Estructura y Componentes del Texto Argumentativo

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El Texto Argumentativo

1. Definición

Un texto argumentativo defiende una opinión o tesis mediante razones. El emisor, locutor, periodista, etc., pretende convencer de su punto de vista al lector y para ello se vale de argumentos, razones o pruebas.

El texto argumentativo es una modalidad textual que se combina con otras, como la exposición, y que presenta rasgos de la dialéctica y la retórica.

2. Naturaleza del Texto Argumentativo

No resulta fácil discernir a veces entre un texto en el que predomina la exposición y un texto en el que es la argumentación lo que prevalece. Con frecuencia, ambos modos o formas de expresión lingüística se hallan mezclados dentro de muchos tipos de discurso, en especial en todos aquellos que pertenecen a las disciplinas humanísticas, pero también en los textos científicos y técnicos. Por ello, parece procedente definir este tipo de expresión a través de una serie de rasgos caracterizadores:

  • La actitud del emisor es un signo claro de que estamos ante un texto argumentativo, pues siempre ha de plantear la defensa de una idea o una opinión, es decir, de una tesis. En la argumentación la manifestación subjetiva de una opinión se constituye en uno de sus rasgos esenciales.
  • El texto argumentativo contiene un proceso de razonamiento. Las razones que se aducen para la defensa de la tesis implican también la elección de una estructura a la hora de exponerlas, la aplicación de una serie de técnicas o procedimientos argumentativos y la búsqueda de una expresión lingüística adecuada a estos propósitos.
  • Toda argumentación pretende la adhesión de los individuos y, por tanto, supone la existencia de un contacto intelectual. Para argumentar, es preciso atribuir un valor a la adhesión del interlocutor. El creador de un texto argumentativo debe tener en cuenta a su auditorio o a sus lectores e incluso adaptar la forma de su discurso al estilo adecuado a estos. El objetivo fundamental de toda argumentación es provocar o acrecentar la adhesión a las tesis presentadas; una argumentación eficaz es la que consigue este objetivo.

3. Partes del Texto Argumentativo

  • Introducción (exordio): tiene como finalidad principal presentar el tema y predisponer favorablemente al receptor (auditorio) para que acepte la tesis; para ello, la lengua dispone de una serie de recursos tales como: apelar a un precedente, aceptado universalmente, y en el que se basa la tesis defendida; aducir valores compartidos o hechos de la tradición; recurrir a la autoridad o la compasión y las emociones del auditorio, etc.
  • Exposición de los hechos (narratio): en ella se basa el emisor para que el receptor conozca la tesis defendida y se sitúe a favor del argumentador. Desde este momento el relato de los hechos y la presentación de los datos (premisas) tienen ya el valor de argumentación. Para ello utiliza recursos del tipo: relatar historias o acontecimientos que favorezcan la argumentación, aportar datos objetivos (cuadros, estadísticas, imágenes, etc.) y, por tanto, incuestionables, utilizar comparaciones, etc.
  • Argumentación (argumentatio): El emisor expone los argumentos que estima oportunos a favor de la tesis que se defiende y de los que se sirve también para refutar los argumentos de la parte contraria. Para que su argumentación no resulte taxativa el emisor puede reducir en parte la fuerza argumentativa de los mismos haciendo algún tipo de concesión al contrario.
  • Conclusión (peroratio): sirve para reforzar la tesis y a veces invita a los destinatarios a actuar de una forma determinada. Es el recuerdo o la recapitulación de lo más importante que se ha expuesto. Supone la revalorización de todo lo dicho anteriormente.

4. Clases de Argumentos

Podemos clasificar la argumentación primero en oral o escrita, coloquial y formal. Sin embargo, una argumentación oral puede ser culta o formal, por ejemplo, una conferencia. De ahí que en ocasiones se diferencie entre el texto, cuya única función es convencer o demostrarnos algo y el que pretende persuadirnos, influirnos para que actuemos de una manera determinada. En los textos expositivos-argumentativos periodísticos suelen interrelacionarse las dos funciones: por una parte, el periodista pretende demostrarnos que su punto de vista es el más adecuado, y, por otra, pretende que, teniendo en cuenta esa argumentación, actuemos de una forma determinada.

Es habitual pues que hallemos en los textos argumentativos argumentos, contraargumentos, concesiones. Los argumentos son razones, las pruebas que sirven para confirmar la tesis; pueden consistir en ejemplos, citas de personas que son consideradas una autoridad en el tema, datos científicos o estadísticos, consecuencias derivadas, etcétera.

Ejemplo. Tesis: "Conviene reducir la velocidad en las ciudades".

Argumentos:

  • Los accidentes disminuirán. En un estudio se ha calculado que esta disminución podría llegar hasta un 10 %.
  • Las condiciones de seguridad aumentarán y los peatones ganaran en calidad de vida.
  • Otros países ya han aplicado esta medida.

Los contraargumentos y objeciones son razones o reparos que se oponen a la tesis o a los argumentos expuestos. Pueden ser postulados por el propio emisor o por el receptor. A veces el emisor se adelanta a rebatir posibles argumentos en contra que podría utilizar su interlocutor.

A la tesis "Conviene reducir la velocidad en las ciudades" se le puede contraargumentar:

"Si se reduce la velocidad, el tiempo empleado en el desplazamiento aumentará, habrá más vehículos en la calzada y la circulación empeorará" Este contraargumento se puede rebatir del siguiente modo: "Lo esencial es llegar. Si no se reduce la velocidad, aumenta el riesgo de accidente y, por tanto, el riesgo de no llegar".

Una argumentación puede contener concesiones en contra de lo dicho. Estas concesiones admiten algunas razones expuestas por el contrario, pero normalmente no invalidan la propia argumentación o son rebatibles.

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