Estructuras de Poder en la Italia Renacentista: Monarquías, Papado y Repúblicas
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La Configuración Política de la Italia Renacentista
En la Italia del Renacimiento, la configuración política se dividía principalmente en tres tipos de estados:
- Monarquías: Como Nápoles, Milán y los Estados Pontificios.
- Pequeñas Tiranías: Estados que, si bien políticamente no tenían gran relevancia por ser a menudo vasallos, poseían una importancia estratégica considerable.
- Grandes Repúblicas: Con ejemplos destacados como Venecia, Florencia y Génova.
Los Estados Pontificios: Poder Temporal y Espiritual
A partir del siglo XV, los Estados Pontificios se dotaron de un conjunto de instituciones que buscaban cumplir con el doble objetivo de gobernar tanto en lo temporal como en lo espiritual. Esto consolidó su condición jurídica como una monarquía de la Iglesia, cuyo poder temporal se consideraba de origen divino.
Era una monarquía electiva, una característica inherente a la naturaleza del papado, más allá de la cuestión de la descendencia en el Renacimiento. Los Papas lograron mantener un considerable poder en buena parte del centro de Italia, cobrando impuestos y ejerciendo influencia. Muchas funciones políticas fueron delegadas a los condotieri, a quienes se les otorgaban ciertos títulos.
El papado buscaba constantemente consolidar y extender su poder. El gobierno de la Santa Sede era intrínsecamente complejo debido a la unión entre lo temporal y lo espiritual, lo que implicaba la necesidad de administrar sus propios territorios y, al mismo tiempo, gobernar a la cristiandad, confiriéndole una enorme influencia política. Sin embargo, la monarquía papal fue una de las menos desarrolladas institucionalmente, a menudo confundiendo cargos domésticos y espirituales con funciones de gobierno institucional.
Instituciones Clave de los Estados Pontificios:
- La Curia: Órgano principal encargado de asistir al Papa en su doble misión de gobierno.
- Los Cardenales: Participaban activamente en la elección del Papa y formaban parte de una asamblea que discutía todos los aspectos que competían a la Iglesia.
- La Inquisición: Un tribunal de finalidad exclusivamente espiritual. Es importante destacar que la Inquisición nunca ejecutaba sus propias sentencias, sino que estas eran llevadas a cabo por los órganos civiles.
- Cardenal Camarlengo: Con funciones hacendísticas y de administración financiera.
- Cardenal Secretario de Estado: Encargado de las relaciones internacionales.
- Y, por supuesto, el Papa, como máxima autoridad.
Milán y Nápoles: Monarquías Bajo Dominio Español
Milán y Nápoles eran monarquías dependientes de la Corona de España. Desde 1556, se integraron en el sistema polisinodial español, dependiendo directamente del Consejo de Italia. Los representantes del rey en estos territorios eran el virrey en Nápoles y el gobernador en Milán.
Administración en Milán:
En Milán, el gobernador compartía el poder con importantes instituciones locales:
- El Senado.
- El Consejo de los Sesenta.
- El Consejo de Jurisconsultos.
Administración en Nápoles:
En Nápoles, el virrey también compartía el poder con otras instituciones, como:
- El Parlamento: Similar a las Cortes Castellanas, donde se votaban, entre otras cosas, los impuestos y donativos, y se legislaba. Estaba compuesto por los tres estamentos.
- El Consejo Colateral.
Cabe mencionar que en Palermo (Sicilia, también parte de los dominios españoles), el poder también se compartía con un Parlamento similar. Esta administración española tuvo que coexistir y compartir su autoridad con instituciones anteriores y preexistentes, a diferencia de lo que ocurrió en América, donde las estructuras se establecieron ex novo.
Venecia: La República Marítima
Venecia fue un estado sumamente próspero y dinámico durante la Edad Media, fundamentado en el