Etapas del Desarrollo Infantil: Un Recorrido Psicosocial
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La infancia comprende los primeros años de vida (0-12), durante los cuales la persona experimenta una serie de rápidos cambios y transformaciones en su proceso de adquisición, maduración y dominio de funciones biológicas y psicológicas. Las características generales dependen mucho de la edad, que se divide en los siguientes grupos:
Primer Año de Vida
El proceso de evolución cerebral es muy rápido. Los reflejos con que nace el niño aumentan rápidamente. El desarrollo motor le permite poco a poco cierto control sobre sus movimientos. Ejemplo: mantener la cabeza recta (1 a 3 meses), caminar solo o con ayuda (12 meses). El niño pasa a tener una relación dual con su madre, estableciéndose un intenso vínculo afectivo con ella o con la persona que realice las funciones maternas. La calidad de esta relación condiciona de forma fundamental la evolución emocional del niño. Posteriormente irá reconociendo a las personas de su entorno, diferenciando a los extraños y sufriendo la "angustia de los ocho meses". La relación con los demás se efectúa a través de los sentidos y el contacto corporal. Ejemplo: por la boca experimenta satisfacciones, pero también frustraciones como el destete, que influirán en su desarrollo emocional.
De 1 a 3 Años
En esta etapa el niño utiliza símbolos para hacer presentes los objetos ausentes. Aparecen las primeras palabras que posteriormente darán lugar a la utilización del lenguaje como medio de expresión del pensamiento y deseos. A los 18 meses reconoce su imagen en el espejo, teniendo así la primera representación mental del concepto de sí mismo. En este período se afianza la marcha (andar) lo que le permite una mayor autonomía y posibilidad de explorar el entorno, aunque tiene miedo a perder el cariño o el abandono de los padres. Entra en una fase de oposición en la que se opone sistemáticamente a lo que se le pide, mostrando actitudes de rebeldía y tozudez para conseguir lo que desea. Le agrada la compañía de otros niños y compartir su juego con ellos, aunque este es aún muy desorganizado y tiende a la posesión exclusivista de los objetos.
De 3 a 7 Años
De la relación dual con su madre pasa a tener una relación triangular con los padres (complejo de Edipo freudiano) con un deseo de posesión exclusiva del padre del otro sexo y a la vez sentimientos de hostilidad hacia el del mismo sexo. Este proceso suele resolverse con la identificación del mismo sexo y la renuncia al otro, proceso que ocurre hacia los 6-7 años. La escolarización lo hace más autónomo y le afianzan en las relaciones grupales. Va aceptando una mayor independencia personal siendo capaz de realizar por sí mismo muchas actividades (vestirse solo). En estas edades suelen ser ruidosos, impulsivos con una gran fantasía, les gusta hablar mucho y relacionarse socialmente. Aparece con fuerza el sentimiento de envidia, rivalidad y celos. Descubre la diferencia sexual entre niño y niña. La madurez cerebral le posibilita el aprendizaje de la lectura-escritura. Una parte del juego cumple una función de exploración y asimilación de la realidad, por eso, tiene un papel fundamental en la evolución emocional, intelectual y social del niño. Al final de esta etapa (5-6), comienza el interés por los juegos de reglas, como el parchís o el escondite donde hay unas normas establecidas.
De 7 a 12 Años
El niño domina sus impulsos y los canaliza hacia un mayor interés por lo cultural. Comienzan a comprender y utilizan los razonamientos lógicos volviéndose más reflexivos y responsables con mayor capacidad de concentración en las actividades que realizan. El proceso de socialización se afianza y en las relaciones de grupo irá descargando y modificando sus sentimientos de rivalidad pasando a adoptar actitudes de mayor cooperación. A estas edades se consolidan los rasgos de carácter definitivos y se reafirma su identidad sexual agrupándose por sexos y estableciendo las primeras amistades serias. Aparecen sentimientos de pudor y vergüenza en relación al cuerpo. Se independizan más de los mayores y comienzan a cuidar la propia intimidad, guardando secretos entre ellos.