Estructuras Demográficas y Socioeconómicas de la Población Española

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LAS ESTRUCTURAS DE LA POBLACIÓN EN ESPAÑA

1. ESTRUCTURA BIOLÓGICA

1.1 La intensa transformación en la estructura por sexo y edad

La estructura por sexo es la relación entre el número de hombres y mujeres que componen una población. Los factores que influyen en la estructura por sexo son el nacimiento de un mayor número de niños, la mayor esperanza de vida de las mujeres y las migraciones.

En España, dentro de las edades jóvenes predominan los hombres. Sin embargo, en la edad alta madura (50-54 años), los efectivos de los sexos se igualan y al final predominan las ancianas.

La estructura por edades es la composición de la población por grupos de edad: jóvenes (0-14 años), adultos (15-64 años) y ancianos (65 años y más).

Los factores que influyen en la estructura por edad son la natalidad, la esperanza de vida y las migraciones. En España la estructura por edad se encuentra envejecida, pues los jóvenes representan un bajo porcentaje al contrario que los ancianos.

1.2 Problemas relacionados con el envejecimiento de la población

Las consecuencias del envejecimiento son:

  1. La desaceleración económica, debido a que el envejecimiento reduce la población activa.
  2. La elevación del gasto en pensiones.
  3. El incremento del gasto sanitario.
  4. Los cuidados y atenciones a la población anciana suponen un aumento de las cargas familiares; un incremento de la demanda de residencias y la necesidad de planear para ellos actividades de distracción.

1.3 Diferencias espaciales

Las causas del envejecimiento son el fuerte descenso de la natalidad desde 1975, el incremento del número de ancianos y la emigración de épocas pasadas. No obstante, hay diferencias territoriales:

  • a) Las comunidades con mayor porcentaje de jóvenes son las que muestran tasas de natalidad más altas y esperanza de vida más baja (sur peninsular), o las fuertemente inmigratorias (Madrid y litoral mediterráneo).
  • b) Las comunidades más envejecidas cuentan actualmente con bajas tasas de natalidad, alta esperanza de vida y un sobreenvejecimiento causado por el retorno de antiguos emigrantes (Galicia y el interior peninsular), y también las comunidades afectadas por la crisis de 1975 (cornisa cantábrica).

2. ESTRUCTURA SOCIOECONÓMICA

2.1 Población activa, empleo y paro en España

La población activa es el conjunto de personas de 16 años y más que suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o que están disponibles y hacen gestiones. Comprende a la población que trabaja a cambio de una retribución (población activa ocupada) y a la que busca activamente empleo (población activa desocupada).

La población inactiva es la que no realiza un trabajo remunerado ni se encuentra disponible para desempeñarlo, como pensionistas, rentistas, estudiantes y personas dedicadas a las labores del hogar.

Los factores que influyen en la tasa de actividad son demográficos, como el porcentaje de jóvenes y de ancianos, y el predominio de la emigración o la inmigración; económicos, como el nivel de desarrollo, y socioculturales, como la duración de la escolarización, el trabajo de la mujer fuera del hogar y la edad de jubilación.

Existen diversos índices para medir la actividad de una población:

  • a) La tasa de actividad, que es el porcentaje de activos de una población.
  • b) La tasa de paro, que es el porcentaje de población activa desocupada respecto al total de la población activa.
  • c) La tasa de dependencia, que es la relación entre la población dependiente y la población trabajadora.

La tasa de actividad presenta variaciones:

  • a) En función del sexo, la tasa de actividad masculina descendió hasta 1996, debido a la emigración y las jubilaciones anticipadas. Desde 1996, la tasa se recupera, ante la prosperidad económica y el crecimiento de la inmigración. La tasa de actividad femenina aumenta desde la década de 1970 por motivos ideológicos, demográficos y económicos.
  • b) En función de la edad, las mayores tasas de actividad para los varones se dan entre los 35 y los 39 años, y para las mujeres, entre los 25 y los 29.
  • c) En función del territorio, las tasas de actividad son más altas en las comunidades de mayor dinamismo económico (Madrid, costa mediterránea, ambos archipiélagos, Navarra y La Rioja). En cambio, son más bajas en las zonas de menor dinamismo económico (Galicia e interior peninsular) o prolongadamente afectadas por la crisis industrial (cornisa cantábrica), y en las comunidades con mayor peso de la población joven (Andalucía) o envejecida (interior peninsular).

La tasa de paro, actualmente, se debe, principalmente, al aumento de la productividad y a coyunturas económicas recesivas. Presenta variaciones en función del sexo (mayor paro femenino), la edad (mayor desempleo juvenil), el nivel de instrucción (más paro cuanto menor cualificación), la época del año (paro estacional) y la comunidad autónoma (más paro en las de menor dinamismo económico o mayor peso de la población joven).

2.2 Distribución sectorial de la población activa española

El sector primario incluye las actividades dedicadas a la obtención de materias primas. A principios del siglo XX ocupaba a la mayoría de la población (63,6%). Desde ahí, se ha reducido hasta alcanzar cifras muy bajas (4,0% en 2008).

El sector secundario comprende las actividades destinadas a la transformación de materias primas. A principios del siglo XX ocupaba a un escaso porcentaje de la población (16%). Desde ahí, ha tenido un crecimiento hasta situarse en cifras similares a las de otros países industrializados europeos (27.9% en 2008).

El sector terciario incluye las actividades que proporcionan servicios. A principios del siglo XX ocupaba también un escaso porcentaje de la población (17,8%). Desde entonces ha crecido hasta ocupar en la actualidad a la mayoría de la población (68,1% en 2008).

La distribución espacial de la población ocupada por sectores económicos muestra un peso del sector primario superior a la media en el interior peninsular, Galicia, Andalucía y Murcia; el predominio del sector secundario en La Rioja, Navarra, el País Vasco y Cataluña, y la terciarización de Madrid, las zonas turísticas de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.

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