La Estética de Sócrates: Belleza, Mímesis y el Arte

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,38 KB

Introducción a la Filosofía de Sócrates

Sócrates vivió en Atenas al mismo tiempo que los sofistas y tenía un profundo interés por las cuestiones relacionadas con el hombre.

A su método filosófico se le denomina mayéutica o arte de parir ideas. En el concepto de mayéutica influyó el trabajo de comadrona de su madre.

Sócrates estableció conceptos fijos y precisos, definiciones universales que sirven de base para la conducta humana. El objetivo de Sócrates era buscar la verdadera sabiduría para que el hombre obrara bien. Para ello utiliza la mayéutica o método de la ironía, que consiste en entablar un diálogo; estos diálogos iban desde ejemplos particulares a una definición universal, se trataba de un proceso inductivo.

Con el método mayéutica tenía la intención de hacer que los demás diesen a luz en sus mentes las ideas verdaderas.

Sócrates no estaba de acuerdo con el relativismo de los sofistas en la ética. Él defendió el bien y la verdad como valores absolutos y válidos para todos los hombres.

Sócrates nunca cobró por enseñar; no era maestro, no explicaba lecciones, sino que ayudaba a reflexionar.

Las Ideas Estéticas de Sócrates

El concepto socrático de la belleza es tratado como la adaptación al fin; se desarrolla en el encuentro dialéctico con Aristipo. La teoría se amplía en la conversación entre Sócrates y Pistias, donde destacan dos tipos de belleza: la belleza útil o funcional y la belleza de las proporciones.

El concepto de mímesis es referido a la pintura y escultura; se pone de manifiesto en diálogos con Sócrates y el pintor Parrasio y el escultor Clitón. Del primer diálogo salen tres teorías: la imitación de la naturaleza por el arte, la teoría de la idealización por el arte y las posibilidades expresivas por el arte.

La Belleza como Adaptación al Fin (Harmottón)

Sócrates afirma que la belleza de algo es que se adapte a su fin, su destino o función. Este tipo de belleza se llama harmottón; los griegos posteriores la llamaron prepón.

Según Sócrates, la belleza está relacionada con lo bueno; todo lo que es bueno es también hermoso.

Los griegos entendían como lo bueno aquello que cumplía su función.

Sócrates afirmaba que todo lo que es bueno y bello es a la vez útil, se adapta a su fin. Todas las cosas son buenas y bellas para los que vayan bien y feas y malas para los que vayan mal.

Sócrates tenía una postura funcional: un objeto se considera hermoso cuando corresponde a su fin o a la función que desempeña. Su criterio era objetivo. Los sofistas, sin embargo, tenían una postura subjetiva: para ellos algo es bello cuando se adapta al gusto de quien lo mira.

Belleza Funcional y Belleza Formal

Sócrates señala dos tipos de belleza: la belleza por su forma exterior y la belleza como adaptación al fin.

Sócrates llamaba a la belleza como adaptación al fin harmottón. Los romanos utilizaban la palabra pulchrum para referirse a la belleza de la proporción (las cosas son bellas por su forma) y utilizaban el término aptum o decorum para referirse a la belleza de lo adecuado (las cosas bellas por su objetivo).

El Concepto de Mímesis

La pintura y la escultura imitan lo que ya existe en la naturaleza y es una representación de lo que se ve.

Para los griegos, la pintura y escultura son imágenes del mundo sensible.

Sócrates se refiere a mímesis indicando que los productos de la pintura se consideran imitaciones de la apariencia visible de los cuerpos, representaciones del mundo sensible o copias de la naturaleza.

En su origen, mímesis hacía referencia a la manifestación de los sentimientos, a la expresión de experiencias internas por medio de palabras, gestos y sonidos. Mímesis surgió del culto dionisíaco.

El primer filósofo en modificar el significado de la palabra mímesis fue Demócrito; este remedaba a la naturaleza y se refirió a todas las artes, sobre todo a las útiles.

La definición del filósofo ateniense es diferente: lo empleó para referirse a la reproducción de objetos visibles de la naturaleza, limitándolos a la pintura y escultura.

Los pintores y los escultores no reproducen modelos exactos, sino que los mejoran.

Entradas relacionadas: