Estructura Urbana de la Ciudad Española: Morfología y Evolución del Casco Antiguo
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Introducción a la Estructura Urbana Española
La estructura urbana es la organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas por su morfología y funciones. Como resultado del largo proceso de urbanización, la ciudad española actual tiene una estructura compleja. En las ciudades tradicionales, claramente diferenciadas respecto al campo circundante, estas zonas son el casco antiguo (correspondiente a la urbanización preindustrial), el ensanche de la época industrial y la periferia actual. Sin embargo, la intensidad de la urbanización ha llevado a otras ciudades a conectar con núcleos de población próximos, dando lugar a la formación de aglomeraciones urbanas.
El Casco Antiguo: La Ciudad Preindustrial Española
El casco antiguo comprende la parte urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX. Corresponde a la ciudad preindustrial y conserva en parte la herencia preindustrial. Sus características comunes incluyen:
- Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas.
- El plano solía ser irregular.
- La trama urbana era cerrada.
- La edificación predominante eran casas unifamiliares de baja altura.
- Los usos del suelo eran diversos.
Evolución Histórica del Casco Antiguo
Estas características comunes de la ciudad preindustrial varían según las aportaciones realizadas por las diferentes sociedades a lo largo de la historia.
La Ciudad Romana
La ciudad romana suele presentar un plano regular, con calles en damero. El foro albergaba los edificios principales. Ciudades que conservan una impronta romana son Zaragoza, León, Mérida, Barcelona, Valencia y Tarragona.
La Ciudad Musulmana
La ciudad musulmana tenía un núcleo principal amurallado, la medina, donde se situaban los edificios principales: la mezquita, el zoco o mercado y los barrios residenciales. Fuera de ella estaban los arrabales o barrios de los trabajadores. El plano era muy irregular. Ejemplos son Córdoba, Sevilla, Toledo, Almería y Murcia.
La Ciudad Cristiana
La ciudad cristiana también estaba amurallada. Su centro solía ser un castillo o una iglesia y poseía plazas para la celebración del mercado. Los planos eran variados: irregulares, radiocéntricos, lineales o en damero. Destaca Vitoria-Gasteiz.
Transformaciones en la Edad Moderna
En la Edad Moderna fue más frecuente la creación de nuevos barrios urbanos en cuadrícula y el diseño de plazas mayores. Se embellecieron las ciudades con calles amplias y se construyeron edificios religiosos y civiles.
Transformaciones del Casco Antiguo desde el Siglo XIX
En el siglo XIX, la ciudad preindustrial sufrió importantes transformaciones que se aceleraron con el proceso de industrialización (1850-1975).
Reformas Interiores y Renovación Urbana
El plano experimentó reformas interiores y políticas de renovación. Las reformas interiores del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX consistieron en la rectificación y el alineamiento de calles y en la apertura de nuevas calles y plazas, rompiendo su trama (como la Gran Vía de Madrid) y, en otros casos, uniendo la ciudad histórica con el ensanche burgués o con la estación ferroviaria (ejemplos en Oviedo, León). La renovación de la década de 1960 supuso la destrucción de parte del plano del casco antiguo con la apertura de nuevas calles o con la modificación de su trazado.
Cambios en la Trama y Edificación
La trama del casco antiguo se densificó para aprovechar el espacio y la edificación sufrió cambios: algunos inmuebles eclesiásticos se reutilizaron para otras funciones y edificios unifamiliares se sustituyeron por viviendas colectivas y en altura, además de adoptar los estilos historicista o ecléctico.
Terciarización y Segregación de Usos del Suelo
Los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una progresiva terciarización y segregación. En el primer tercio del siglo XX, se instalaron actividades terciarias que necesitaban accesibilidad y prestigio arquitectónico: bancos, sedes empresariales, instituciones públicas, despachos profesionales, comercios de lujo, casinos, entre otros. Esta terciarización consolidó el casco antiguo como centro comercial y de negocios. La segregación residencial se manifestó en la separación entre los grupos adinerados en barrios renovados y los grupos populares en barrios degradados.