Etapas del Camino Francés: Rutas, Alojamiento y Consejos para Peregrinos

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19ª/ León – Hospital de Órbigo (28,5 km.)

Vid.- “Etapas alternativas”, opción 6

Aunque es larga, es totalmente plana, excepto el primer tramo hasta la Virgen del Camino y algunas pequeñas subidas y bajadas hasta llegar a Villadangos del Páramo. Se sale de León por el parador de San Marcos, cruzando el río Bernesga y se sigue de frente hasta llegar a Trobajo del Camino (4 km.), desde donde se empieza a ascender hasta la Virgen del Camino (3 km.). Aquí conviene desayunar fuerte, en el bar “VIRGEN DEL CAMINO”.

A partir de aquí, el camino se bifurca: a la izquierda sale una variante que nos conduce a Villar de Mazarife y Hospital de Órbigo. Siguiendo de frente, que es la ruta que describiremos, el camino va por la margen izquierda de la N-120, de la que nos desviamos un poco para salvar por un pequeño túnel la autopista A-66, retomándola poco después para llegar a Valverde de la Virgen (4 km.), San Miguel del Camino (4 km.) y Villadangos del Páramo (8 km.). Se atraviesa la carretera, se cruza Villadangos y el camino discurre ya por la derecha de la carretera, pasando por San Martín del Camino (3 km.) y Hospital de Órbigo (7 km.).

En Hospital hay tres albergues: pasado el puente, a la derecha, está el Municipal. Entrando en el pueblo por la calle principal, pasada la iglesia, el Parroquial (3 €) y un poco más adelante, a la izquierda, el albergue privado “San Miguel” (7 €, cocina y posibilidad de desayuno por 2 €). Mi experiencia personal en este último fue realmente gratificante y mereció la pena. Además, la cocina está muy bien equipada e invita a hacer “exquisiteces culinarias”.

20ª/ Hospital de Órbigo – Murías de Rechivaldo (24 km.)

Salimos de Hospital por la misma calle por la que entramos. A la salida del pueblo, nos encontramos a la derecha con el primer desvío que nos lleva por la ruta de Santibáñez. Si seguimos de frente, nos encontramos con la N-120 y proseguimos por la antigua carretera que va paralela a la actual.

En el cruce con la carretera de Santibáñez, tenemos dos opciones:

  • a) Seguir a la derecha por esta carretera, pasando por Villares de Órbigo (1 km.), Santibáñez (2 km.) y desde aquí, por un páramo tedioso y hace años mal señalizado, llegar a la Cruz de Santo Toribio y a San Justo de la Vega (8 km.)
  • b) Seguir por donde venimos, la antigua carretera que, tras dos suaves y prolongadas subidas, nos conduce a la Cruz de Santo Toribio, donde se junta con el camino anterior. Bajando una pequeña cuesta, llegamos a San Justo de la Vega. En total, habremos andado 12 km. desde Hospital, sea cual sea la ruta que hayamos escogido (la de la antigua carretera es más aburrida pero más cómoda). Entrando en San Justo y habiendo caminado unos 200 m. se puede almorzar en el bar OASIS, que merece la pena, sobre todo por el trato tan amable que se ofrece a todos los peregrinos. Siguiendo de frente, por la acera de la derecha, cruzamos el río y llegamos a la vía del ferrocarril (hay un desvío a la derecha que evita la carretera pero que es algo más largo).

Al llegar a Astorga, tenemos dos opciones:

  • a) Torcer a la izquierda, siguiendo las flechas, hasta la otra punta de la ciudad, para coger un camino por encima de la muralla que nos conduce hasta el albergue municipal.
  • b) Torcer a la derecha y subir hasta el centro de la ciudad, al lado del Palacio Gaudí y la Catedral.

