Evolución de la Crítica Literaria: Del Renacimiento al Modernismo
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El Renacimiento y la Revalorización del Ser Humano
La transición de la Edad Media al Renacimiento no es tan abrupta como se piensa. Surge el humanismo y pone al ser humano en el centro de la visión del mundo, lo que contrasta con la visión teocéntrica medieval. El ser humano se revaloriza, se premia el saber, el arte y el conocimiento, por lo que vuelven los estudios literarios y el interés por el saber.
Los humanistas recuperan el interés por el ser humano y su creación artística. Esto se logra mediante la recuperación de los autores clásicos, la traducción de textos de Aristóteles y Platón al latín, y la creación de interpretaciones y comentarios, así como diferentes ediciones de dichos textos.
En el Renacimiento, surgen tensiones entre la autoridad y la razón. Al principio, con la irrupción del humanismo, lo más importante eran los argumentos racionales y lógicos, a diferencia de la Edad Media, donde el argumento de autoridad era primordial. Esto se puede ver en autores como Pinciano. Sin embargo, con el paso de los años, hay una especie de retroceso y se impone una visión más conservadora, donde se le da más peso al argumento de autoridad. Esta postura conservadora se observa en autores como Cascales o el Brocense. No se sabe con certeza la causa de este cambio, pero es probable que se deba al modelo político que se empieza a imponer: el absolutismo y la monarquía absolutista.
El debate entre la autoridad y la razón también se refleja en la dicotomía entre la originalidad y la repetición. Pinciano valora la búsqueda de nuevas formas, pero se impone la opción más conservadora de Cascales o el Brocense, basada en la repetición de modelos clásicos ya existentes. Los poetas deben imitar, pero se discute cómo deben hacerlo. Una opción era tomar a un autor como maestro e imitarlo, mientras que otra era tomar lo mejor de cada autor e imitar las diferentes características de cada uno.
La postura de Cascales, aristotélico, se refleja en su obra Las tablas poéticas (1617), que defiende las ideas de Aristóteles. Cascales está en contra de la originalidad y, por lo tanto, de las ideas de López Pinciano. Para él, la verdad es absoluta e inmutable; si algo era verdad en tiempos de Aristóteles, lo seguirá siendo siempre.
León Hebreo defiende que la idea del poeta es más valiosa que la realización material en el poema. Esto se asemeja a la teoría platónica del mundo de las ideas, donde la idea es lo superior y las realizaciones son meras copias imperfectas.
Aristóteles y la Poética
Aristóteles tiene un tratado dedicado a la poesía llamado Poética, centrado en la tragedia, pero con ideas aplicables a la literatura en general. A pesar de ser discípulo de Platón, Aristóteles tiene ideas diferentes. Su teoría es más naturalista y se centra en la observación.
Uno de los conceptos fundamentales de su teoría es la mímesis (imitación de la naturaleza). Aristóteles argumenta que imitar es natural al ser humano y que es la clave de la poesía. No se trata de una copia servil de la naturaleza, sino que la escritura sería la consecuencia de la observación y la reflexión: comprender cómo funciona la naturaleza para reproducir ese comportamiento en la poesía.
Por este motivo, Aristóteles considera que la poesía es una fuente importante de conocimiento. Además, añade que el conocimiento que proporciona la poesía sería más valioso que el que da la historia, ya que mira al futuro (lo que podría pasar) basándose en lo que ha pasado.
Para que exista esa posibilidad de aprender del texto literario, es necesaria la verosimilitud. Solo a través de ella se puede llegar a la catarsis, que es la purificación emocional mediante la lectura.
Aristóteles también añade que la intención del poeta, basándose en la verosimilitud y la mímesis, sería producir efectos de temor y piedad (conmover al público).
Aristóteles centra su libro en la tragedia y describe sus seis partes:
- Argumento: historia que se representa.
- Caracteres: personajes.
- Elocución: parte de la retórica, elección de las expresiones.
- Pensamiento: conjunto de ideas o idea principal.
- Espectáculo: elementos del decorado.
- Melopea: partes sonoras de la obra.
Lo esencial es la estructuración de los hechos, que no se deje al azar la evolución de la trama. Las partes de la estructura son: principio, medio y fin. Esto se relaciona con la duración de la obra, que debía ser calculada y razonable.
