Europa en Transformación: Revolución Francesa, Napoleón, Restauración y Nacionalismo del Siglo XIX

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Definiciones Clave

  • Jacobino: Miembro de un grupo político radical durante la Revolución Francesa, defensor de la república, la soberanía popular y un estado centralizado basado en la igualdad.
  • Monarquía constitucional: Forma de gobierno donde los poderes del monarca están establecidos y limitados por una constitución escrita.
  • Monarquía parlamentaria: Monarquía en la que el poder legislativo reside en cámaras representativas (Parlamento) y el rey o reina ejerce como jefe de Estado, generalmente con poderes limitados o simbólicos, siendo el gobierno responsable ante el Parlamento.
  • Neoclasicismo: Movimiento artístico y cultural de finales del siglo XVIII y principios del XIX, inspirado en los modelos estéticos y filosóficos de la antigüedad clásica (Grecia y Roma), que buscaba el equilibrio, la razón, la sobriedad y la virtud cívica.
  • Proteccionismo económico: Política económica que busca proteger la producción nacional frente a la competencia extranjera mediante la imposición de impuestos (aranceles), cuotas u otras barreras a los productos importados.
  • Restauración: Periodo histórico iniciado en Europa tras la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte (1815), caracterizado por la reacción antiliberal, el restablecimiento de las monarquías absolutas o limitadas del Antiguo Régimen y la reorganización del mapa europeo. En España, se refiere específicamente al periodo transcurrido tras el regreso al trono de la dinastía de los Borbones.
  • Rococó: Estilo artístico que floreció en Europa durante el siglo XVIII, especialmente en la primera mitad, vinculado a la aristocracia y caracterizado por su elegancia, refinamiento, ornamentación exuberante y gusto por lo íntimo y delicado.
  • Soberanía nacional: Principio político fundamental del liberalismo según el cual el poder supremo del Estado reside en la nación, entendida como el conjunto de ciudadanos. Este poder se ejerce a través de representantes elegidos y se formaliza en un pacto social o contrato, usualmente una constitución.

Radicalización de la Revolución Francesa

Convención Girondina (1792-1793)

El inicio de la Primera República Francesa significó la entrada en una fase más radical y popular de la Revolución. Durante este periodo se produjeron las Matanzas de Septiembre (1792), en las que turbas asaltaron las cárceles de París y asesinaron a cientos de prisioneros, incluyendo religiosos, aristócratas y presos comunes, ante el temor de una invasión contrarrevolucionaria.

Convención Montañesa y el Terror (1793-1794)

El temor a la derrota de la Revolución, tanto por amenazas internas como externas, provocó un golpe de Estado de los sectores más radicales (jacobinos o montañeses y los sans-culottes) contra los diputados girondinos en junio de 1793. Los montañeses, liderados por figuras como Maximilien Robespierre, tomaron el control del Comité de Salvación Pública e instauraron un régimen de excepción conocido como el Terror, caracterizado por la represión política y la persecución de los considerados enemigos de la Revolución. Robespierre intentó frenar la crisis económica, entre otras medidas, estableciendo la Ley del Máximo General (que fijaba precios máximos para productos básicos y salarios).

El Imperio Napoleónico

El Consulado (1799-1804)

Tras el golpe de Estado del 18 de Brumario, se estableció el Consulado. Este régimen fue marcadamente personalista, basado en la enorme capacidad política y militar de Napoleón Bonaparte, quien acaparó progresivamente todo el poder como Primer Cónsul. En 1802, se nombró Cónsul Vitalicio. Durante este periodo, Napoleón inició importantes reformas que consolidaron algunos principios del liberalismo moderado en Francia, como el Código Civil (1804), la centralización administrativa, la reforma educativa y la firma del Concordato con la Santa Sede.

Política Exterior y Expansión Imperial (1804-1812)

En 1804, Napoleón se coronó Emperador. Su política exterior tuvo dos direcciones principales: intentar forjar una alianza duradera con Rusia y lograr el aislamiento diplomático y, sobre todo, económico del Reino Unido mediante el establecimiento del Bloqueo Continental.

