Evolución Demográfica en España: Factores, Tendencias y Políticas

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Introducción

Fuentes para el Estudio de la Población Española

Los estados han intentado conocer el número de habitantes de sus territorios. Los recuentos más antiguos tenían objetivos fiscales, se trataba de reconocer a la población para recaudar impuestos, pero no se consideraban científicos.

Las fuentes demográficas modernas para el conocimiento de la población española arrancan de 1857, momento en el que se inician de forma seriada los recuentos de población, los censos. El censo es un registro total de la población, en el que se incluyen numerosos datos de cada ciudadano. El organismo responsable de la gestión de los censos es el Instituto Nacional de Estadística. Otra fuente fundamental para el conocimiento de la población son los padrones, cuya gestión corresponde a los ayuntamientos. Hasta 1996, los padrones se renovaban cada cinco años. También hay otras fuentes, como el Registro Civil, creado en 1870 y gestionado por el Ministerio de Justicia.

Población de Hecho y Población de Derecho

La población de derecho es la que está empadronada en el lugar, de forma que es allí donde ejerce sus derechos civiles.

Una persona puede hallarse en un lugar diferente del que está empadronada en el momento en que se realiza el censo. Se habla entonces de población de hecho.

Los Movimientos Naturales de la Población

Cambios Socioeconómicos y Cambios en las Pautas de la Población: La Transición Demográfica en España

En los movimientos naturales de la población influyen aspectos variados:

  • Económicos: la mortalidad disminuye si se dispone de un buen sistema sanitario, y las crisis reducen el número de matrimonios.
  • Culturales: la actitud y la voluntad de tener hijos, y en qué cuantía, cambian de unas culturas a otras.
  • Técnicos: como la existencia de métodos anticonceptivos fiables.
  • Políticos: la existencia de leyes que prohíben determinados métodos anticonceptivos dificulta el control de la natalidad.

El Modelo Demográfico Antiguo

El proceso que, de forma más o menos similar, ha llevado a muchos países a la modernización en las pautas de la natalidad y la mortalidad se denomina transición demográfica. Con anterioridad, España pertenecía a un modelo demográfico antiguo en el que tanto las tasas de natalidad como las de mortalidad se mantenían muy altas.

En aquel modelo tradicional, como nacían muy pocas personas más de las que morían, la población crecía muy lentamente. Pero además, quedaban absorbidos por la crisis de mortalidad que se sucedían casi siempre en términos de epidemias mortíferas. Por eso se dice que en el modelo demográfico antiguo la mortalidad es la variable natural más importante.

Los Cambios Inducidos por la Transición Demográfica

Durante las primeras etapas de la transición demográfica comienzan a reducirse las tasas de mortalidad, también bajan las tasas de natalidad. Esto sucedió especialmente en las sociedades urbanas, en las que se accedió antes a los medios anticonceptivos y en las que las familias extensas no eran tan necesarias. En España, el retroceso de ambas tasas fue casi simultáneo. En el siglo XX, las tasas de natalidad caerán hasta el 20 por mil en torno a la Guerra Civil. Las tasas de mortalidad también tienen un declive, con solo dos repuntes: la gripe de 1918 y el conflicto armado de 1936-1939. Tras la Guerra Civil, se produce un estancamiento e incluso un repunte de las tasas de natalidad, que se mantendrán altas desde la segunda mitad de los años cincuenta hasta mediados de los sesenta. Se trata del llamado baby boom.

El Comportamiento Demográfico Moderno

Se caracteriza por las tasas de natalidad y mortalidad reducidas. El crecimiento demográfico vuelve a ser débil, motivado por una natalidad escasa. Durante los años sesenta y ochenta del siglo XX, las tasas de natalidad en España persiguen un proceso de caída. Los nacimientos se redujeron a la mitad en menos de treinta años. La reducción del crecimiento natural se debe también al hecho de que la tasa de mortalidad volvió a incrementarse después. Durante los noventa, el crecimiento natural estuvo a punto de entrar en números negativos. Es normal que en aquellos momentos surgiera la preocupación por la baja natalidad. La llegada de los inmigrantes, que empieza a ser sensiblemente perceptible desde 1996, modificará estas tendencias. Este hecho ha provocado un cierto rejuvenecimiento de la población española y un nuevo estancamiento y retroceso de las tasas de mortalidad. No obstante, un territorio puede seguir aumentando su número de habitantes, aunque su saldo vegetativo sea negativo.

