Estructuras de la Mente y la Cultura según Lévi-Strauss y Freud
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Lévi-Strauss: Estructuras y Sistemas de Parentesco
Claude Lévi-Strauss, figura clave en la etnología y la antropología, postula la existencia de estructuras y normas independientes de la voluntad humana. Estas estructuras, según Lévi-Strauss, son leyes o formas que la mente impone a los contenidos, siendo las mismas para cada individuo. El autor identifica relaciones y estructuras constantes bajo la diversidad y complejidad de los sistemas de parentesco, considerándolos elementos que adquieren significado al integrarse en sistemas.
Para Lévi-Strauss, existe una razón escondida que estructura el caos de los fenómenos humanos. Interpreta las reglas de matrimonio y los sistemas de parentesco como un lenguaje, un conjunto de operaciones que aseguran la comunicación entre individuos y grupos. Las normas de parentesco, por ejemplo, obligan a los clanes a establecer relaciones matrimoniales, intercambiando mujeres entre familias. Esta observación le lleva a explicar la prohibición del incesto como la ley más universal, representando el paso de la naturaleza a la cultura. No solo prohíbe casarse con la madre, hermana o hija, sino que induce a dar a otros la hermana o la hija; es una regla de donación. El incesto, según esta perspectiva, solo se comprende en un contexto de intercambio, reciprocidad y alianza. La prohibición es la regla de la reciprocidad presente en cualquier cultura, evidenciando una estructura natural inconsciente, similar a la que subyace al acto social de los regalos y su correspondiente reciprocidad.
En su sistema antropológico, Lévi-Strauss da primacía a la estructura sobre los individuos, argumentando que tanto la vida social como la producción mental están reguladas por un número reducido de reglas formales universales. Afirma que tanto los individuos de sociedades 'primitivas' como los de sociedades 'civilizadas' comparten los mismos esquemas mentales, siendo el pensamiento primitivo tan lógico como el del hombre civilizado.
La Estructura de la Mente según Freud
Sigmund Freud, a través de un extenso proceso de investigación, desarrolló una concepción de la personalidad humana integrada por tres agentes interrelacionados:
El Ello
Es la parte más primitiva de la mente, conformada por la fuerza pulsional inconsciente. El Ello busca la inmediata e incondicional satisfacción de las necesidades, siendo inconsciente e irracional, y rigiéndose únicamente por el principio de placer.
El Yo
Surge a partir del Ello. La búsqueda constante de placer evoluciona, dando lugar a una instancia capaz de racionalizar esta búsqueda para evitar perjuicios. Su función es la autoconservación del individuo, operando mediante el principio de realidad y adaptándose a las exigencias del mundo exterior. El Yo también emplea mecanismos de defensa, procedimientos inconscientes para armonizar los impulsos del Ello con las demandas externas.
El Superyó
Es la última instancia de la personalidad, desarrollándose a partir del Yo mediante la interiorización de normas sociales y culturales. El miedo y la necesidad de afecto y reconocimiento llevan al niño a aceptar las normas paternas y sociales, formando así la conciencia moral. El Superyó se convierte en un mecanismo represor que vigila y limita al Yo consciente.
Mecanismos de Defensa
A continuación, se describen algunos mecanismos de defensa:
- Racionalización: Autoengaño para evitar culpa y desazón, como convencerse de que no interesa alguien que nos ha rechazado.
- Desplazamiento: Desviar reacciones y sentimientos hacia otro objeto o persona, socialmente más aceptable. Por ejemplo, un obrero discute con su mujer tras tener problemas con su supervisor.
- Sublimación: Canalizar deseos socialmente inaceptables hacia prácticas culturalmente reconocidas, como la compensación de impulsos libidinosos en la creación artística.
- Represión: Bloqueo de sensaciones y recuerdos.
- Disociación: Olvido enérgico de eventos o pensamientos dolorosos, como olvidar el cumpleaños de antiguas parejas.
- Proyección: Atribuir sentimientos o ideas dolorosas a otras personas o cosas.
- Negación: Rechazar factores obvios de la realidad, como negar la muerte de un familiar.
- Introyección: Incorporación de rasgos de otra persona, como una persona deprimida que adopta actitudes de otra.
- Regresión: Retorno a un funcionamiento mental infantil.
- Formación reactiva: Sustitución de un pensamiento doloroso por uno agradable.
- Aislamiento: Separación del recuerdo y los sentimientos.
El Malestar en la Cultura según Freud
El malestar en la cultura plantea que la cultura, incluyendo la técnica, no ha incrementado el bienestar de la humanidad. Si bien ha proporcionado objetos, no ha garantizado la felicidad. La felicidad no es un valor cultural; la sociedad y la cultura no tienen como objetivo principal proporcionarla. La cultura, inherentemente, sustituye el principio de placer por el principio de realidad, generando malestar al reprimir los impulsos primarios. Si todos dieran rienda suelta a estas necesidades, se produciría un estado de inestabilidad. Por ello, la sociedad reprime la agresividad y canaliza las pulsiones sexuales. Las actividades culturales son formas socialmente aceptables de desviar o compensar estos impulsos. Sin embargo, cuando una civilización se vuelve excesivamente represiva y no ofrece suficientes mecanismos sustitutorios, entra en crisis, generando insatisfacción y subversión entre sus miembros.