Evaluación Macroscópica de Órganos: Forma, Tamaño, Color y Alteraciones
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Situación y Forma de los Órganos: Al examinar la situación y las relaciones de cada órgano, se pueden diagnosticar distopias orgánicas (p. ej.: riñón pelviano, situs inversus) y es posible apreciar si presentan o no adherencias (p. ej.: bridas de tejido conjuntivo, depósitos de fibrina). En relación a la forma, siempre tomando como referencia el órgano normal, se pueden diagnosticar lobulaciones anormales congénitas (p. ej.: pulmón, bazo, riñón) o deformaciones (p. ej.: producidas por compresiones extrínsecas de órganos contiguos como la atelectasia pulmonar asociada a un neumotórax espontáneo).
Tamaño y Peso: La medición de la longitud, anchura y altura da una idea exacta del tamaño de los órganos. El tamaño de las alteraciones focales de los órganos (p. ej.: las metástasis tumorales) se debe expresar siempre en centímetros (cm) y precisar su extensión en la superficie de corte (e. s. c), por ejemplo, 6 x 4 cm, y a ser posible también su dimensión espacial (6 x 4 x 4 cm). Pero esta medida es solo indicativa debido al polimorfismo de los órganos corporales. En general, actualmente se indica el tamaño de los órganos por su peso. Se suelen consultar las tablas de pesos de los órganos humanos, las cuales han de considerar las variaciones de edad y de sexo. En cuanto al peso orgánico, es recomendable proceder a determinar el peso específico: peso/volumen. Se pesa en gramos. Niños: variación en peso del 10%. Mujeres: variación en peso del 20% menos de peso que los hombres.
Color de los Órganos: De los órganos de los sentidos que se emplean para reconocer los fenómenos de la naturaleza, el ojo y, por tanto, la sensación de color, es el primordial. Además, no debemos olvidar que el ojo ve más allá de los colores; percibe también la forma, transparencia, brillo (seco, húmedo), aspecto superficial (áspero, liso) y la consistencia de cualquier objeto, entre otras cualidades y características. En la sensación de los colores existen dos problemas: el de la percepción subjetiva del color y el de su expresión lingüística. Se conoce gran número de tonalidades y calidades de color, pero muy pocos nombres que las caractericen. La sensación de color que impresiona la retina depende, desde el punto de vista físico de:
- El matiz o la tonalidad del color
- La saturación (Chroma)
- La claridad (Value) o luminosidad
Como este método no se ha introducido de modo general, lo habitual es describir los colores orgánicos sin más, teniendo en cuenta las tres cualidades del color: tonalidad, saturación y claridad. El ojo reconoce bien la tonalidad de los colores y, sin embargo, hay grandes divergencias en cuanto a la percepción de la claridad y saturación. Estas se ven muy afectadas por el fondo sobre el que se exhibe el color por la luz. La descripción del color debe considerarse como un medio auxiliar para el diagnóstico. En general, el color de los órganos viene determinado por el contenido de la sangre, por lo que predomina el rojo de la hemoglobina. La sangre oxigenada impregna a la piel y a los órganos de un rojo claro. La sangre desoxigenada confiere a los órganos una coloración rojo azulada. La ictericia es el producto de degradación de la hemoglobina; esta produce los pigmentos (bilirrubina) y biliverdina (verde), que impregnan a los diferentes órganos. Los depósitos de pigmentos producen un cambio en la coloración normal de órganos. La entrada de colores del rojo al amarillo se reconoce especialmente en la evolución de los derrames sanguíneos. El color del tejido adiposo de la corteza suprarrenal o del cuerpo lúteo se debe a la impregnación de carotenos que se ingieren con los alimentos. El color negro o verdoso de los tejidos es porque se encuentran afectados por los procesos de putrefacción, y se debe a la producción de SH2 que forma con la hemoglobina un compuesto denominado sulfahemoglobina (de color negro). Para valorar los órganos huecos o cavidades (caverna tuberculosa) valen los mismos principios. Se indicará la amplitud de la cavidad y el tamaño de apertura, el grosor y la consistencia de la pared, el aspecto de la superficie interna, así como su contenido (volumen en centímetros cúbicos). El estado de agregación: líquido, pastoso, denso. Aspecto: claro, turbio, filamentoso. Sedimento: peso específico. Transparencia: color, opalescencia. Reacción: ácido, alcalino.