Ética de la información en la era digital: retos y oportunidades para la educación

Ética de la Información

Nuestra sociedad ha olvidado que uno de los valores forjadores de nuestra sociedad es el altruismo de los científicos, que han trabajado para mejorar su sociedad, aunque sus remuneraciones nunca hayan sido espectaculares.

Enseñar a los alumnos a valorar el trabajo científico y a cuidar el trabajo intelectual por medio de su difusión responsable, enseñar a valorar la importancia de una buena fuente de información, a citarla convenientemente y a reconocer el valor que ha tenido en nuestra formación o en la elaboración de un trabajo.

1. A hombros de gigantes

Se atribuye a un filósofo francés la expresión “somos como enanos a hombros de gigantes”. Con esta frase del S. XII pretendía mostrar que si los científicos de su época eran algo, se debía a que estaban subidos sobre los hombros de los científicos que trabajaron antes que ellos. La ciencia avanza porque los científicos aprenden de sus predecesores, utilizan sus trabajos, los leen, los estudian y los mejoran.

2. Plagio académico. ¿Copiar es malo?

No lo es si citamos nuestra fuente de información, pero sí lo es cuando no citamos la procedencia, y cuando por tanto pretendemos apropiarnos de la idea de otra persona. El plagio académico es especialmente importante en la actualidad, y no sólo se manifiesta en los grandes profesores, el plagio también se da entre los alumnos. Unos alumnos se copian a otros, otros copian de internet… sin saber muchas veces que su trabajo ganaría mucho con sólo citar sus fuentes de información, si estas son buenas. Podría ser la diferencia entre suspender o sacar un sobresaliente.

Las causas del plagio académico son varias:

• La comodidad y la menor inversión de tiempo.
• Las facilidades que da internet para “copiar y pegar”.
• El sentimiento de impunidad que se tiene al plagiar una idea en la red.
• El desconocimiento de las formas del trabajo académico.

Existen programas informáticos antiplagio.

Por lo tanto, debemos educar en el tratamiento de la información, debemos enseñar a copiar, y sobre todo, a trabajar citando la procedencia de nuestras fuentes.

3. Propiedad intelectual

Los derechos de propiedad intelectual están protegidos en cualquier tipo de actividad intelectual. Dos categorías: la propiedad industrial y los derechos de autor. Para la protección de estos derechos existe una legislación variada en España. En primer lugar la ley de propiedad intelectual, que protege sólo los derechos de autor. La ley de propiedad intelectual protege los derechos morales (paternidad, divulgación e integridad) de una obra, y los derechos patrimoniales (reproducción, distribución, comunicación pública y transformación).

En la actualidad existen herramientas que nos permiten proteger nuestros derechos de autor: se trata de las licencias, que detallan los derechos que el autor cede, las obligaciones y limitaciones del tomador, las garantías y responsabilidades del autor, y la legislación o jurisprudencia aplicable en caso de quebrantamiento de la licencia.

4. Citas y referencias

Los alumnos no saben citar bibliografía, ni mucho menos fuentes primarias. Año tras año se comprueba que nadie enseña a los alumnos a citar, conocer y valorar sus fuentes de información. La plasmación de esa valoración de las fuentes utilizadas son las citas y referencias que se incluyen en un trabajo científico; es decir, el aparato crítico de un trabajo (toda la documentación y bibliografía consultada y utilizada por el autor). Hablamos de referencias cuando son las que uno mismo incluye en su trabajo. Hablamos de citas cuando son otros autores los que nos citan a nosotros. De esta manera es posible valorar la importancia de un trabajo: un trabajo muy citado, seguramente será de mayor calidad que un trabajo que pasa desapercibido.

Sobre las referencias que podemos hacer en un trabajo académico cualquiera diremos dos cuestiones básicas:

• Todas las referencias de un trabajo deben estar normalizadas o uniformadas rigurosamente según una misma norma bibliográfica.
• Existen herramientas digitales para la gestión de la bibliografía.

5. Repercusiones docentes

Comprender la importancia de enseñar el método histórico/científico en el aula. Trabajar con el método histórico es una propuesta de aprendizaje por indagación en la que se fomenta una metodología activa por parte del alumno.

Este tipo de procedimientos convierten en conocimientos y hábitos útiles para el aprendizaje en otras disciplinas y en la vida cotidiana del alumno. De hecho, los hábitos de cita y referencia se pueden trabajar en las aulas de Educación Primaria por medio de actividades diversas. Aprender las técnicas y formas del trabajo científico puede estimular la creatividad de los alumnos. Muchas veces hablamos de frikis, cuando en realidad se trata de niños muy cualificados, muy apasionados, con abundantes conocimientos, y habilidades y destrezas. Si además dotamos a los alumnos de las herramientas adecuadas para proteger (licencias) y respetar (citas) los derechos de propiedad intelectual, estaremos creando potenciales científicos, investigadores.