La Evolución Demográfica de España: Tres Regímenes Históricos y sus Impactos

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La Evolución Demográfica de España: Tres Regímenes Históricos

En España se pueden distinguir tres grandes etapas o regímenes demográficos a lo largo del tiempo, cada una marcada por distintas dinámicas sociales, económicas y culturales que influyeron en los nacimientos, las muertes y el crecimiento de la población. Estos cambios constituyen los Movimientos Naturales de la Población.

1. El Régimen Demográfico Antiguo (Hasta principios del siglo XX)

El régimen demográfico antiguo, que se mantuvo hasta comienzos del siglo XX, se caracterizaba por tasas muy altas tanto de natalidad como de mortalidad, lo que daba como resultado un crecimiento natural muy lento.

Características y Causas

Natalidad Elevada

Las familias eran numerosas, principalmente por razones económicas:

  • En el mundo rural, los hijos eran una ayuda en el trabajo agrícola.
  • Representaban una garantía para el futuro de los padres, ya que no existía un sistema de protección social.
  • No había métodos eficaces para controlar los nacimientos, salvo el retraso del matrimonio.
Mortalidad Elevada

La mortalidad era también muy alta debido a:

  • Mala alimentación.
  • Enfermedades infecciosas.
  • Falta de higiene y de atención médica.

Las crisis de sobremortalidad causadas por epidemias, guerras o malas cosechas eran frecuentes. Todo esto llevaba a una esperanza de vida muy baja, con una mortalidad infantil y materna especialmente significativa.

2. El Régimen de Transición Demográfica (1900-1975)

A partir de 1900 comienza el régimen de transición demográfica, que se prolonga hasta 1975. Durante esta etapa, el crecimiento natural fue el más alto del siglo XX, sobre todo entre 1920 y 1965.

Evolución de la Natalidad

La natalidad comienza a disminuir, aunque de forma lenta y con altibajos. Hubo momentos de recuperación y descenso:

  • Recuperación: Años 20 (gracias a la mejora económica).
  • Descenso: Durante la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra (por causas políticas o económicas).
  • El Baby Boom: En los años 50 y 60 se produjo un fuerte repunte debido al crecimiento económico.

Desde mediados de los 60, la natalidad volvió a caer al consolidarse un estilo de vida más urbano e industrial, donde los hijos ya no tenían el mismo valor económico.

Descenso Constante de la Mortalidad

La mortalidad descendió de manera más constante gracias a los avances en sanidad, medicina y condiciones de vida, aunque se vieron repuntes puntuales por eventos como la gripe de 1918 o la Guerra Civil. La mortalidad infantil disminuyó especialmente gracias al progreso en pediatría y en la alimentación infantil. Como resultado, la esperanza de vida aumentó de forma notable.

3. El Régimen Demográfico Actual o Moderno (Desde 1975 hasta Hoy)

Desde 1975 hasta hoy, se vive el régimen demográfico actual o moderno, que se caracteriza por unas tasas muy bajas tanto de natalidad como de mortalidad, con un crecimiento natural muy escaso, e incluso negativo en algunos periodos.

La Caída de la Natalidad

La natalidad sufrió un descenso brusco entre 1975 y finales de los 90, influido por múltiples factores:

  • La crisis económica.
  • El retraso en la edad del matrimonio y la maternidad.
  • La precariedad laboral y el alto coste de la vivienda.
  • Un cambio generalizado en los valores sociales, con menos peso de la religión y mayor uso de anticonceptivos y legalización del aborto.

A partir de 1998, se dio una leve recuperación de los nacimientos, impulsada sobre todo por la inmigración, ya que muchas mujeres inmigrantes estaban en edad fértil y tenían tasas de fecundidad inicialmente más altas. No obstante, las recientes crisis económicas y la salida de inmigrantes han vuelto a frenar la natalidad.

Mortalidad y Envejecimiento

Por su parte, la mortalidad se mantiene baja, aunque ha empezado a aumentar ligeramente debido al envejecimiento de la población. Las principales causas actuales de muerte son enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes, además de problemas vinculados al envejecimiento y a hábitos nocivos como el alcohol o el tabaco. La mortalidad infantil, en cambio, es mínima y se concentra en el periodo neonatal. La esperanza de vida sigue aumentando, gracias a los avances médicos.

En general, el crecimiento de la población es débil y solo se ha visto suavizado por la llegada de inmigrantes que han contribuido, durante ciertos periodos, a rejuvenecer la población.

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