Evolución Demográfica en España: Transición, Migraciones e Inmigración
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La Transición Demográfica en España
La teoría de la transición demográfica explica el cambio en las tasas de natalidad y mortalidad de un territorio, pasando de tasas altas en sociedades preindustriales a tasas bajas en sociedades industriales o postindustriales. Este fenómeno explica el gran crecimiento de la población mundial desde el siglo XIX. La transición demográfica se divide en cuatro etapas:
1ª Fase: Régimen Demográfico Antiguo
Esta fase corresponde a una sociedad agrícola preindustrial con un crecimiento lento de población. Las tasas de natalidad y mortalidad eran muy altas, entre el 30 y el 50 por mil. A pesar de que cada mujer tenía una media de cinco hijos, la alta mortalidad infantil mantenía el crecimiento poblacional bajo. Las condiciones de vida precarias y las enfermedades contagiosas contribuían a la elevada mortalidad.
2ª Fase: La Transición Demográfica (1900-1975)
Esta fase se caracteriza por una disminución suave de la natalidad, un brusco descenso de la mortalidad y un elevado crecimiento natural. La natalidad descendió de forma discontinua, con períodos de decrecimiento y recuperación influenciados por factores económicos y políticos. La mortalidad disminuyó constantemente gracias a los avances médicos, sanitarios y educativos. El crecimiento natural fue alto, especialmente entre 1920 y 1970.
3ª Fase: El Régimen Demográfico Actual (a partir de 1975)
Esta fase se caracteriza por bajas tasas de natalidad y mortalidad, y un escaso crecimiento natural. La natalidad ha disminuido drásticamente desde 1975 debido a cambios socioeconómicos y culturales. La mortalidad se mantiene baja, aunque ha aumentado ligeramente debido al envejecimiento de la población. El crecimiento natural es muy pequeño.
4ª Fase: Régimen Demográfico Evolucionado
Esta fase, no incluida en el modelo original, se caracteriza por una natalidad estable o en descenso y una mortalidad que puede superar a la natalidad debido al envejecimiento de la población. El crecimiento natural puede ser negativo, como ocurre en España desde 2015. La inmigración ha compensado esta situación en algunos países europeos.
Las Migraciones Españolas desde 1950
Las migraciones son movimientos de población dentro de un país (migraciones interiores) o hacia otro país (migraciones exteriores). Las causas principales son económicas, políticas o sociales.
Las Migraciones Interiores
Las migraciones interiores en España, especialmente el éxodo rural de los años 60 y 70, provocaron desequilibrios regionales. La industrialización y la urbanización atrajeron a la población rural hacia las ciudades, especialmente a Barcelona, Madrid y zonas del litoral. Actualmente, los movimientos internos se dirigen hacia el arco mediterráneo, creando el problema de la "España vacía" en el interior peninsular.
Las Migraciones Exteriores
Las migraciones exteriores a partir de los años 50 se dirigieron principalmente hacia Europa, especialmente Francia, Alemania y Bélgica. La búsqueda de empleo fue la principal motivación. A partir de los años 70, con la crisis económica en Europa, muchos españoles regresaron a España. Desde 2008, con la nueva crisis, se ha producido una emigración de personal cualificado en busca de mejores oportunidades laborales.
La Inmigración en España
España ha pasado de ser un país emisor de emigrantes a ser receptor de inmigrantes. La mayor parte de la población inmigrante es joven y proviene de países de América Latina, África y Europa del Este. La inmigración ha rejuvenecido la población española y ha elevado la tasa de fecundidad y natalidad. Tras una pausa durante la crisis económica de 2008, la inmigración ha vuelto a aumentar desde 2017.