Cinco Estrategias Efectivas para la Resolución de Conflictos y Habilidades Clave
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Cinco Estrategias Efectivas para la Resolución de Conflictos
Kenneth Thomas y Ralph Kilmann identifican cinco estrategias para resolver un conflicto, cada una de las cuales se puede utilizar dependiendo del grado de asertividad y cooperación exhibido por las partes implicadas. Estas son:
- Colaboración: Intenta satisfacer por completo a todas las partes. Requiere de alta asertividad y colaboración por ambas partes implicadas.
- Acomodación: Indica la voluntad de una de las partes de satisfacer las necesidades de la otra, sin importar las suyas propias. Requiere de mucha cooperación y casi ninguna asertividad.
- Compromiso: Se consigue un equilibrio entre ambas partes, garantizando que todos queden satisfechos.
- Competencia: Se garantiza que una persona gana a expensas de todas las demás.
- Evasión: Se concibe cuando se quiere evitar el problema, aunque signifique que ninguna de las partes quede satisfecha.
Los autores defienden que cuando una persona es consciente de las distintas categorías arriba citadas, puede seleccionar la estrategia que más le sea apropiada para solucionar cada nuevo enfrentamiento que se le plantee.
Habilidades y Actitudes para una Resolución Exitosa de Problemas
La Importancia de la Solución de Problemas en la Vida Cotidiana
Es en el día a día donde resolvemos desde los problemas más triviales hasta los que tienen un significado profundo para nosotros. Podemos vernos enfrentados, por ejemplo, a tener que arreglar una estufa en pleno invierno, darnos cuenta de que no nos alcanza el pan para la cena, o reconsiderar si queremos cambiar de carrera, si somos estudiantes universitarios. Seguramente habrá personas muy capaces de resolver las pequeñas "piedritas del zapato", como arreglar la estufa. Pero menos personas tienen las competencias para resolver problemas de mayor complejidad. Ello hace que las situaciones se impongan sin que tengamos un manejo de gestión sobre ellas. Resolver problemas de este tipo supone tener claro el sentido de lo que queremos, desarrollar coraje para correr riesgos, tener confianza en uno mismo, enfrentarse al proceso de toma de decisiones, etc. De allí que a veces tengamos una actitud de avestruz; nos escondemos. Otras, enfrentamos las dificultades con valentía. La diferencia hace que vayamos o no resolviendo problemas para construir las condiciones de una vida acorde a nuestros valores y convicciones.