Esplendor del Renacimiento: Obras Maestras de Arte

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Arte del Renacimiento

Arquitectura

Busca la perfección técnica y la belleza formal fundamentada en cálculos matemáticos y geométricos para obtener la máxima armonía y proporción. Se caracteriza por la horizontalidad y la búsqueda de un espacio unitario que permita, desde el interior, tener una visión total del edificio. La principal influencia es la del mundo clásico. El muro recupera su valor como sustentante. Se utilizan los órdenes clásicos, con preferencia por el corintio. Se usan entablamentos y frontones. Se emplea el arco de medio punto. Se emplean cubiertas planas con casetones o bóvedas de cañón. La cúpula adquiere un especial protagonismo. Se decora con pilastras, entablamentos, medallones, tondos, sillares almohadillados, guirnaldas, columnas abalaustradas, conchas y grutescos. La decoración se dispone a candelieri. Se consolidan la planta basilical y la centralizada. Destacan los palacios, que presentan una estructura cerrada articulada en torno a un patio central cuadrado y con tres pisos.

Escultura

La transición en escultura es menos brusca debido al Clasicismo Gótico. Se pierde la integración entre escultura y arquitectura, desapareciendo buena parte de la función que antes existía de decorar y completar los edificios. Las esculturas son bellos objetos presentes en el espacio y los lugares donde se ubican son puertas de bronce, altares, tumbas, fuentes públicas, púlpitos y estatuas ecuestres. Se observa un acentuado naturalismo, con gran interés por representar la realidad y especialmente al hombre, tanto en su anatomía como en su expresividad. Uno de los temas predilectos fue el de los desnudos. El cuerpo humano desnudo estaba considerado como máxima expresión de belleza. Se busca un aspecto de las estatuas y relieves lo más cercano a la forma natural mediante la utilización de la perspectiva en los relieves. Los temas relacionados con la religión están tratados de forma diferente y se resalta en ellos la belleza formal y una especie de realismo idealizado. Se representan temas paganos, mitológicos y alegóricos. Se emplearon como materiales piedra, mármol, terracota y metales fundidos.

Pintura

Existe una estrecha relación con la geometría y las matemáticas. Algunos artistas quisieron reducir el arte a un sistema de medidas proporcionadas, lo que se manifestó en la ordenación del espacio en la obra pictórica y el estudio de las proporciones. La línea y el color expresan efectos tridimensionales que dan relieve y corporeidad a las figuras. Existe una gran preocupación por la luz. Unos artistas optaron por reflejar la realidad fielmente y otros buscaron el ideal platónico de la belleza. Se utiliza un sistema que representa sobre una superficie plana, de dos dimensiones, el espacio y los objetos que hay en este tal y como son en la realidad. Se va graduando el tamaño de las figuras en función de la proximidad o la lejanía. Se gradúa no solo el tamaño de los objetos sino también su nitidez. Las figuras y el fondo se van difuminando desde el primer plano hasta la parte final del cuadro. Se utiliza la perspectiva caballera con un punto de vista alto o bajo. Es una pintura que se practicó sobre muros o portátiles y utilizó técnicas como el fresco, el temple o el óleo.

Obras Maestras del Renacimiento

David de Donatello

Es una obra de Donatello hecha en bronce hacia 1440 para la poderosa familia de los Médici. Es una escultura de bulto redondo que representa al joven héroe bíblico. Lo muestra sin ropa, valorando el cuerpo desnudo como portador de belleza. Constituye el primer desnudo de bulto redondo tras la desaparición del imperio romano. Nos muestra al joven una vez ha derrotado a su rival con la honda y le ha cortado la cabeza con su propia espada. Aparece relajado, dibujando un claro óvalo compositivo, cerrando las líneas con la espada apoyada en el suelo. El modelo es praxiteliano, por el exagerado contraposto de su cuerpo y por el tratamiento anatómico blando, suave, casi femenino. Posee un ritmo suavemente ondulado, realzado por los brazos separados del cuerpo, uno sujetando la espada y otro apoyado en el cuerpo, dando la sensación de tranquilidad. La misma inflexión de las piernas evita cualquier tensión a la figura. Sólo la cabeza que está bajo el pie izquierdo del David nos recuerda lo ocurrido en el combate, así como una piedra que tiene el adolescente en su mano izquierda. Aparece representado con el pelo largo suelto, tocado por un sombrero y calzado con una especie de sandalias que rompen un poco el tratamiento formal del cuerpo. Hay autores que ven en esta representación una alusión a la victoria de Florencia sobre Milán al representar al joven vencedor ataviado con un sombrero típicamente florentino y al mostrar la espada de Goliat. La inscripción que acompaña a la escultura refuerza esta tesis. Simboliza la reinterpretación del mundo clásico antiguo bajo un punto de vista cristiano.

