La Ética Kantiana: Razón, Deber y los Postulados de la Moralidad

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La Razón Práctica y el Imperativo Categórico Kantiano

En el ámbito práctico, la razón puede aventurarse en su uso puro. Immanuel Kant formula el Imperativo Categórico de las siguientes formas:

“Obra de tal manera que emplees la voluntad humana, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre y al mismo tiempo como un fin y nunca meramente como un medio.”

“La idea de la voluntad de todo ser racional como voluntad universalmente legisladora.”

La razón tiene como fin principal producir una buena voluntad. Vive y realiza tu modo de ser; de ahí ha de partir el sentido de tu vida. Trata con respeto lo que es conforme a su modo de ser, vive en la realidad y realízate.

Deber, Libertad y los Postulados de la Razón Práctica

Solo cuando lo que nos mueve es la voluntad de cumplir con nuestro deber, podemos afirmar que somos morales. La libertad humana, para Kant, es un atributo inalcanzable para la razón teórica. Además de la libertad humana, todo lo que nos obliga a hablar de ideas trascendentales choca con las posibilidades intelectuales humanas. Por este motivo, Kant recomendaba una posición agnóstica respecto a ellas.

Sin embargo, aunque no puedan ser objeto de demostración científica, la realidad y la existencia del Alma, del Mundo y de Dios se convierten en imprescindibles para que podamos hablar de moralidad. Esto lleva a Kant a considerar que las ideas trascendentales de la razón teórica han de entenderse como postulados de la razón práctica. En definitiva, los postulados de la razón práctica resultan indemostrables científicamente, pero son moralmente necesarios.

La Relación entre Razón Teórica y Razón Práctica

Aunque la razón teórica no puede demostrarlo, la razón práctica afirma la inmortalidad del alma, la libertad humana y la existencia de Dios. Todo esto puede considerarse una respuesta a la tercera pregunta kantiana: ¿Qué puedo esperar si hago lo que debo? Según Kant, si actuamos de manera desinteresada y sin esperar nada a cambio, podemos aspirar a la felicidad.

En la Crítica de la Razón Pura, Kant excluye la noción de libertad, ya que todos los fenómenos se encuentran encadenados al principio de causalidad. En esta obra también se niega la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Ambas ideas no son asequibles al conocimiento objetivo porque este tiene lugar por aplicación de categorías a los fenómenos, y el alma y Dios no son fenómenos que se den en la experiencia.

Características de la Ética Kantiana: Autonomía, Formalismo y Deontología

En conclusión, la ética kantiana se caracteriza por ser:

  • Autónoma: La norma moral es autoimpuesta por el sujeto racional.
  • Formal: Proporciona la forma universalizable de toda norma moral, sin especificar contenidos concretos.
  • Deontológica: Ser moral implica actuar por deber, independientemente de las consecuencias.

En este marco, el valor interno de una acción reside en su conformidad con la ley moral. Los deseos e inclinaciones pueden ser amables, pero su moralidad solo se valida si concuerdan con la ley moral.

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