Declive y Caída (1812-1815)

El intento de invadir Rusia en 1812 resultó en una catastrófica derrota para la Grande Armée, marcando el inicio del declive napoleónico. Fue vencido por una gran coalición europea en la Batalla de Leipzig (también llamada Batalla de las Naciones) en 1813. Obligado a abdicar, fue exiliado a la isla de Elba. Regresó brevemente a Francia en 1815 (Imperio de los Cien Días), pero fue derrotado definitivamente en la Batalla de Waterloo. (Nota: La guerra en España, conocida como Guerra de la Independencia, también fue un factor crucial de desgaste para el Imperio).

La Restauración Europea (1815-1830)

Tras la caída definitiva de Napoleón, las potencias vencedoras (Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido) buscaron restablecer el orden político y social anterior a la Revolución Francesa. Volvieron al poder los monarcas del Antiguo Régimen o sus herederos, y se intentó restaurar los principios del absolutismo y el equilibrio de poder entre las potencias, como si la Revolución Francesa y sus consecuencias no hubieran existido.

Principios y Mecanismos

  • Legitimidad monárquica: Restauración de las dinastías depuestas por Napoleón.
  • Equilibrio de poder: Evitar que una potencia alcanzara la hegemonía en Europa.
  • Intervencionismo: Derecho de las potencias a intervenir en países donde surgieran amenazas revolucionarias.
  • Sistema de Congresos: Se estableció un sistema de reuniones periódicas (congresos) entre las grandes potencias para buscar soluciones diplomáticas a los conflictos internacionales y mantener el orden establecido.

El Congreso de Viena (1814-1815)

Fue la reunión diplomática clave donde las potencias vencedoras, con la posterior incorporación de la Francia restaurada, rediseñaron el mapa político de Europa y sentaron las bases del nuevo orden internacional conservador.

Figuras Clave:

  • Klemens von Metternich: Ministro de Asuntos Exteriores de Austria, considerado el arquitecto de la Restauración.
  • Alejandro I: Zar de Rusia.
  • Charles Maurice de Talleyrand: Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, quien hábilmente logró defender los intereses franceses pese a ser la potencia derrotada.

Decisiones Territoriales Principales:

  • Se creó el Reino Unido de los Países Bajos, asimilando Bélgica.
  • El Reino de Piamonte-Cerdeña recuperó Saboya y Niza, y recibió Génova.
  • Austria, Prusia y Rusia obtuvieron importantes ganancias territoriales para asegurar el equilibrio y contener a Francia.
  • Se creó la Confederación Germánica, bajo presidencia austríaca.

Alianzas Post-Congreso

  • Santa Alianza: Pacto firmado inicialmente por los monarcas de Prusia, Rusia y Austria, basado en principios cristianos y absolutistas. Su objetivo era mantener el orden establecido y ayudarse mutuamente frente a movimientos liberales y nacionales.
  • Cuádruple Alianza: Firmada por Reino Unido, Austria, Prusia y Rusia (a la que más tarde se uniría Francia, formando la Quíntuple Alianza) con el fin práctico de garantizar el cumplimiento de los tratados de París y Viena, vigilar a Francia y celebrar congresos periódicos.

Las Olas Revolucionarias Liberales y Nacionales

Primera Oleada (Década de 1820)

Se inició en España con el pronunciamiento militar del comandante Rafael del Riego contra la monarquía absoluta de Fernando VII en 1820. Este levantamiento consiguió que el rey jurara la Constitución liberal de 1812, dando inicio al Trienio Liberal (1820-1823), que sería sofocado por la intervención francesa auspiciada por la Santa Alianza. Hubo réplicas revolucionarias con carácter liberal en Portugal, Nápoles y Piamonte, así como el inicio de la guerra de independencia de Grecia contra el Imperio Otomano.

Segunda Oleada (1830)

  • Francia: La revolución estalló en París contra el rey Carlos X, quien intentó suprimir libertades y restaurar principios absolutistas mediante las Ordenanzas de Julio. La revuelta resultó en su abdicación y la instauración de una monarquía constitucional más liberal bajo Luis Felipe de Orleans (la"Monarquía de Juli").
  • Bélgica: Logró su independencia del Reino Unido de los Países Bajos, estableciendo una monarquía constitucional.
  • Otros levantamientos de carácter liberal o nacionalista en Polonia, Estados italianos y alemanes fueron duramente reprimidos.