Si se tiene idea de quedarse a dormir en Astorga, es mejor la opción a)

En nuestro caso, una vez en Astorga (si hacemos el camino en verano, saliendo a las 6:30 de Hospital se puede estar en Astorga a las 10:00 h.), podemos hacer y por este orden:

  • 1) Ver los monumentos
  • 2) Comprar algo para cocinar en Murías
  • 3) Continuar hasta Murías

El camino hasta Murías es corto, plano, pasando primero por la ermita del Ecce Homo. En Murías (4 km.) tenemos dos albergues: el municipal y el albergue privado “Las Águedas” (6 € y desayuno por 2 € a partir de las 7:00 h.).

Murías es un caso curioso: las guías “oficiales” lo describen como que no tiene casi nada, pero hay 6 bares-restaurantes. Si no compramos comida en Astorga, o tiramos de restaurante o compramos algo de comer en una mini tienda que tiene el albergue. No es mucho, pero hay lo mínimo (macarrones, arroz, tomate, latas de cerveza y cosas así).

21ª/ Murías de Rechivaldo – Rabanal del Camino (15,8 km.)

Esta es otra etapa corta, pero conviene descansar para lo que nos queda a partir de Rabanal del Camino. Como el desayuno en Murías es a partir de las 7:00 h., a las 7:30 podemos salir tranquilamente, pasando por Santa Catalina de Somoza (5 km.) y el Ganso (4 km.). A partir de aquí se coge la carretera que os conduce hasta Rabanal (7 km.); a los últimos dos kilómetros empieza la cuesta arriba, de ascensión al Monte Irago, que no nos abandonará hasta el día siguiente.

Tenemos tres albergues: “El Pilar”, privado (4 €), con cocina y bar, que permite salir desayunado al día siguiente, el Municipal (junto al Pilar) y el albergue “Gaucelmo”, gestionado por la Confraternity of St. James.

Para ir al Pilar, hay que seguir por la carretera, a la izquierda, sin entrar en el pueblo, hasta llegar a la plaza de Jerónimo Morán.

En la iglesia del pueblo se ha asentado la comunidad benedictina de San Salvador del Monte Irago, que invita a todos los peregrinos a rezar con ellos el oficio (en latín).

22ª/ Rabanal del Camino – Molinaseca (24,8 km.)

Vid. “Etapas alternativas”, opción 1

Para mí es la segunda etapa “dura” del camino (la primera fue, como recordaremos, la 12ª, Rabé de las Calzadas-Castrojeríz). Debemos desayunar fuerte en Rabanal porque hasta El Acebo no hay absolutamente nada.

La etapa comienza siguiendo la subida por carretera, que comenzamos ayer, y que abandonaremos por la izquierda al llegar a Foncebadón (5,5 km.), para seguir subiendo hasta la Cruz de Hierro (2 km.), en lo alto del monte Irago. Se descienden 2 km. hasta Manjarín para volver a subir después, alternándose la carretera con el camino (es recomendable evitar la carretera en cuanto se pueda).

Desde la cota más alta, un prolongado y duro descenso nos lleva a El Acebo (7 km. de Manjarín), en donde conviene parar para descansar y almorzar algo. Los kilómetros que nos quedan son pocos, pero aquí se suele llegar bastante “tocado”. Seguimos hasta Riego de Ambrós (3 km.) y Molinaseca (4,5 km.), en una bajada escarpada y en la que hay que ayudarse del palo necesariamente.

El albergue está a 1 km. del pueblo, en la antigua ermita de San Roque, estupendamente atendido por Alfredo. La oferta hostelera es variada, pero en el Mesón “EL PALACIO” se come bastante bien y a buen precio. La cocina del albergue es muy pequeñita, pero sirve para hacerse un poco de cena y acostarse.

23ª/ Molinaseca – Cacabelos (28,1 km.)

Es una etapa, comparada con la anterior, bastante cómoda. Conviene que nos hayamos hecho algo de desayuno en Molinaseca para no comenzar a andar con el estómago vacío, costumbre poco recomendable. Seguimos la carretera y tras una pequeña subida la dejamos a la izquierda, para descender a la pequeña población de Campo (4,4 km.) y continuar hasta Ponferrada (3,6 km.), a la que entramos por su bello y célebre castillo. Una vez arriba, debemos desayunar en condiciones y proveernos de dinero para los imprevistos (tiene cajeros de casi todos los bancos).