Una horizontal en alto marca el encuentro entre mar y cielo y es el contrapunto a la verticalidad de los troncos de los naranjos; la costa es una línea quebrada y unas simplificadas uves sugieren el movimiento del mar. La línea predomina sobre el volumen, que se modela con un suave sombreado. El brillo marmóreo de los personajes contrasta con el verde azulado del fondo. La luz cenital acentúa la sensación de inmaterialidad. Se relaciona con Praxíteles en su postura y línea ondulante.

Cúpula de la Catedral de Florencia: Santa María de las Flores de Filippo Brunelleschi

Fue la realización arquitectónica más notable de la vida de Filippo Brunelleschi (1420-1446). El templo se había construido en estilo gótico y cuando se le encargó hacer la bóveda ya se había levantado un tambor octogonal perforado por ventanas redondas. El exterior presenta un aspecto muy esbelto gracias al perfil apuntado, que logró gracias a la curvatura de los ocho nervios de mármol blanco que ascienden hasta la cúspide donde se unen dando paso a una linterna. La cúpula de ocho caras recubiertas con tejas rojas se eleva sobre un tambor octogonal de piedra revestida de mármol con una ventana circular en cada lado. Ideó un sistema de doble cúpula, superpuestas una a otra: la interior de media esfera reforzada con tirantes de madera y la exterior parabólica de mayor altura con objeto de llevar las presiones de manera más vertical sobre el tambor octogonal. Para la construcción empleó ladrillos huecos. Esta construcción suponía la recuperación del prestigio de las cúpulas clásicas.

Iglesia de San Lorenzo de Filippo Brunelleschi

Se trata de una obra de Filippo Brunelleschi encargada por Cosme de Médici y es un ejemplo del mecenazgo que se encuentra en el origen de gran parte de las obras renacentistas. En esta iglesia han desaparecido las formas medievales y los elementos constructivos y decorativos están tomados del mundo clásico. Tiene tres naves y el espacio se ordena en base a una planta longitudinal, donde los elementos arquitectónicos y la luminosidad logran una visión de perspectiva. La cubierta de la nave central es adintelada y se decora con grandes casetones y las naves laterales son abovedadas. Las arquerías de medio punto que separan las naves están realzadas por la colocación de un trozo de entablamento sobre el ábaco de los capiteles. Se utilizan columnas con capiteles compuestos, pilastras, arcos de medio punto y casetones en la cubierta central. Tiene amplios ventanales en la parte alta de la nave central y óculos en las laterales. Busca en esta iglesia horizontalidad empleando elementos arquitectónicos que la refuerzan y armonía empleando criterios geométricos.

Tercera Puerta de Bronce para el Baptisterio de Florencia de Lorenzo Ghiberti

Fue una obra del escultor Lorenzo Ghiberti, que acabó en 1452. Acabó con las influencias góticas completamente. Compartimentó el espacio en diez paneles aprovechando por completo el espacio disponible de cada uno. En ellos se colocó un ciclo de escenas del Antiguo Testamento. El conjunto muestra la evolución hacia una representación naturalista del movimiento, volumen y perspectiva, así como una idealización mayor del tema. Empleó la técnica del schiacciato consistente en la multiplicación de los planos de profundidad, lo que permite representar la perspectiva, a lo cual contribuye el paisaje de fondo. En estas, las figuras se adaptan a los cánones de la perspectiva y el relieve se va aplanando conforme nos adentramos en cada escena, hasta resultar casi absolutamente plano en los fondos. En los primeros planos predomina el volumen y la corporeidad de los personajes. Las puertas contienen en los marcos laterales y en los listones verticales de separación pequeñas esculturas de figuras bíblicas, motivos vegetales y algunos diminutos bustos de personajes, entre los que se halla el de Ghiberti. A estas puertas, Miguel Ángel las llamó las “Puertas del Paraíso”.

