Estrategias Estatales contra el Pandillaje Juvenil en Perú: Enfoque en Reorientación y Desarrollo Personal
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Introducción
Introducción
Tratando acerca de la seguridad ciudadana en el Perú, la delincuencia y el pandillaje juvenil han aumentado, y los cabecillas de las organizaciones criminales suelen utilizar a los jóvenes pandilleros. A diario vemos que las bandas criminales que operan con tráfico de drogas y asaltos utilizan a los jóvenes que ya se encuentran iniciándose en las pandillas. Esto no es todo, pues una vez detenidos los jóvenes adolescentes o mayores de 18 años, son adiestrados en las cárceles para cometer más crímenes y de forma más sofisticada. Un simple análisis nos hace ver que esto puede ser una bola de nieve, pues la población siempre está incrementándose y junto con ello la delincuencia. En este contexto, ¿qué enfoque se considera que debe priorizar el Estado al combatir el pandillaje juvenil: el punitivo o el de desarrollo personal? Ante esta situación en que nos encontramos, es preciso mencionar que el Estado tiene la responsabilidad de ejecutar con resultados positivos las labores de reorientación juvenil a los integrantes de las pandillas juveniles existentes. En este aspecto, la capacidad del Estado de previsión para que el pandillaje juvenil no se extienda ni avance, logrará combatir eficientemente este mal social. A continuación, en los siguientes párrafos se mencionará la definición del tema que fundamentará dicha postura del tema.
Argumentación – Reafirmación de Postura
En la actualidad el Estado tiene programado continuar con labores de reorientación juvenil a los integrantes de las pandillas juveniles existentes de forma especializada. Por reorientación juvenil de los pandilleros juveniles entendemos las que el Estado viene realizando a través de labores de reorientación juvenil con un trabajo especializado conjunto del Ministerio Público, a través de acercamiento con las familias disfuncionales, con la Policía Nacional, en cuanto a la identificación de zonas delictivas, y Devida, en cuanto a la prevención y erradicación del consumo de drogas, pese a los limitados recursos que se les asigna para rehabilitar a pandilleros juveniles. Esto podemos establecerlo debido a que si bien es muy cierto que no todas las pandillas son de carácter criminal, sino de socialización y autoprotección entre jóvenes, tal como lo señalan Wolf (2012); Rodríguez (2013) y Rodríguez (2012), es muy cierto también que el control de estas organizaciones criminales suele estar en manos de adultos, como lo afirma Solís (2009), y que buscan expandir sus bandas con los adolescentes, por ejemplo, para el sicariato, pues saben que para ellos hay menores penas, y una autoformación delincuencial en los denominados “Centros de Rehabilitación”. Es válida la idea de una reorientación especializada con profesionales de distintas especialidades, entre ellos, psicólogos, médicos, sociólogos, docentes, para que los jóvenes pandilleros no sean insumos y víctimas de los cabecillas criminales. Asimismo, en la adolescencia y hasta antes de los 25 años aún está desarrollándose la personalidad, aunque el trabajo con la niñez y padres de familia debería ser tratado en paralelo.