La Estructura Esencial de la Forma Arquitectónica Moderna: Ideología, Ruptura y Racionalidad

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La Forma en la Arquitectura: Estructura, Significado e Ideología

La forma puede entenderse como la apariencia y como aquello que hace que las cosas sean como son. La idea de forma no tiene que ver con la figura exterior o apariencia visual, sino que es entendida como la estructura esencial interna, como construcción del espacio y la materia. La forma de la arquitectura va más allá de la apariencia del edificio y se constituye en la expresión del orden interno del mismo. Se materializa en la envolvente de los espacios, establece relaciones con la función, la técnica y el espacio.

Marina Waisman reconoce que la forma es el elemento de la arquitectura más expresivo de la ideología arquitectónica, por lo que se convierte en el objeto obligado de especulaciones y manipulaciones ideológicas. Esto implica reconocer que las formas siempre transmiten valores estéticos, remiten a marcos culturales, comparten criterios sociales y siempre se refieren a significado. Existe una visión del mundo, una concepción del tiempo.

La Forma en la Arquitectura Moderna: Desafíos y Principios

Las formas de la arquitectura moderna establecen una dificultad constante a la que se enfrentan sus creadores, debido a que no están muy determinadas por las funciones que tienen que cubrir las construcciones, ni están muy determinadas por los materiales con los que han sido levantados. Aunque no dejan de ejercer su propia influencia, el arquitecto que se inclina a nuevas soluciones funcionales y nuevos métodos estructurales es muy probable que se incline a nuevas expresiones formales.

El ideal está en que forma, función y construcción se presenten como imprescindibles entre sí, y debemos esperar que la solución precisa sea para un edificio en concreto, que podamos entrar en sospecha cuando la encontramos repetida exactamente en otro. Cada edificio constituye un problema único en su propio emplazamiento y circunstancia. La solución irrepetible se hace posible gracias a las técnicas modernas de la construcción, que permiten una inmensa variedad de formas.

Ruptura con el Pasado y Transformación Compositiva

La forma de la arquitectura moderna puede comenzar a explicarse a partir de la ruptura con el pasado que proponían las vanguardias. Esto provocó que se dejaran de lado elementos característicos de la arquitectura clásica. Se abandona la ornamentación, que era señal de salvajismo y brutalidad, y se emprendieron distintas búsquedas que trataban de representar la forma arquitectónica presente.

El Siglo XX transformó la arquitectura que durante siglos estuvo determinada por un sistema estético y compositivo propio de la arquitectura clásica, basado en:

  • El orden
  • La proporción
  • La simetría
  • La armonía
  • La jerarquía
  • La representación

Se dio paso a un nuevo método para organizar la forma arquitectónica en el que desaparecieron estas leyes compositivas. Aparecieron volúmenes simples, sin decoraciones; la caja muraria se descompuso en líneas, planos y volúmenes; la simetría dejó paso a composiciones dinámicas y distribución libre.

La Influencia de la Máquina y la Racionalidad (Le Corbusier)

El futurismo, movimiento que afectó al campo de las artes visuales, enseñó a toda una generación a buscar su inspiración en la tecnología, especialmente en la máquina. Para Le Corbusier, la máquina y la obra de los ingenieros eran objetos bellos porque en ellos la forma surgía a partir de la razón.

Encontraba en la máquina un criterio racional para organizar la forma arquitectónica, pues obedecía a razones puras: el número y la geometría. Para controlar la forma arquitectónica, Le Corbusier proponía trabajar con el volumen, la superficie, la planta y con trazos reguladores, combinados con la pureza geométrica y materiales, que daban por resultado volúmenes simples, muros lisos y cubiertas planas.

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