Estructura Agraria y Ganadera en Navarra: Siglos XVIII
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Estructura Social y Económica en la Navarra del Siglo XVIII
Labradores y Pecheros
Los labradores compartían la vida con los campesinos que no eran nobles, quienes superaban la mitad de la población total de Navarra. Para distinguirlos, se les denominaba pecheros, término que proviene de la obligación que tenían de pagar una pecha, es decir, una renta. El porcentaje de pecheros aumentaba a medida que se descendía hacia el sur. En los valles de la montaña primaban los propietarios, mientras que en los latifundios que la nobleza o algunos centros eclesiásticos tenían en la ribera, predominaban pecheros y peones.
Características y Distribución Zonal de la Agricultura
La importancia de la agricultura aumentaba conforme se descendía hacia las tierras llanas del sur. En los valles del norte se aprovechaban abonos animales para cultivar plantas forrajeras destinadas al ganado y algunas legumbres. Los cereales tradicionales (trigo, cebada y mijo) fueron sustituidos por el maíz, cuya producción se siguió destinando al ganado. Otro cultivo importante era la patata, destinada al consumo de las clases más humildes y también para alimentar a los animales.
En las cuencas prepirenaicas y en la mitad meridional se imponían los cereales, la vid y el olivo, que eran cultivos de secano. En las tierras riberas del Ebro y los cursos bajos del Arga, Ega y Aragón, estos cultivos se realizaban a veces en regadíos. En el siglo XVIII, muchas localidades se encargaron de proyectos para mejorar las condiciones de agua y ampliar sus espacios de regadío. Muchos de estos proyectos fracasaron debido a las grandes inversiones que suponían; un ejemplo es el canal de Lodosa, que no pudo construirse hasta principios del siglo XX. En contraste, el canal Imperial de Aragón tuvo un enorme éxito, tomando agua del Ebro y destinándola al riego y al consumo de poblaciones aragonesas.
Características y Distribución Zonal de la Ganadería
Las zonas montañosas eran poco adecuadas para la agricultura debido a las pendientes, la altitud y un clima demasiado lluvioso. Sin embargo, esta misma lluvia hacía que los valles del noroeste contaran con pastos abundantes para el ganado bovino y lanar. La trashumancia es un fenómeno que venía de muchos siglos atrás y que se sigue manteniendo.
En los valles del noroeste, la existencia de pastos permanentes favorecía la presencia del caserío. En el Pirineo oriental, debido a las nevadas invernales, el ganado no podía pastar todo el año, por lo que el caserío no era tan conveniente. A medida que se avanzaba hacia el sur, predominaba el ganado de corral (cerdos) y lanar. Todas las casas tenían bueyes y mulas para colaborar en las labores del campo, tratándose de una ganadería complementaria de la agricultura. El monte permitía aprovechamientos de madera, caza y piedra para la construcción.
Actividad Comercial
Los intercambios se realizaban entre las comarcas del norte y las del sur: la madera y el ganado descendían hacia la llanura a cambio de cereales y vino. Era un comercio a pequeña escala, dificultado por el mal estado de los caminos y la imposibilidad de utilizar los ríos para la navegación. Las compraventas se realizaban con ocasión de los numerosos mercados y ferias. Las ferias de julio de Pamplona (dedicadas a San Fermín desde 1591) eran las más conocidas.