Evolución Biológica: Evidencias Clave, Extinciones y Origen Humano

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La Evolución y sus Pruebas

La cantidad total de especies diferentes que habitan la Tierra podría llegar a los 50 millones. Todas estas especies que pueblan el planeta proceden de antepasados cuyos restos fósiles han quedado preservados entre las rocas. El proceso de cambio desde el origen de la vida hasta la diversidad actual se denomina evolución.

Pruebas de la Evolución

Existen diversos tipos de pruebas que apoyan la teoría de la evolución:

Pruebas Biológicas

Hay numerosas pruebas biológicas, como la anatomía comparada (disposición y estructura de los huesos) y los órganos vestigiales. Por ejemplo, los huesos de las extremidades de diferentes vertebrados (como humanos, ballenas, murciélagos) presentan una disposición y estructura tan semejantes que resulta inevitable interpretarlas como adaptaciones de una única anatomía ancestral. La prueba fundamental de un origen común es el hecho de que todos los organismos vivos posean el mismo código genético basado en el ADN, compartan rutas metabólicas esenciales y utilicen proteínas similares para llevar a cabo reacciones químicas vitales.

Pruebas Paleontológicas

Los fósiles constituyen las pruebas paleontológicas. Aunque solo se han encontrado fósiles de una pequeña fracción de las especies que han existido (aproximadamente 1 de cada 7000), estos son suficientes para reconstruir parcialmente el gran árbol de la evolución de la biosfera, sugiriendo que todos los seres vivos proceden de un ancestro común.

Pruebas Moleculares

Se basan en la hipótesis de que las mutaciones (cambios en los genes) ocurren a un ritmo relativamente constante (reloj molecular). Al comparar las diferencias genéticas (en el ADN o las proteínas) entre dos especies, podemos estimar su grado de parentesco y el tiempo aproximado desde su separación evolutiva. Por ejemplo, de los aproximadamente 30,000 genes del ratón, unos 29,700 tienen un gen homólogo en el ser humano, lo que indica una considerable cercanía evolutiva.

Extinciones

Durante la historia de la vida en la Tierra, ha habido al menos cinco momentos de desaparición masiva y rápida de especies, conocidos como extinciones masivas.

a) La Gran Extinción (Pérmico-Triásico)

Se ha discutido mucho sobre las causas de esta extinción, la mayor registrada. La hipótesis más aceptada la achaca a una catástrofe ambiental desencadenada por un periodo de intenso vulcanismo en Siberia. Este vulcanismo liberó enormes cantidades de gases de efecto invernadero, provocando un calentamiento global que llevó a la anoxia (falta de oxígeno) en los océanos y, finalmente, a la extinción masiva. Se puede describir como un efecto dominó: Vulcanismo → Calentamiento global → Anoxia oceánica → Extinción masiva.

b) La Extinción de los Dinosaurios (Cretácico-Paleógeno)

Hace unos 65 millones de años, desaparecieron los dinosaurios (excepto las aves) y muchas otras especies. La causa principal aceptada es el impacto de un gran asteroide en la península de Yucatán (sur de México). Este evento generó una catástrofe ambiental global, incluyendo tsunamis gigantes, incendios forestales extensos y un"invierno nuclea" provocado por el polvo y los aerosoles eyectados a la atmósfera, lo que llevó al colapso de las cadenas tróficas y a la extinción de numerosas especies.

c) El Enigma de la Supervivencia

Entre los científicos que estudian las extinciones masivas persiste una pregunta intrigante: ¿Por qué algunas especies o linajes, que aparecieron hace más de 300 millones de años, han logrado sobrevivir a múltiples eventos de extinción masiva, aparentemente sin inmutarse?

El Origen del Ser Humano

En las selvas africanas vivían grupos de primates, grandes simios considerados antecesores de la familia Hominidae, a la que pertenecemos los humanos. Cambios climáticos ocurridos hace millones de años transformaron parte de la selva en sabana, impulsando a algunos de estos primates a adaptarse a entornos más abiertos. En este nuevo paisaje, la postura bípeda ofrecía ventajas para desplazarse largas distancias, avistar depredadores y recolectar alimentos. La evidencia indica que hace unos 4 millones de años ya existían homínidos bípedos, como los primeros Australopithecus.

La línea evolutiva humana incluye una secuencia de especies, entre las que destacan Homo habilis (primer fabricante de herramientas), Homo ergaster y Homo erectus (que se expandieron fuera de África), Homo neanderthalensis (adaptados a climas fríos en Europa y Asia) y, finalmente, nuestra propia especie, Homo sapiens.

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