Descendemos hasta el río, lo cruzamos y enseguida nos desviamos a la derecha. En esta zona de la ciudad la orientación nos puede fallar, pues tomamos dirección norte bastante rato, siguiendo la carretera de Villalbino, hasta que nos desviamos a la izquierda, para pasar Columbrianos y llegar a Fuentes Nuevas (7,5 km.) y Camponaraya (2 km.).

Se baja del castillo y cruzando el río sale el camino a la derecha, siguiendo en la ciudad, que se deja un poco después por la izquierda para llegar a Columbrianos, Fuentes Nuevas (7,5 km.), Camponaraya (2 km.) y Cacabelos (6 km.), este último tramo por un camino que discurre entre viñedos.

A la salida, se toma un camino a la izquierda que, tras una pequeña ascensión nos conduce entre viñedos hasta Cacabelos (6 km.). El albergue cuesta 4 € y tiene habitaciones dobles; no tiene cocina.

En la margen del río Cua, tenemos una pequeña playa fluvial.

24ª/ Cacabelos – Ruitelán (26 km.)

En Cacabelos nos tendremos que conformar con un café de máquina, en el albergue, y con algo que hayamos comprado. Seguimos por la carretera hasta Pieros (3 km.), avanzamos un poco, bajamos y a unos dos kilómetros se abandona la carretera por la derecha para llegar a Villafranca del Bierzo (8 km. en total desde Cacabelos).

La señalización es mala, pero hay que tomar la bajada con decisión y sin dudar hasta que las flechas en el suelo nos indican el desvío. En Villafranca conviene desayunar fuerte, porque nos esperan 17,5 km. en los que vamos a acusar el cansancio de las dos etapas anteriores. Conviene hacer, según mi particular opinión, paradas intermedias.

Abandonamos Villafranca tras cruzar el río y se plantean dos opciones:

  • a) Coger por la derecha una empinadísima pendiente que nos conduce a Prádela, para bajar después a Trabadelo.
  • b) Seguir el curso de la antigua N-VI, en la que se ha habilitado un carril para peregrinos, que discurre paralela al cauce del río Valcarce, pasando por Pereje (5 km.), Trabadelo (4,5 km.) y Portela (4 km.). Desde aquí, seguimos por la antigua N-VI pasando por Ambasmestas (1 km.) y Vega de Valcarce (1 km.)

A la entrada de Vega está el albergue privado “Sarracinos”, que sirve de opción si se está cansado (4 € dormir y 6 € la cena, en familia).

Pero conviene seguir, porque el albergue está bastante alejado del pueblo, y lo que ganemos para el día siguiente nos vendrá mucho mejor. Ascendemos (ya no vamos a dejar de hacerlo), llegamos al centro de Vega y a 2 km. nos encontramos en Ruitelán.

El albergue privado “Pequeño Portala” se encuentra a la derecha. Vale 4 €, con la posibilidad de cena y desayuno. La “diana” (con música) es a las 5:45, no pudiendo salir antes (aviso para los nerviosos).

25ª/ Ruitelán – Triacastela (31,2 km.)

Tenemos ante nosotros la 3ª etapa “dura” del camino francés, junto con Rabé-Castrojeríz (12ª) y Rabanal-Molinaseca (22ª). Saliendo de Ruitelán por la misma carretera, a 1 km. nos desviamos a la izquierda, pasando Herrerías.

Desde aquí empezamos la subida a La Faba y en cierto momento el camino se bifurca:

  • a) A la derecha, seguiremos por la misma carretera hasta La Faba, dando un pequeño rodeo, que es más cómodo pero menos bonito.
  • b) A la izquierda nos encontramos con un bello camino que baja un poco y llanea para emprender una empinadísima cuesta que en zig-zag nos conduce también hasta La Faba. En total, habremos caminado 6 km. desde Ruitelán. Se sigue subiendo, bordeando la ladera, y a 2 km. alcanzamos Laguna de Castilla, última población de León. Seguimos subiendo y un gran mojón nos anuncia la entrada en Galicia. Un poco más adelante, coronamos O Cebreiro.