También se debe hablar de las tres unidades: tiempo, espacio y acción. Aristóteles solo habla de la acción; las otras dos son añadidos de sus seguidores. Él dice que en la tragedia todo debe tener una acción única, sin distracciones.
Sobre la elocución, Aristóteles dice: «la virtud de la elocución es la claridad y no bajeza». Con bajeza se refiere a evitar las palabras cotidianas y comunes. Se deben buscar expresiones diferentes, alejadas de lo cotidiano, pero no tanto como para que se vuelva incomprensible. Por ello, se debe buscar la claridad.
Siglo XIX: El Auge del Romanticismo y el Nacimiento de la Crítica Literaria
Primera Mitad del Siglo XIX: Romanticismo
En el Romanticismo nace la crítica literaria. Hasta entonces, solo existían poéticas que prescribían cómo debían ser las obras, estableciendo preceptos, normas y leyes que el poeta debía respetar. Solo se realizaba una evaluación de las obras.
Con el Romanticismo, la literatura se vuelve más diversa y surge la necesidad de explicar las obras. El término estético es Romanticismo, mientras que el término ideológico sería Idealismo.
Hasta el siglo XVIII, se hablaba de poesía para referirse a los géneros literarios, y se usaba la palabra literatura para referirse a todo el saber escrito almacenado en los libros. En esta época, la literatura se convierte en una asignatura autónoma en las universidades, lo que se relaciona con la fuerte conciencia nacional que comienza a surgir.
El poeta romántico es egocéntrico y se observa un culto a la personalidad. Se siente superior y considera que debería ser un líder y obtener un reconocimiento de la sociedad que no recibe. Por lo tanto, desprecia a la sociedad y se identifica con figuras fuera de la ley.
Esta autonomía del poeta se puede relacionar con la autonomía del arte. Kant, en su obra Crítica del juicio (1790), expone la idea de que el arte es un dominio autónomo, donde no tiene valor lo práctico ni se puede explicar lógicamente en función de criterios meramente estéticos. Surge así la expresión"arte por el art", que representa esa visión autónoma del arte sin censuras morales.
Si el crítico es bueno, el resultado de la crítica será interesante, pero queda la sensación de que ese tipo de crítica nos permite conocer mejor al crítico que al autor original. La belleza y la verdad ya no son inmutables; cada época tiene sus gustos y, dentro de la misma época, los individuos también tienen sus preferencias.
Segunda Mitad del Siglo XIX: Nuevas Corrientes Críticas
La novedad general en esta época es que el crítico ya no se conforma con conocer la literatura, sino que quiere conocerse a sí mismo y se interesa por la propia crítica, la teoría y la historia.
Crítica Biográfica
Esta corriente es una herencia del Romanticismo, donde la personalidad del poeta era fundamental.
Positivismo o Método Histórico-Positivo
La primera consecuencia de esta corriente es que no se realiza crítica literaria como tal, ya que el rechazo a la subjetividad es tan fuerte que se rechazan las impresiones, las interpretaciones y los juicios. En este método, toda la energía se concentra en recopilar datos e información histórica y comprobable sobre la fecha, los manuscritos, los problemas de autoría, etc.
La principal crítica a esta tendencia es que no se interpreta nada, solo se recopila información. Uno de los autores más importantes de este método es G. Hipólito Taine, quien también decía que el espíritu humano es el mismo en todas las épocas. Por lo tanto, no cree en la superioridad del arte del pasado sobre el presente; todo arte es expresión del espíritu humano.
Crítica Impresionista
. Sería lo contrario a la positivista, dice que no se puede hacer ciencia ni teoría sobre lo que es que surge del espíritu humano, el producto de la sensibilidad y fantasía. También consideraban que la crítica es una forma de arte y el inconveniente sería que al final conocemos mejor a crítico que la obra en si Que se esta comentando. Crítica modernista. Comparten todos una desacralización de la literatura, le quitaban el carácter sagrado diciendo que la literatura es el fruto del trabajo consciente del poeta. Paul Valéry defiende también esa elección consciente, trabajo de la razón y de la voluntad del poeta que elige utilizar unos elementos y significados más concretos. Si eso es así, el crítico tendría que tratar de explicar el motivo inverso.