Las Políticas Demográficas

Son las estrategias que desarrollan los estados y otras instituciones públicas para alcanzar un nivel de población óptimo, por ejemplo, fomentar la emigración en un momento de saturación demográfica, potenciar que las personas tengan más hijos para compensar tasas de natalidad bajas. En España se vienen desarrollando algunas políticas de este último tipo. En su mayor parte, las políticas españolas van dirigidas a ayudar a las familias con hijos.

La Natalidad

Varios factores nos ayudan a explicar el porqué de esta tasa de natalidad.

  • La incidencia de los cambios sociales y culturales. En las sociedades tradicionales, uno de los principales objetivos de una persona suele ser tener una familia extensa. Los hijos son ayuda económica, pues trabajan desde que son pequeños y cuidarán de los padres en su vejez. Pero en las sociedades desarrolladas, como la española, la situación es muy diferente, los hijos son una carga económica y además se desea criarlos lo mejor posible, por lo que se tiende a tener menos hijos. Pero además la maternidad y la paternidad han dejado de ser el objetivo prioritario para muchas personas. Muchas mujeres han salido fuera del hogar y se han incorporado con fuerza al mercado laboral, eso provoca un retraso en el momento de la maternidad y el alumbramiento de un número menor de hijos. Finalmente, es destacable el hecho de que cada vez se asocia menos matrimonio y maternidad, y que han proliferado nuevos modelos de familia.
  • La incidencia del contexto económico. Nos puede ayudar a entender la rapidez con la que se ha reducido la natalidad en nuestro país. Las coyunturas económicas adversas en el mercado laboral y el alto coste en la obtención de bienes de primera necesidad o que se consideran previos a la maternidad han provocado que los jóvenes permanezcan más años en el domicilio con los padres y que se planteen aún más tarde la gestión de tener hijos. La natalidad se mantiene reducida a pesar de distintos factores que intentan favorecerla.

La Mortalidad

El otro factor del que depende el crecimiento es la mortalidad. Se utiliza el término efecto yoyó.

  • Las tasas de mortalidad han caído en España durante muchos decenios. Esta caída se explica por las mejoras alimentarias, sanitarias e higiénicas.
  • A partir de esos años, y aunque el sistema sanitario español ha continuado un proceso de mejora, se ha producido un repunte, provocado por el envejecimiento de la población.
  • A partir de entonces, y motivado sobre todo por el relativo rejuvenecimiento que ha experimentado la sociedad española por la llegada de inmigrantes, las tasas han vuelto a caer.

La Mortalidad Infantil

Ha sido siempre un factor muy relevante en los procesos de transición demográfica, ya que cuando disminuye su tasa, también caen las tasas brutas de mortalidad. En consecuencia, este tipo de mortalidad siempre ha sido valorado de forma especial entre los estudios de la población, puesto que es un buen indicador del grado de desarrollo de una sociedad. Hay dos etapas diferentes.

  • Fase de tasas en caída libre. Las tasas de mortalidad infantil en España han caído de forma especial a partir de la mitad de los años veinte del siglo pasado. La caída se inicia en los años veinte, se interrumpe y cambia de signo durante la Guerra Civil española.
  • Fase de tasas de caída lenta. Desde finales de los años sesenta, las tasas continúan descendiendo, pero de forma pausada. Desde entonces, nuestro país se encuentra entre los países del planeta con tasas inferiores.

La Esperanza de Vida

Un concepto directamente relacionado con la mortalidad es el de la esperanza de vida, que es el número de años que se calcula que vivirá una persona que nace en un territorio y fecha concreta. De hecho, esta cifra duplica la esperanza de vida española a principios del siglo XX, momento en que rozaba los 40 años. Durante la Segunda República se alcanzaron los 50 años y, tras la crisis general del país, la esperanza de vida se calcula ya en torno a los 60 años durante los años cincuenta. En la actualidad, al superar los 80 años de esperanza de vida, España se sitúa entre los países del mundo con población más longeva.

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