Abandonamos O Cebreiro por la carretera hasta Liñares (2 km.), que se cruza una vez pasado el pueblo, para coger un desvío a la derecha que nos conduce tras 1 km. de subida al alto de San Roque.

Se baja paralelo a la carretera hasta Hospital da Condesa (2 km.) y se inicia la fuerte subida hasta el Alto do Poio (3 km.), primero por un camino paralelo a la carretera y después por una empinada senda, donde es recomendable almorzar y descansar.

Desde allí, el camino llanea paralelo a la carretera, pasando por Fonfría; a unos 8 km., al llegar a Biduedo, el camino desciende bruscamente durante 5 km. hasta entrar en Triacastela.

Hay tres albergues, el municipal y dos privados. Yo recomiendo uno de los privados, “Aitzena”, que vale 7 €. De todas formas, a partir de Galicia, si se quiere disfrutar del camino, hay que tomarse con calma el problema del alojamiento.

A las 19:00 h. hay misa del peregrino en la iglesia, perfectamente organizada en todos los idiomas por su párroco, Augusto. Para comer tenemos el restaurante “DEL RÍO”, en la calle principal, casi debajo del pueblo, y para desayunar, bar “XACOBEO”, que abre muy temprano (6 h.) y viene bien para afrontar la etapa del día siguiente.

N.B.- En todo el camino gallego hay hitos kilométricos que marcan la distancia que falta hasta Santiago. Cuando nos refiramos a algún km. concreto, se tratará de dichos hitos.

26ª/ Triacastela – Sarria (18,1 km.)

Es una etapa cortita, pero que nos conviene tras el palizón del día anterior. Como el bar “XACOBEO” abre a partir de las 6 h., podemos empezar a caminar tempranito (a partir de las 6:30, que ya hay luz en julio), para así caminar fresquitos y no encontrar complicaciones para alojarse en Sarria, cosa que suele ocurrir en todo el camino gallego y sobre todo en el verano (“la psicosis de la litera”)

Al salir de Triacastela tenemos dos opciones:

  • a) Coger por la izquierda, pasando por el monasterio benedictino de Samos.
  • b) Tirar por la derecha, cogiendo una carretera que, tras prolongada ascensión, nos conduce a San Xil (4 km.); subimos un poquito más hasta el alto de Riocabo y a partir de ahí el camino discurre bastante llano, con algún que otro altibajo, para descender finalmente hasta Calvor (10 km. desde San Xil). A partir de aquí, nos quedan 5 km. tediosos, paralelos a la carretera, aunque subiendo y bajando (a veces pienso que es mejor ir por la carretera) hasta entrar en Sarria.

Entramos, cruzamos el río y nos encontraremos con una escalera empinadísima (Escalinata Mayor), que se puede sortear girando a la derecha. Para comer y tomar un refresco es recomendable el bar “ESCALINATA”, casi enfrente a la puerta del albergue municipal. Además de este albergue, subiendo y pasada la iglesia, hay dos albergues privados. Si no encontramos plazas en ninguno de los albergues, en el bar “Escalinata” tienen habitaciones, limpias y a un precio razonable.

Preguntad por Belén López; además, empiezan a servir desayunos a partir de las 5:30 h.

27ª/ Sarria – Portomarín (22,4 km.)

La etapa es bastante cómoda y no ofrece demasiados problemas.

Salimos de Sarria subiendo hacia la iglesia y arriba del todo, hay que girar a la derecha y después a la izquierda, en un trayecto muy mal señalizado. Tras llegar al convento de la Magdalena, seguimos a la derecha, cruzamos el barrio de San Lázaro hasta encontrarnos con un cruce. Ahí, cogemos a la izquierda y al poco ya vemos la flecha que nos indica seguir por la izquierda. Llaneamos, teniendo por referencia la vía del tren a nuestra derecha, la cruzamos un poco más adelante y comenzamos una subida que nos conduce al albergue de Barbadelo (3,4 km.) siguiendo hasta Rente (2,1 km.) y Morgade (7 km.), donde recomiendo hacer una “parada técnica” (la empanada está buenísima).

