Eudemonía y Sabiduría: La Filosofía de la Vida Plena según Aristóteles

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La Eudemonía Aristotélica y la Búsqueda de la Plenitud

La Virtud y la Vida Feliz

La vida feliz consiste en ejercitar la virtud de la actividad propia de cada uno. La vida guiada por la sabiduría y la actividad intelectual es la más feliz.

¿Qué actividad es la que le permite al ser humano alcanzar la vida plena?

Para Aristóteles, la felicidad es el resultado de la unión de tres conceptos fundamentales:

  • La *vida buena*.
  • El *buen destino o fin* (telos).
  • La *acción buena*.

La felicidad no es algo momentáneo, sino que abarca una vida entera, concretamente aquella vida destinada al desarrollo de lo que le es propio al hombre según su naturaleza, es decir, la contemplación conforme a la virtud.

Para Aristóteles, la eudemonía se alcanza actualizando lo que *está en potencia*, que en el ser humano, según su propia naturaleza, es la vida buena, la plenitud.

La Ataraxia: Alternativas Post-Aristotélicas

Las tres principales escuelas filosóficas posteriores a Aristóteles (**Epicúreos**, **Escépticos** y **Estoicos**) utilizaron el concepto de ataraxia como sinónimo de felicidad. La ataraxia es un estado de tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad del ánimo. Se alcanza disminuyendo el poder de las pasiones y de los deseos a través de la razón.

Sabiduría vs. Conocimiento: El Camino hacia la Felicidad

Tipos de Conocimiento y su Relación con la Plenitud

Aristóteles afirma que la felicidad, que él concibe como una *vida plena*, está vinculada a un cierto tipo de conocimiento: el conocimiento teórico, que él entiende como sabiduría o contemplación.

Pero existen otros tipos o niveles de conocimiento además de la contemplación. El *conocimiento científico*, el *conocimiento práctico* o el *saber hacer* determinadas cosas son también conocimiento y, en principio, no lo relacionamos con la felicidad. Casi todos tenemos la experiencia de que no siempre que hemos contribuido a aumentar nuestro conocimiento se ha incrementado de forma paralela nuestra felicidad; sino que a veces ocurre todo lo contrario, pues adquirir conocimientos nuevos muchas veces puede llegar a ser tedioso y muy costoso.

La Sabiduría como Condición Suficiente

Si consideramos la sabiduría como *vivir conscientemente*, como visión y comprensión global de todo aquello que nos atañe, de lo que es realmente importante para nosotros y que nos ayuda a orientar nuestra vida con sentido, en ningún caso es un saber que consideramos tedioso.

La diferencia entre la sabiduría y el resto de conocimientos radica quizá en que la primera se busca *por sí misma*, mientras que el conocimiento suele tener un marcado carácter **instrumental**. La felicidad es algo que acompaña a este tipo de conocimiento, pero lo hace como un regalo, no como algo que se busca de manera intencionada. Esto puede permitirnos afirmar que el conocimiento en general es **condición necesaria**, pero en ningún caso suficiente para ser felices.

La sabiduría, en cambio, sí puede considerarse como una **condición no solo necesaria, sino también suficiente** para alcanzar esa *vida feliz y plena* de la que habla Aristóteles. Incluso cuando las circunstancias de una persona son desfavorables e implican desgracia y sufrimiento, solo a través de la sabiduría es posible contemplarlas desde otro punto de vista, desde una perspectiva que las dote de sentido y las integre dentro del propio recorrido vital.

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