Evidencias Geológicas de la Tectónica de Placas: Pruebas Clave
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La teoría de la Tectónica de Placas, fundamental para comprender la dinámica terrestre, se sustenta en un conjunto robusto de evidencias geológicas y geofísicas. Estas pruebas, recopiladas a lo largo de décadas de investigación, demuestran el movimiento constante de las placas litosféricas y los procesos asociados. A continuación, se detallan las principales líneas de evidencia que han contribuido a la configuración y aceptación de esta teoría.
Edad de la Corteza Oceánica
La edad de las rocas, situadas de la dorsal, es máxima en las cercanías de los continentes situados al margen del océano.
Esto se corresponde con lavas que se extendieron, en un momento dado, a ambos lados de la dorsal. Por otro lado, la edad de las rocas aumenta con la distancia a la que están situadas de la dorsal, siendo máxima en las cercanías de los continentes situados al margen del océano.
Estudio de los Sedimentos Pelágicos
El cálculo de las edades relativas de los depósitos de los fondos oceánicos ofrece los mismos resultados: las edades máximas de los sedimentos aumentan hacia los continentes y decrecen al acercarse a la dorsal. Igualmente, el espesor de sedimentos acumulados aumenta desde las dorsales hacia los continentes, lo que supone periodos de sedimentación más largos en las zonas más antiguas.
Datos de Sismos y Volcanes
Un aspecto notable que ha contribuido a la configuración de la teoría de la Tectónica de Placas ha sido el estudio de la distribución de los terremotos a lo largo de la superficie de la Tierra, en especial los de foco profundo, y de la localización de los focos volcánicos. La representación en el mapa de todos los focos ha arrojado resultados muy interesantes sobre las zonas de alta actividad geológica en la Tierra ya que, como se puede observar, la distribución para ambos tipos de fenómenos es muy similar. La actividad geológica de la Tierra se localiza en zonas determinadas.
Zonas de Subducción y Fosas Abisales
También a partir del estudio de la distribución en profundidad de los focos sísmicos se dedujo el modo en que se lleva a cabo la desaparición de la corteza oceánica en las fosas abisales. Este descubrimiento se llevó a cabo en los arcos insulares del norte de Japón, donde son muy frecuentes los terremotos y donde se han podido situar con bastante precisión. Los seísmos someros abundan en la zona adyacente a la fosa; los de profundidad intermedia tienen lugar bajo el cinturón insular y bajo el Mar de Japón, mientras que los de foco profundo están centrados bajo el continente asiático.
Representando estos focos, se ve que definen una zona inclinada que se introduce hacia el interior de la Tierra y que responde a una laja de roca rígida y relativamente fría que penetra a gran profundidad. Estos fenómenos se han registrado en otras zonas del mundo en las que igualmente se lleva a cabo la subducción de las placas y reciben el nombre de zonas de Benioff-Wadati o, simplemente, zonas de Benioff.
Dorsales Oceánicas y Fallas Transformantes
Otras áreas de localización de focos sísmicos y volcánicos son las propias dorsales oceánicas. En ellas se da la mayor actividad volcánica, que consiste en una salida más o menos intermitente de material fundido del manto. Las diferencias en contenido de gases o las variaciones bruscas del volumen de salida pueden dar lugar a la actividad sísmica. Las fallas transformantes, o de desgarre, que afectan a las dorsales, son también lugares donde hay gran actividad sísmica y volcánica debido a su movilidad.