Esta pequeña aldea tiene un pequeño albergue en el mismo bar, y puede ser una opción muy interesante para no dormir en Sarria.

Desde Morgade se va llaneando y bajando hasta llegar al puente sobre el pantano de Belesar, a 9 km. de Morgade. Cruzando el pantano cogemos por la derecha, y subimos suavemente hasta llegar al albergue. Hay otra opción, señalizada también con flechas, que sigue de frente y nos hace subir una escalera que no recomiendo a nadie, porque encima da un rodeo a todas luces innecesario.

En Portomarín, dentro de la amplia oferta hostelera, yo recomiendo la cafetería “VENECIA”, al lado del albergue, cuya dueña se llama Rosa; tiene platos combinados, hamburguesas, pizzas y abre muy tempranito (a las 6 h. de la mañana), y así se puede desayunar en condiciones al día siguiente, porque hasta Gonzar no nos encontramos absolutamente nada abierto.

28ª/ Portomarín – Palas de Rei (24,4 km.)

Es otra etapa cómoda; comenzamos bajando por la cuesta que subimos el día anterior, dejando a la izquierda el puente grande sobre el pantano.

A los pocos metros cruzamos el pantano por una de sus colas y, a la derecha, comenzamos a subir una empinada cuesta de unos 2 km. +/- que nos conduce hasta la carretera.

A partir de este momento, el camino sigue paralelo a ella hasta llegar a Gonzar (7 km. de Portomarín). Se deja por la izquierda y un camino nos conduce tras de nuevo a la carretera, que se cruza para tomar otro camino que sucesivamente nos lleva Ventas de Narón (5,2 km.), Ligonde (4 km.) y Eirexe (1 km.). Desde Eirexe el camino es cómodo, con alguna que otra bajada y su correspondiente subida (parece raro pero es así). A unos 6 km. de Eirexe entramos en Palas de Rei, llegando al albergue tras casi 1 km. más de bajada, dejando a la izquierda el polideportivo.

Si caminamos en verano y presumimos que no va a haber sitio en el albergue de Palas (cosa más que probable, puesto que es extremadamente pequeño), lo mejor es dejar las mochilas en el polideportivo, pasar el día en Palas y, tras la Eucaristía en la parroquia de San Tirso, subir para cenar y dormir; siempre nos queda la opción de cenar en un bar, pero es preferible cenar arriba “de frío” y acostarse.

29ª/ Palas de Rei – Ribadiso da Baixo (26,5 km.)

Vid. “Etapas alternativas”, opción 3

Otra etapa que, como todas las del camino francés a su paso por Galicia, no presenta complicaciones.

En Palas, por la mañana, tendremos que desayunar en frío para no comenzar a andar con el estómago vacío, pues hasta andados 9 km. no vamos a encontrar nada abierto.

Se sale de Palas y, al poco, se abandona la carretera para coger un camino que nos lleva al albergue de Casanova (5,7 km.) y al cruce con la carretera de Melide (3,3 km.). Allí deberemos desayunar “en condiciones” (tienen un bollo casero riquísimo). Tras 4 km. y atravesando Furelos, llegamos a Melide. Yo recomiendo, si se camina en verano, salir de Palas a eso de las 6:00 – 6:30 para, tras la parada técnica en el cruce, descansar en Melide y degustar el pulpo de “PULPERÍA EZEQUIEL”, quizás el mejor pulpo ‘a feira’ de toda Galicia.

Los 11 km. que nos quedan hasta Ribadiso transcurren bien y se hacen cómodamente, excepto una cuesta empinadísima, pasado Castañeda.

El albergue de Ribadiso es quizás el albergue más paradisíaco de todo el camino gallego. Tenemos dos bares para poder comer, aunque se puede comprar la comida en Melide, ya que la cocina de Ribadiso es bastante amplia (con pocos cacharros para cocinar, que conste).

