Éticas Formales y el Deber: Un Recorrido por Kant, Nietzsche, Sartre y Habermas

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Éticas Formales o del Deber: Un Recorrido Filosófico

La Buena Voluntad Kantiana: Immanuel Kant

Para Immanuel Kant, lo que hace buena una conducta es la intención con la que se realiza. Distingue tres tipos de acciones:

  • Contrarias al deber: Son inmorales.
  • Conformes al deber, pero realizadas por interés o miedo: Carecen de valor moral.
  • Conformes al deber y realizadas por el respeto al deber: Son moralmente buenas.

Para Kant, la voluntad es la facultad gracias a la cual podemos determinar nuestra conducta en virtud de principios. Es buena en sí misma porque la persona actúa en sus comportamientos morales exclusivamente por deber. La buena voluntad es la que interviene cuando queremos hacer el deber por el deber.

La ética kantiana es una ética autónoma, lo que significa que nadie tiene que decirnos lo que debemos hacer. Es cada persona quien, en cada caso, aplica el imperativo categórico (decidir qué es o no lo correcto, actuando siempre de la mejor manera). Finalmente, otra de sus frases clave es: “Somos igual de dignos”, dejando al margen cualquier distinción de género, raza u orientación sexual.

Nietzsche: La Moral de los Señores y de los Esclavos

Para Friedrich Nietzsche, los valores tradicionales de la cultura occidental han desaparecido, y el ser humano no tiene más remedio que crear nuevos valores y ponerse a sí mismo en el lugar de Dios.

Considera que siempre han existido dos tipos de moral contrapuesta:

  • La Moral de los Señores

    Representa a personas fuertes, superiores, poderosas, que no aceptan sujetarse a normas ni a las masas, y viven en permanente lucha y peligro. Su moral es la del dominador. Son personas autónomas, y sus valores son el poder, la plenitud, la fuerza, la dureza y la disciplina.

  • La Moral de los Esclavos

    Caracteriza a personas débiles, vulgares, plebeyas, inferiores, cobardes, el rebaño, la masa. Son tan débiles que se sienten incapaces de exteriorizar su cólera, su rencor o su deseo de venganza; de ahí su necesidad de ser masa. Su moral es heterónoma. Por ello, promueven aquellos valores que protegen su debilidad.

Nietzsche argumenta que la cultura occidental está dominada por la moral de los esclavos, lo que representa el triunfo de los mediocres. Propone la transmutación de los valores para volver a colocar las cosas en su lugar. El Superhombre es aquel que será capaz de llevar a cabo esta transmutación, conociendo la voluntad y el eterno retorno.

El Formalismo Ético Existencialista: Jean-Paul Sartre

El representante de esta corriente fue Jean-Paul Sartre. Para él, el ser humano es un ser libre, está “condenado a ser libre”. Justamente cuando decidimos que sean otros quienes decidan por nosotros, actuamos de mala fe y estamos siendo inmorales. Lo contrario de la mala fe es la autenticidad. Sartre admite la posibilidad de una cierta moral común.

La Ética Comunicativa o del Discurso: Jürgen Habermas

El representante de esta ética fue Jürgen Habermas. El objetivo de esta ética es establecer las condiciones en las que una comunidad podría alcanzar un consenso universal sobre cuáles deben ser sus valores, normas y fines morales.

Para Habermas, las condiciones que deben cumplirse para alcanzar consensos que respondan verdaderamente a los intereses de los interlocutores son:

  • El diálogo debe ser público e inclusivo: No puede excluir a nadie.
  • Igualdad en el ejercicio de las facultades de comunicación: Todos deben tener las mismas oportunidades para expresarse sobre la materia.
  • Exclusión del engaño y la ilusión: Los participantes deben creer lo que dicen.
  • Ausencia de coacciones: La comunicación debe estar libre de restricciones.

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