Condottiero Gattamelata de Donatello

Se trata de una obra de Donatello. Es una escultura monumental de bulto redondo realizada en bronce en 1453 para la plaza de la basílica de San Antonio de Padua, encargada por los herederos del Condottiero. El conjunto fue pensado como monumento-tumba, de ahí la cámara funeraria que ocupa la parte central. La estatua ecuestre de Marco Aurelio sirvió de inspiración al escultor para realizar esta obra, con lo que se produce la recuperación de la escultura urbanística. El retrato se levanta sobre una planta elíptica de bloques horizontales, cuya unidad con el bronce los hace parecer unidos. En la parte superior del monumento se representa al general en el momento de pasar revista a las tropas, conteniendo en su mano las riendas de un fogoso y vigoroso caballo tratado con un detallismo y realismo igual al del jinete. La montura aparece avanzando lentamente. El escultor cierra la línea compositiva de las patas del caballo colocando una bola en la pata delantera que estaba en el aire. La cabeza ligeramente ladeada dota a la composición de un efecto pausado, sereno y cerrado. El retrato representa al general con menos años de los que tendría en ese momento, pero en su edad madura, en el que se refleja cierta influencia de la retratística romana en el porte y el ademán, acentuado por la vestimenta y la coraza. Su rostro muestra la dignidad del retrato romano, desafiante y enérgico.

Frescos de la Capilla Brancacci de Masaccio

Es una obra de Masaccio. Se distribuyen en dos niveles horizontales a lo largo de las dos paredes de la capilla. El tema principal es la historia de la vida de San Pedro, patrón de los marineros y comerciantes del mar, y hay algunas referencias al Génesis, concretamente a la historia de Adán y Eva. Destaca el fresco del “Tributo de la moneda”. La escena se desarrolla en tres episodios dentro de la misma composición: en el centro contemplamos al recaudador solicitando el tributo a Cristo y éste indicando a Pedro que en el agua encontrará el dinero; en el fondo, a la izquierda, observamos a San Pedro sacando una moneda de la boca de un pez; y a la derecha, el pago del tributo ante una construcción. Las figuras del grupo principal se sitúan en un paisaje, formando casi un círculo y vestidas a la manera griega. Su monumentalismo está inspirado en las estatuas clásicas y en las obras de Donatello. Destacan la expresividad de los rostros, que aportan sensación de realismo, forzadas por los gestos. Al ubicar al recaudador de espaldas, el maestro intenta involucrarnos en la escena y hacernos partícipes del episodio. La luz inunda la composición, resaltando los colores empleados, que dan efecto de perspectiva a la obra colocando los más cálidos en primer plano y los más fríos al fondo. El efecto volumétrico de los personajes se observa en las piernas del recaudador, mientras que los apóstoles ocultan sus cuerpos bajo pesadas túnicas.

La Primavera o Alegoría de la Primavera de Sandro Botticelli

Es una obra de Sandro Botticelli. Es una pintura de temple sobre tabla realizada en el siglo XV. Perteneció a la colección de la familia Médici y se muestra en el Museo de los Uffizi de Florencia. Fue encargado como regalo para la boda de Lorenzo di Pierfrancesco de Médici. Es de gran tamaño y más propio en aquella época de un fresco o un tapiz. En medio de un paisaje boscoso lleno de flores, colocó a una serie de personajes mitológicos, de gran belleza y elegancia de gestos, a través de la delicada incurvación de sus cuerpos: el centro de la composición lo ocupa la figura de Venus, por encima de ésta, Cupido, dispuesto a lanzar su flecha. A la izquierda, formando un corro, están las Tres Gracias, junto a ellas aparece Mercurio tratando de ahuyentar unas nubes; a la derecha, la diosa Flora avanza en disposición de esparcir flores en el campo y a su lado la ninfa Cloris, que va a ser raptada por Céfiro. Hay abundantes alusiones al amor en esta obra. Los personajes presentan algunos rasgos muy naturalistas, apreciables en las facciones y en los caballos, pero el paisaje es bastante idealista y los cuerpos carecen de naturalismo. Se trata de un cuadro en el que se aprecia un fuerte dinamismo, pues todas las figuras parecen estar agitadas, lo que se aprecia en los cabellos, los mantos que cubren los cuerpos de las Tres Gracias y los vestidos de los personajes. Desaparece totalmente la rigidez, para dar lugar a unos rostros nostálgicos. La pintura es bastante plana. La luz es nítida y alumbra todas las partes de la obra. Se aprecian los contornos de las figuras, definidos con una línea negra.

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