30ª/ Ribadiso da Baixo – Arca (21,7 km.)

Se abandona Ribadiso por una empinada cuesta y, antes de entrar en Arzúa, tenemos un bar que abre a las 6 h. en el que se desayuna bastante bien.

Cruzando Arzúa el camino discurre por bosque, con alguna que otra cuesta, hasta llegar a Calzada (6,5 km.), donde se puede hacer una “parada técnica”. A los 5,5 km. se sale a Salceda, en el cruce con la carretera. Desde aquí el camino discurre en el sentido de ésta, cruzándola un par de veces, hasta coronar el alto de Santa Irene (4,5 km.).

A partir de aquí tenemos que coger el camino por la derecha, convenientemente señalizado con el “pelegrín” (nunca el de la carretera, que reviste muchísimo peligro), que desciende al albergue de Santa Irene. Al poco se vuelve a cruzar la carretera para, en un suave descenso, llegar a la aldea anterior a Arca.

Se sale a la carretera y a los pocos metros, pasada la gasolinera se encuentra el albergue.

Un AVISO: al otro lado de la carretera, nada más salir, se ve una indicación de camino. No hay que cogerlo, pues pasa de largo y continúa hasta Labacolla.

La cocina del albergue municipal de Arca es bastante amplia, con vitrocerámica, pero adolece de lo mismo que todos los albergues con cocina de Galicia: hay pocos cacharros para cocinar.

Con respecto al desayuno del día siguiente, en 2004 han abierto 2 bares nuevos que abren a las 6 h. de la mañana, por si no nos queremos preparar nosotros el desayuno.

De todas formas, normalmente la “avalancha” se empieza a marchar a eso de las 4 h. de la mañana (iréis comprobando que, a medida que se avanza hacia Santiago en Galicia, la “psicosis” que hemos comentado ya es inversamente proporcional a la distancia que nos separa de Santiago).

31ª/ Arca – Santiago de Compostela (19,1 km.)

Llegamos al fin del camino. Hemos de salir temprano (no mucho, porque caminar de noche no es apetecible, pues se pierde uno el paisaje).

Saliendo de Arca se va por un tupido bosque (es necesaria, a veces, la linterna), del que se sale cruzando la carretera y empezando una pequeña ascensión, que nos conduce tras 9,9 km. a Labacolla. Desde aquí se comienza la ascensión al Monte de Gozo, que se remata en casi 5 km.

Ahora, la bajada a Santiago tiene 5 km., primero de empinada cuesta abajo y después de asfalto puro y duro, por las afueras de Santiago. Siguiendo las flechas, por fin avistamos la Puerta del Peregrino que, a través de la Plaza de Cervantes nos conduce a la Plaza de la Quintana y Platerías.

Hemos llegado.

Una vez en Santiago y dependiendo de la hora en que lleguemos, lo recomendable es (según mi opinión y por este orden):

  • Buscar alojamiento.
  • Asistir a la misa del peregrino (12 h.).
  • Presentar la credencial en la oficina del peregrino, en la Rua do Villar, para obtener "La Compostela" (tiene horario continuado y antes de comer no suele haber grandes colas).
  • Comer.
  • Por la tarde, realizar el tradicional abrazo al Santo, la oración ante el sepulcro y el ritual del parteluz del Pórtico de la Gloria (poner la mano) y el “cabezazo” en el “O Santo dos Croques”.
  • Si es año santo, la tradición manda pasar por la Puerta Santa, que sólo se abre en esas fechas.

De todas formas, cada uno es muy libre de seguir estos pasos.

Hay quienes prefieren nada más llegar hacer todo el ritual, con mochila, después escuchar la misa del peregrino y después ocuparse de buscar alojamiento.

El albergue “oficial” se encuentra en el Seminario menor. Es amplísimo y se puede estar dos noches, pero tiene dos problemas: está lejos del centro y cierra a las 23:00 h.

De todas formas, hay multitud de pensiones baratas en Santiago.

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