Etapas Clave del Siglo XX: Transformaciones Económicas y Geopolíticas (1870-2000)

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Las grandes etapas del siglo XX

El siglo XX, desde una perspectiva económica, se puede dividir en varias etapas distintivas. La primera comienza alrededor de 1870, marcada por una significativa reducción en los costos de transporte internacional, lo que facilitó la creación de un mercado global para ciertos productos básicos. Este período se extiende hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, un evento que sacudió el orden mundial, la supremacía industrial y comercial británica, y el patrón oro clásico, el sistema monetario internacional de la época.

Posteriormente, los años de guerras y entreguerras vieron al mundo enfrentarse a la Gran Depresión y al cierre de fronteras económicas. Este contexto propició un aumento del intervencionismo estatal, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. La segunda posguerra mundial marcó la "Edad de Oro" del crecimiento económico, bajo la hegemonía de Estados Unidos, hasta su desaceleración en 1973.

El último cuarto del siglo XX, aunque sin una continuidad directa, conecta con los cambios del siglo XXI: una economía mundial más integrada y en constante cambio, y una disminución del dirigismo estatal. Este desarrollo se basa en un progreso tecnológico que beneficia principalmente a los países más avanzados, mientras que los más rezagados quedan a merced de los mercados. Esta secuencia temporal se estructura en cuatro etapas principales.

1. El final del Cosmopolitismo Económico

La transición del siglo XIX al XX no presenta cambios drásticos inmediatos. Se consolida el patrón oro como sistema internacional de pagos entre los países más ricos, estableciendo tipos de cambio fijos. Además, se observa un agotamiento del librecambismo de finales del siglo XIX, con un resurgimiento del proteccionismo arancelario en Europa.

Los avances tecnológicos e industriales, sin embargo, se intensifican en los países occidentales, dando lugar a lo que se conoce como la Segunda Revolución Industrial. Esta etapa se caracteriza por la sustitución del motor de vapor por el motor de explosión, el carbón por la electricidad, y la aparición del petróleo. Estos cambios no solo transformaron el panorama industrial, con el desarrollo de nuevas ramas productivas, sino también el de las comunicaciones.

Este conjunto de transformaciones económicas dio origen a nuevas formas de organización del trabajo, con la aparición de la gran empresa y de los trusts y cárteles de ámbito internacional. La ventajosa situación de Estados Unidos, gracias a su abundancia de recursos y al tamaño de su mercado, le permitió alcanzar la supremacía, manifestada en una notable ventaja tecnológica, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo.

La tasa de crecimiento per cápita de la economía mundial entre 1870 y 1913 promedió un 1,3% anual acumulativo. Este avance fue aprovechado principalmente por las naciones del "Nuevo Mundo", en contraste con las vastas regiones de Asia y África, sujetas a controles políticos, comerciales y financieros coloniales.

El período previo a la Primera Guerra Mundial, caracterizado por la vigencia del patrón oro internacional, fue una época de convertibilidad monetaria casi global, que sobrevivió a diversas crisis financieras. La confianza de los mercados y la estabilidad de los tipos de cambio permitieron un flujo de comercio y capitales particularmente beneficioso para Estados Unidos, que eventualmente tomaría el relevo de la hegemonía británica. No obstante, hacia 1913, Europa aún dominaba el comercio internacional, principalmente el comercio intraeuropeo y colonial. Cabe destacar el aumento de la exportación de productos metálicos y la disminución de los manufacturados.

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