Evolución del Concepto de Desarrollo: Económico, Territorial, Regional y Local

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El Desarrollo Económico y su Evolución

El desarrollo económico es un proceso continuado cuyo mecanismo esencial consiste en la aplicación reiterada del excedente en nuevas inversiones, y que tiene como resultado la expansión asimismo incesante de la unidad productiva de que se trate. Esta unidad puede ser, desde luego, una sociedad entera. Durante dos décadas, el desarrollo continuó siendo casi un sinónimo de crecimiento, y el PIB agregado y, sobre todo, el PIB per cápita, fue la medida corriente del nivel de desarrollo. Se plantean las condiciones necesarias para la realización del potencial de la personalidad humana, algo comúnmente aceptado como objetivo. A partir de esta pregunta, Seers apunta a la alimentación como una necesidad absoluta (inmediatamente traducida a pobreza y a nivel de ingreso). Una segunda condición básica para el desarrollo personal es el empleo, y la tercera es la igualdad, entendida como equidad. Aquí, por tanto, ya se introduce un elemento subjetivo e intangible, puesto que el concepto de equidad tiene tales dimensiones, como se plantea, por ejemplo, en un trabajo de la CEPAL (1990).

Desarrollo Territorial

La más amplia acepción de desarrollo (desde el punto de vista del tema central de este documento) es la de desarrollo territorial. Acá se trata de un concepto asociado a la idea de contenedor y no a la idea de contenido. Territorio es todo recorte de la superficie terrestre, pero no cualquier territorio interesa desde el punto de vista del desarrollo. Como recorte de la superficie terrestre, el territorio puede mostrar al menos tres características de complejidad creciente.

  • Se habla de territorio natural para hacer referencia precisamente a un tipo de recorte primario en el cual sólo es posible reconocer los elementos de la naturaleza, sin que medie aún penetración ni, menos, intervención humana. Se trata de lugares vírgenes en el lenguaje habitual.
  • En seguida, puede reconocerse un tipo de territorio equipado o intervenido, en el cual el hombre ya ha instalado sistemas (por precarios que sean) de transporte, obras de equipamiento (como represas, por ejemplo) y aún actividades productivas extractivas (campamentos mineros, por ejemplo).
  • Finalmente, se habla de territorio organizado para denotar la existencia de actividades de mayor complejidad, de sistemas de asentamientos humanos, de redes de transporte, pero, sobre todo, de la existencia de una comunidad que se reconoce y que tiene como autorreferencia primaria el propio territorio, y que está regulada mediante un dispositivo político-administrativo que define las competencias de ese territorio y su ubicación y papel en el ordenamiento jurídico nacional. Es decir, un territorio organizado tiene una estructura de administración y, en algunos casos, también de gobierno. Estos territorios pasan a ser sujetos de intervenciones promotoras del desarrollo.

El crecimiento económico y el cambio estructural en los países recientemente industrializados han sido analizados tradicionalmente mediante el modelo de crecimiento de concentración/difusión, que explica cómo el desarrollo económico toma la forma de crecimiento urbano/industrial, liderado por las grandes empresas. El crecimiento económico ha estado regulado por una lógica funcional, a partir, diríase, de la Revolución Industrial, una lógica que hizo del sector industrial el sector motor del crecimiento y, como toda vez que se elige un sector motor para asentar en él el crecimiento, se hace necesario “ordenar” el espacio en que naturalmente tal sector se desenvuelve. Lo “urbano” resultó el acompañamiento natural, y de ahí la dupla urbano/industrial anotada.

Desarrollo Regional

El desarrollo regional consiste en un proceso de cambio estructural localizado (en un ámbito territorial denominado “región”) que se asocia a un permanente proceso de progreso de la propia región, de la comunidad o sociedad que habita en ella, y de cada individuo miembro de tal comunidad y habitante de tal territorio. Obsérvese la complejidad de esta definición al combinar tres dimensiones: una dimensión espacial, una dimensión social y una dimensión individual. El “progreso” de la región debe entenderse como la transformación sistemática del territorio regional en un sujeto colectivo (cuestión que muchos, por razones ideológicas, discuten); el “progreso” de la comunidad debe entenderse como el proceso de fortalecimiento de la sociedad civil y el logro de una percepción de pertenencia regional; y el “progreso” de cada individuo debe interpretarse como la remoción de toda clase de barreras que impiden a una persona determinada, miembro de la comunidad en cuestión y habitante de la región, alcanzar su plena realización como persona humana. La región es un territorio organizado que contiene, en términos reales o en términos potenciales, los factores de su propio desarrollo, con total independencia de la escala.

Desarrollo Local

Desde luego, ahora se trata de un concepto sustantivo (contenido más que mero contenedor) que alude a una cierta modalidad de desarrollo que puede tomar forma en territorios de variados tamaños, pero no en todos, dada la intrínseca complejidad del proceso. El desarrollo local sólo hace sentido cuando se le mira, por así decirlo, “desde afuera y desde arriba”, y así las regiones constituyen espacios locales miradas desde el país, así como la provincia es local desde la región, y la comuna lo es desde la provincia. Lo local es un concepto relativo a un espacio más amplio. No puede analizarse lo local sin hacer referencia al espacio más abarcador en el cual se inserta (municipio, departamento, provincia, región, nación). Actualmente, se juega con la contraposición ‘local/global’, mostrando las paradojas y relaciones entre ambos términos.

Primeramente, el desarrollo local es la expresión de una lógica de regulación horizontal que refleja la dialéctica centro/periferia, una lógica dominante en la fase preindustrial del capitalismo, pero que sigue vigente, aunque sin ser ya dominante, como lo señala Muller (1990). En segundo lugar, el desarrollo local es considerado, sobre todo en Europa, como una respuesta a la crisis macroeconómica y al ajuste, incluido el ajuste político supranacional implícito en la conformación de la UE; casi todos los autores europeos ubican el desarrollo local en esta perspectiva. En tercer lugar, el desarrollo local es estimulado en todo el mundo por la globalización y por la dialéctica global/local que ésta conlleva. En otras palabras, hay tres racionalidades que pueden operar detrás del concepto de desarrollo local, y no pocos errores prácticos provienen de una mala combinación de instrumentos y de tipo de racionalidad. Por ejemplo, se copian instituciones y medidas de desarrollo local ensayadas en Europa (desarrollo local como respuesta) y se intenta aplicarlas en América Latina (desarrollo local como lógica de regulación horizontal).

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