Estrategias y Movimientos Militares de César en la Guerra Civil: Relato de Campañas
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La Marcha de César y las Primeras Estrategias
Conocida la voluntad de los soldados, César marcha a Rímini con la legión y allí encuentra a los tribunos de la plebe, quienes se habían refugiado junto a él. Hace salir de los cuarteles de invierno a las legiones restantes y ordena que le sigan. Lucio César el joven, cuyo padre era legado de César, llega allí.
Retomado Firmo y expulsado Léntulo, César ordenó llamar a los soldados y reunir a los que se habían alejado de éste, y llevar a cabo un reclutamiento. Él mismo se dirige a Corfinio, habiéndose demorado un día allí por causa del aprovisionamiento del trigo. Al haber llegado allí, cinco cohortes interrumpían el acceso al puente del río.
La Campaña en Hispania y la Confrontación en Lérida
Mientras prepara y organiza esto, César envía previamente a Gayo Fabio el legado a Hispania, con las tres legiones que había dispuesto en Narbona y alrededor de esos lugares para pasar el invierno. Y ordena que los montes Pirineos sean ocupados rápidamente, que en ese momento estaban dominados por Lucio Afranio con unos destacamentos/guarniciones.
Fabio intentaba ganarse los ánimos de las ciudades vecinas con cartas y mensajeros. En el río Segre, había construido dos puentes distantes entre sí cuatro mil pasos. A través de estos puentes, enviaba a recoger forraje para el ganado, porque el que había habido a este lado del río, lo habían consumido los días anteriores.
Lucio Planco, el cual estaba al mando de las legiones, obligado por la necesidad, ocupó el lugar más elevado y colocó al ejército dividido en dos partes, para que no pudiera ser rodeado por la caballería. Habiendo combatido así con desigual número, aguanta los grandes ataques de las legiones de las caballerías.
César llegó con los jinetes que había dejado para su protección. El puente que había sido destruido por la tempestad casi había sido reconstruido; ordenó que lo terminasen por la noche. Él mismo dejó seis cohortes para la defensa del puente y del campamento.
Al tercer día, César fortifica el campamento con una valla y ordena que las restantes cohortes, que había dejado en el campamento superior, y los bagajes sean llevados hasta él. Entre la ciudad de Lérida y una colonia próxima, donde Petreyo y Afranio tenían el campamento, había una llanura de aproximadamente 300 pasos.
Conocido esto, las cohortes de Afranio son enviadas rápidamente por un camino más corto para ocupar el mismo lugar. Se lucha en combate y, puesto que los afranioanos habían llegado al montículo antes, los nuestros son rechazados y son obligados a huir y a retirarse.
Atenuada casi toda la línea de batalla, César, habiendo animado a los suyos, hace salir a la novena legión al auxilio. Detiene a los enemigos que perseguían a los nuestros de forma encarnizada y desacostumbrada, y obliga a volver las espaldas hacia atrás (a retroceder) y a retirarse hacia la ciudad de Lérida y a quedarse al pie de la muralla.
Sin embargo, las tropas de César resistían con valor y aguante, y soportaban todas las heridas. Las cohortes eran enviadas frecuentemente desde el campamento a través de la ciudad, para que los soldados de refresco (íntegros) relevaran a los cansados. César, enviadas las cohortes a este mismo lugar, se vio obligado a hacer esto mismo: retirar a los cansados.
Al estar la situación en estas dificultades, y al ser rodeados todos los caminos por los soldados y los jinetes de Afranio, y al no poder ser terminados los puentes, César ordenó a los soldados que construyeran naves. Las quillas se hacían con madera ligera; el restante cuerpo de las naves, entre tejido entrelazado con mimbres, estaba cubierto por pieles.
Al escuchar los gritos, suspenden el viaje y mantienen las tropas en el campamento. Al día siguiente, Petreyo sale secretamente con unos pocos jinetes para explorar los lugares. Esto mismo sucede desde el campamento de César: Lucio Decidio es enviado con unos pocos para que examine a fondo la naturaleza del lugar.
La Campaña en África y la Situación en Útica
Llevados a cabo estos acontecimientos, Curión se retira al campamento y es proclamado general con la aclamación de todo el ejército. Al día siguiente, lleva el ejército a Útica y coloca el campamento cerca de la ciudad. Todavía no acabada la obra del campamento, los jinetes anuncian que grandes tropas auxiliares enviadas por el rey se dirigen a Útica.
Conocidos estos hechos, el cuestor Marcio Rufo anima a los suyos a que no flojeen en su ánimo. Ellos ruegan y suplican ser conducidos de vuelta a Sicilia en las naves. Este accede y ordena a los capitanes de las naves que al atardecer tengan todas las barcas atracadas en la orilla.