El Esplendor del Mihrab Califal en la Mezquita de Córdoba

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El mihrab es una pieza situada en el muro conocido como quibla y que en toda mezquita debería servir para indicar al orante la dirección hacia la ciudad sagrada de La Meca.

La Reforma de Al-Hakam II

El actual mihrab de la Mezquita de Córdoba es fruto de la gran reforma del templo llevada a cabo en la segunda mitad del siglo X durante el gobierno del califa Al-Hakam II. La construcción del mihrab formó parte de un amplio programa de modificaciones en el que se incluyeron también la ampliación de las naves de oración y la creación de una nueva maqsura.

Así pues, el mihrab de la mezquita cordobesa es un excelente ejemplo no tanto de las soluciones constructivas de época califal (hablamos de muy reducidas dimensiones: 3x3m), sino sobre todo de las concepciones entonces existentes sobre la decoración de las partes más destacadas de un edificio religioso y, lo que es más importante aún, acerca de la simbología aplicable precisamente a esos elementos ornamentales ya que, como es sabido, la religión islámica es poco amiga de las representaciones figuradas.

Pero además, este mihrab cordobés es demostrativo de cómo concepciones orientales muy diversas acabaron triunfando en la arquitectura andalusí. Pese a su reducido tamaño, el mihrab cordobés posee una gran originalidad, ya que con anterioridad a esta construcción los modelos existentes se reducían a pequeñas hornacinas abiertas en el muro de la quibla.

Estructura Interna del Mihrab

En este caso, nos hallamos ante una habitación de planta poligonal, que verticalmente podemos dividir en tres zonas:

  • Un zócalo marmóreo.
  • Un friso intermedio en el que encontramos seis arquillos ciegos polilobulados sobre los que se dispone una banda con versículos del Corán.
  • Una cubierta en la que se ha colocado una bóveda octogonal hecha en yeso y que adopta la forma de una concha.

Debe recordarse que este espacio, vedado a los fieles, es el más íntimo y sagrado del templo, ya que simboliza la presencia de Allah en la mezquita y, por otra parte, es el lugar junto al que se coloca el imán cuando debe dirigir la oración.

La Espectacular Decoración Exterior

Sin lugar a dudas, lo más destacado de este conjunto es la decoración de la portada que lo comunica con el resto de la mezquita.

  • En sus laterales se han dispuesto zócalos de mármol decorados con ataurique.
  • En el centro encontramos un gran arco de herradura sostenido en jambas del mismo material y en las cuales, hacia el intradós, se han integrado las cuatro columnas de mármol que ya estaban presentes en el anterior mihrab, levantado por Abd al-Rahman II a mediados del siglo IX.
  • El arco al que nos referimos muestra todas sus dovelas decoradas y se remata con un amplio alfiz.
  • Las albanegas van adornadas con roleos vegetales.
  • Por encima de ellas, corre un friso con inscripciones cúficas que alaban a Allah.
  • Aún más al exterior, otro friso que también corre por los laterales del arco, como si se tratase de un segundo alfiz, mantiene los mismos repertorios, esta vez en un brillante color azul.

Finalmente, en su parte superior, el conjunto se remata con siete arcos polilobulados ciegos en cuyos interiores podemos apreciar estilizados árboles de la vida policromados.

Técnicas Artísticas y Mosaicos Bizantinos

En toda esta fachada se combinan distintas técnicas artesanales:

  • Talla del mármol
  • Yesería
  • Cerámica
  • Pintura
  • Decoración musivaria (mosaicos)

El desconocido artista bizantino dejó aquí sobradas muestras de su pericia y de sus cualidades artísticas, trabajando con teselas de dimensiones muy reducidas, elaboradas en distintos materiales, para lograr que los efectos de policromía aportaran al conjunto más belleza todavía.

Todo este repertorio decorativo se extendió también a la imponente cúpula nervada que se sitúa inmediatamente delante de la fachada del mihrab, cubriendo este espacio de la maqsura.

Simbolismo y Poder

De este modo el califa, instalado aquí cualquier viernes, podría pensar que no sólo había cumplido sobradamente con su dios, Allah, sino que además había proclamado de manera suficiente al mundo hasta donde llegaban sus riquezas y su autoridad. El poder terrenal, ya se sabe.

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