulando los cambios urbanos. La modernización económica afectó también a la composición de la población.
A partir de 1900, la población española aumentó fuertemente debido a elevadas tasas de natalidad, que solo iniciaron la tendencia a la baja tras la Primera Guerra Mundial, y un importante descenso de la mortalidad, debido a mejoras higiénicas, sanitarias, de servicios públicos y de la alimentación, así como al retroceso de la mortalidad catastrófica debida a las grandes epidemias. Así, entre 1900 y 1930 se introdujo en España el modelo demográfico occidental, aunque con un siglo de retraso respecto al resto de Europa.
Movilidad Espacial y Urbanización
El aumento de la población fue superior en las clases altas y en la periferia peninsular; mientras que en las clases bajas y las regiones del centro (excepto Madrid) crecieron menos en relación con el grado de industrialización. En algunas regiones con estructuras económicas arcaicas, la población aumentó aceleradamente, lo que motivó una corriente migratoria hacia las regiones más industrializadas de la periferia peninsular y Madrid. En las regiones más industrializadas, el crecimiento de la población se debió en gran medida a la inmigración, ya que esta estaba constituida por jóvenes y personas en edad fértil, lo que tendió a rejuvenecer estas sociedades.
Intensificación de las Migraciones Interiores
El aumento de la población llevó a una mayor movilidad espacial. Las migraciones interiores se intensificaron, sobre todo en la década de los años 20. Aproximadamente 1.200.000 personas abandonaron las zonas rurales para desplazarse a zonas urbanas, en busca de mejores condiciones de vida y trabajo. Las regiones industriales y las capitales de provincia fueron las más importantes receptoras de esta población.
Transformación Urbanística y Desafíos del Crecimiento Urbano
El proceso de urbanización de la población española estuvo asociado a la transformación económica que experimentaba el país. A medida que la agricultura iba perdiendo peso y lo iban ganando la industria y los servicios, se producía la desruralización de la sociedad española y la consiguiente urbanización. El acelerado crecimiento urbano acrecentó el proceso de transformación urbanística iniciado ya en el siglo XIX. Las ciudades no pudieron absorber el rápido crecimiento, lo que provocó graves desequilibrios y problemas urbanísticos.
La falta de viviendas propició la autoconstrucción en barrios obreros e industriales que carecían de todo tipo de servicios y equipamientos. La remodelación urbanística y la construcción de nuevos barrios estaban en pleno desarrollo tras el derribo de las murallas y la apertura de los ensanches, cambiando la morfología urbana y adoptando una nueva configuración, con nuevos trazados como el de las ciudades lineales o los barrios de ciudad jardín.