Tercera Oleada (1848 - "La Primavera de los Pueblos")

Fue la oleada revolucionaria de mayor extensión geográfica y la que tuvo un mayor componente democrático y social, afectando a gran parte de Europa (Francia, Imperio Austríaco, Prusia, Confederación Germánica, Estados italianos, etc.). Combinó reivindicaciones liberales (sufragio universal masculino, repúblicas, más libertades) con fuertes demandas nacionales (unificación, autonomía) y sociales (derechos de los trabajadores). Aunque muchas de estas revoluciones fracasaron a corto o medio plazo, marcaron el fin definitivo del sistema de la Restauración, la consolidación del ascenso de la burguesía y la clase obrera como fuerzas políticas, y el avance irreversible de las ideas democráticas y nacionales.

El Auge del Nacionalismo en Europa

El siglo XIX fue testigo del fortalecimiento y la expansión de los movimientos nacionalistas por toda Europa. Estos movimientos se basaban en la idea de que cada nación (entendida como una comunidad con vínculos históricos, culturales, lingüísticos y, a veces, étnicos) tenía derecho a formar su propio Estado independiente y soberano.

  • Grecia: Fue uno de los primeros éxitos del nacionalismo decimonónico, logrando su independencia del Imperio Otomano en la década de 1820, tras una larga guerra que contó con el apoyo de potencias europeas (Reino Unido, Francia, Rusia) y la simpatía del movimiento romántico.
  • Irlanda: Intensificó su movimiento nacionalista en busca de una mayor autonomía (Home Rule) o la independencia total del Reino Unido, un conflicto con profundas raíces históricas, religiosas y económicas.
  • Otros pueblos como los polacos (divididos entre Rusia, Prusia y Austria), húngaros, checos, eslovacos, rumanos, serbios, croatas, etc., dentro de los grandes imperios multiétnicos (Austríaco, Ruso, Otomano), también desarrollaron fuertes movimientos nacionales que buscaban autonomía o la creación de Estados propios.

Las Grandes Unificaciones Nacionales

Dos de los procesos nacionalistas más importantes del siglo XIX culminaron en la creación de dos nuevos y poderosos Estados en el centro de Europa:

Unificación Italiana (Il Risorgimento)

Fue el largo proceso histórico, político y militar que llevó a la unión de los diversos Estados en los que estaba dividida la península itálica. Fue liderado principalmente por el Reino de Piamonte-Cerdeña, bajo la monarquía de Víctor Manuel II y la hábil dirección política de su primer ministro, el Conde de Cavour. La existencia de una lengua y una rica cultura comunes, junto con el deseo de librarse del dominio extranjero (principalmente austríaco en el norte) y la influencia papal en el centro, forjó un poderoso sentimiento de unidad entre los italianos. Figuras revolucionarias como Giuseppe Mazzini (ideólogo) y Giuseppe Garibaldi (líder militar de los"Camisas Roja") también jugaron un papel crucial. El proceso se desarrolló en varias fases, incluyendo guerras contra Austria y la anexión de territorios, culminando con la proclamación del Reino de Italia en 1861 y la incorporación de Roma en 1870, convirtiéndose en la capital.

Unificación Alemana

Proceso que condujo a la creación del Imperio Alemán (Segundo Reich) a partir de la unión de los diversos Estados alemanes que formaban la Confederación Germánica. Fue liderado por el Reino de Prusia, bajo el reinado de Guillermo I y, sobre todo, la pragmática y autoritaria dirección política de su canciller, Otto von Bismarck. Bismarck, partidario de la Realpolitik, utilizó la diplomacia, la reforma militar y la guerra "a hierro y sangr") para lograr la unificación bajo hegemonía prusiana, excluyendo deliberadamente a Austria (solución de la"Pequeña Alemani"). Tras victorias militares clave contra Dinamarca (Guerra de los Ducados, 1864), Austria (Guerra Austro-Prusiana, 1866) y Francia (Guerra Franco-Prusiana, 1870-1871), los Estados alemanes del sur se unieron a la Confederación Alemana del Norte (liderada por Prusia), y el Imperio Alemán fue solemnemente proclamado en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles en enero de 1871, con Guillermo I como Emperador (Káiser).

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