Estrategias y Conflictos en la Guerra de las Galias: Episodios Clave de César
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VII,13(1-2) César Ordena Atacar: Refuerzos Germanos
César destaca su caballería, que se traba con la enemiga; yendo ya los suyos de vencida, los refuerza con cuatrocientos caballos germanos, que desde el principio solía tener consigo. Los galos no pudieron aguantar su furia, y puestos en huida, con pérdida de muchos se retiraron al ejército.
VII,42(1-3) Las Actuaciones de los Eduos en Gergovia
Tal era el estado de las cosas en Gergovia cuando los eduos, recibido el primer mensaje de Litavico, sin más ni más, instigados unos por la codicia, otros por la cólera y la temeridad (vicio sobre todo connatural a esta gente, que cualquier hablilla cree como cosa cierta), meten a saco los bienes de los romanos, dándoles la muerte o haciéndolos esclavos.
VII,47(1-2) Retirada y Control de las Legiones
César, habiendo conseguido su intento, mandó tocar la retirada, y la Legión Décima, que iba en su compañía, hizo alto. A los soldados de las otras legiones, aunque no percibieron el sonido de la trompeta a causa de un gran valle intermedio, aun así los tribunos y legados, conforme a las órdenes de César, los tenían a raya.
VII,47(5-6) Súplicas de las Mujeres de Avarico
Las mujeres desde los adarves arrojaban sus galas y joyas, y con los pechos descubiertos, con los brazos abiertos, suplicaban a los romanos que las perdonasen, y que no hiciesen lo que en Avarico, donde no respetaron ni al sexo débil ni a la edad tierna. Algunas, descolgadas de los muros, se entregaban a los soldados.
VII,49(1) Órdenes Estratégicas de César
César, viendo la desigualdad del puesto, y que las tropas de los enemigos se iban engrosando, muy solícito por los suyos, envía orden al legado Tito Sestio, a quien había encargado la guarda de los reales menores, para que sacara prontamente algunas cohortes y las apostara a la falda del collado hacia el flanco derecho de los enemigos.
VII,62(1-2) La Exhortación de Labieno
Al amanecer, ya los nuestros estaban desembarcados y se divisaban las tropas enemigas. Labieno, después de haber exhortado a los soldados «que se acordasen de su antiguo esfuerzo y de tantas victorias ganadas, recordándoles que César, bajo cuya conducta innumerables veces habían vencido a los enemigos, los estaba mirando», da la señal de acometer.
VII,63(1-4) La Defección de los Eduos y la Guerra
Divulgado el levantamiento de los eduos, se aviva más la guerra. Van y vienen embajadas por todas partes. Echan el resto de su valimiento, autoridad y dinero para cohechar a los Estados. Con el suplicio de los rehenes, confiados a su custodia por César, aterran a los indecisos. Los eduos ruegan a Vercingetórige que se sirva venir a tratar con ellos del plan de operaciones.
VII,65(4) Medidas de César: Refuerzos Germanos
César, reconociendo la superioridad de la caballería enemiga, y que por estar tomados todos los caminos ningún socorro podía esperar de la Provenza y de Italia, los procura en Germania de aquellas naciones con las que años atrás había sentado paces, pidiéndoles soldados de a caballo junto con los peones ligeros, acostumbrados a pelear entre ellos.
VII,68(1) Vercingetórige se Retira a Alesia
Desbaratada toda la caballería, Vercingetórige recogió sus tropas según las tenía ordenadas delante de los reales; y sin detención tomó la vía de Alesia, plaza fuerte de los mandubios, y mandó alzar luego los bagajes y conducirlos tras sí.