Evaluación Estratégica en Trabajo Social Comunitario: Fortalecimiento y Desarrollo Sostenible
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Evaluación Estratégica en Trabajo Social Comunitario
La evaluación en el Trabajo Social Comunitario es un proceso fundamental que permite medir el impacto de las intervenciones y orientar el desarrollo futuro de la comunidad. A continuación, se detallan los objetivos clave de este proceso.
Objetivos Fundamentales de la Evaluación Comunitaria
En el marco del Trabajo Social Comunitario, la evaluación se articula en torno a varios objetivos esenciales que guían la intervención y el progreso de las comunidades:
1. Valoración del Grado de Realización de Objetivos o Tareas Proyectadas
Es necesario objetivar los logros obtenidos mediante la formulación de indicadores que nos permitan evaluar el rendimiento de las actividades realizadas. Estos indicadores deben ser asumidos desde la primera fase del proyecto por toda la comunidad; por eso, al evaluarlos, la comunidad se encuentra con su propia imagen, se autodiagnostica mejor y puede percibir de forma correcta su propia dinámica interna de desarrollo.
2. Medición del Nivel de Densidad Relacional Alcanzado
En el Trabajo Social Comunitario, no se trata solamente de lograr un objetivo movilizando a la comunidad. Se trata de capacitar a la comunidad para debatir y seleccionar objetivos, proyectos y tareas colectivamente. Aumentar la densidad relacional, la cohesión y la coordinación entre las diversas personas que la componen en torno a un objetivo externo a la comunidad o ante un objetivo interno, es una meta básica en cualquier intervención profesional en el ámbito que nos ocupa. ¿Cómo hacerlo? Contrastando los datos que obteníamos en el diagnóstico inicial con los resultados que podemos observar al final del proyecto, en la sesión de evaluación.
3. Establecimiento de Nuevos Objetivos para una Comunidad con Capacidad de Movilización Mejorada
La evaluación no es un punto final en la vida de la comunidad. Precisamente, el trabajador social comunitario lo que persigue es mejorar las pautas relacionales para que, ya sin una intervención tan directa del trabajador social, la comunidad pueda tomar conciencia de sus recursos, sus límites y posibilidades, y establecer estrategias colectivas que les permitan mejorar sus condiciones de vida. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones los problemas que se afrontan se originan en pautas de comportamiento inadecuadas de la propia población, que pueden ser modificadas mediante su objetivación, análisis e implicación de toda la comunidad en el proceso de cambio. Por lo tanto, la mejora alcanzada en un aspecto debe ser el punto de partida para seguir mejorando en el resto de sus condiciones de vida.
Principios Teóricos Fundamentales en la Acción Comunitaria
En todo este proceso, sigue vigente el principio teórico que formulamos al estudiar la dinámica del Trabajo Social con Grupos, dado que la acción comunitaria es siempre una actividad en la que actúan grupos organizados: la progresividad, gradualidad y reversibilidad.
La Progresividad, Gradualidad y Reversibilidad en el Trabajo Social Comunitario
- Progresividad: La comunidad se organiza progresivamente; no se cambian las dinámicas de comportamiento rápidamente, y el trabajador social debe tener presente la complejidad de un proceso en el que la población se reconoce a sí misma de otra manera.
- Gradualidad: El cambio que experimenta la comunidad no solo es progresivo, también es gradual. No afecta igual a todos los participantes, y por lo tanto podemos extraer dos conclusiones básicas: no establecer comparaciones entre personas y organizaciones, respetando la evolución de cada una de ellas, y analizar las características de la población para actuar sobre aquellos rasgos que pueden acelerar los procesos de cambio.
- Reversibilidad: Finalmente, el trabajador social debe estar preparado para gestionar las fases en las que los procesos de cambio se ralentizan o se deterioran, en las que las comunidades pueden paralizarse por disputas en torno al poder, a la definición de los objetivos o simplemente por causa de desencuentros personales, exceso de protagonismo o conflictos entre los intereses.
Tipos y Fases de la Evaluación en Proyectos Comunitarios
1.1. Evaluación Continua y Evaluación Final: Logro de Metas y Aumento de la Densidad Relacional en la Comunidad
Desde una perspectiva orientada al fortalecimiento de la capacidad de acción de la comunidad, mediante el reforzamiento de sus vínculos y la movilización colectiva para afrontar retos estructurales, la evaluación es siempre un momento final en el que se objetivan los resultados alcanzados.
Etapas del Proceso Evaluativo
En esta fase, la evaluación (como diagnóstico participativo de lo que ha ocurrido) tiene varias etapas que se repiten en la evaluación continua y en la evaluación final:
- Entrevistas a miembros de la comunidad.
- Entrevistas a los actores sociales más relevantes.
- Entrevistas a los líderes de opinión.
- Entrevistas a los responsables de organizaciones y partidos políticos, para percibir en cada fase del proyecto cómo se van cumpliendo los objetivos y cómo es percibido ese proceso de cambio.
También hay que tomar en cuenta la valoración que la propia comunidad establece como tal, tanto en fases intermedias del proyecto como en la sesión de evaluación final.
Objetivos Clave en el Proceso de Evaluación
En el proceso de evaluación, deben tenerse en cuenta tres objetivos fundamentales: