El Esplendor del Teatro Barroco Español: Claves y Estructura Dramática
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El Teatro Barroco Español: Orígenes y Esplendor
Las raíces del teatro barroco hay que buscarlas en la etapa anterior y en la influencia italiana. Experimentó, desde finales del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, una evolución que lo convirtió en un espectáculo de masas gracias a la fórmula dramática de Lope de Vega. Esta tendencia, que dominó la escena española, tuvo en Tirso de Molina y Calderón de la Barca a otros de sus más insignes representantes.
Se distinguen tres variedades principales: el teatro religioso, el cortesano y el urbano.
1. El Teatro Religioso: Los Autos Sacramentales
Su ejemplo más logrado son los autos sacramentales, piezas breves heredadas del teatro medieval que constan de un único acto y cuyo fin es divulgar los dogmas de la fe católica.
Estas obras destacaban por la vistosidad de su escenografía, lo que les confería una gran espectacularidad y atraía a un numeroso público.
Un escritor de autos sacramentales muy célebres fue Calderón de la Barca.
2. El Teatro Cortesano: Lujo y Privilegio
Se representaba en jardines y salones nobiliarios, incorporando las últimas innovaciones de la escena italiana: lujosos decorados, ambientación musical e incluso iluminación artificial para las funciones nocturnas.
Ante el rey solo actuaban las compañías con gran privilegio, las compañías reales, que podían hacerlo en grandes ciudades. Las compañías de la legua, por su parte, actuaban en poblaciones separadas de la ciudad por al menos una legua.
3. El Teatro Urbano: Para el Pueblo en los Corrales
Dirigido a toda clase de público, tenía lugar en los corrales de comedias (patios interiores de vecinos). Las obras eran representadas por compañías profesionales. Eran funciones largas que incluían una comedia principal en tres actos (todas las obras dramáticas se denominaban 'comedias'), e incorporaban además otro tipo de piezas breves:
- Una loa antes del primer acto: composición dramática breve de carácter cómico que servía como introducción para captar la atención del público y presentar la comedia.
- Un entremés tras el primer acto.
- Algún baile con canciones entre el segundo y el tercer acto.
Los decorados, inicialmente simples, se fueron enriqueciendo con el tiempo.
Este tipo de teatro fue muy criticado por pensadores y moralistas de la época, tanto por la presencia de mujeres en escena como por la creencia de que las obras llevaban al relajamiento de las costumbres del pueblo.
Los argumentos en contra de estas críticas se basaban en los beneficios económicos que este teatro aportaba a autores, compañías y hospitales, así como en su capacidad de entretener al tiempo que servía como guía moral, a pesar de que algunas obras pudieran presentar ejemplos negativos.
Las obras más vistas eran las comedias de capa y espada.
Los Corrales de Comedias: Estructura y Público
Los corrales de comedias eran patios interiores de las viviendas adaptados para la representación de obras dramáticas. El espacio se distribuía de la siguiente manera:
- Escenario: Frente a la entrada, al fondo del patio, se disponía un escenario elevado. En su parte trasera, una o varias cortinas servían de entrada y salida a los actores, y también había trampillas para el mismo fin. Los balcones se utilizaban para representar algunas escenas o como soporte de decorados.
- Patio: Situado frente al escenario, en los laterales había gradas portátiles y en el centro, sillas y bancos. Detrás de estos, se encontraba una zona para los «mosqueteros», cuyas reacciones eran determinantes para el éxito o fracaso de la obra.
- Cazuela: Elevada por encima de la entrada al corral, y estaba reservada exclusivamente para mujeres.
- Resto del espacio: Los balcones, galerías y ventanas enrejadas eran ocupados por autoridades municipales y eclesiásticas, o por nobles y ricos que pagaban un alquiler anual por balcón.
El público estaba, por tanto, dividido según el sexo y la clase social. El dinero recaudado se destinaba al mantenimiento de hospitales.
Los corrales de comedias más conocidos de la época fueron los de Almagro, Alcalá de Henares, Madrid, Oviedo y Sevilla.