Esplendor Arquitectónico Abasí: Palacios y Mezquitas de Samarra
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El Qasr al-Khalifa o el Palacio de Jawsaq al-Khaqani
El núcleo principal de este palacio contaba con un acceso característico: una triple entrada construida con ladrillo, diseñada a modo de triple iwán.
El Palacio de Balkuwara
Este palacio representa un prototipo de la arquitectura abasí. Se trata de un gran edificio con numerosas estancias, organizado en torno a una sala principal que reproduce la planta del palacio de Al-Mansur en Bagdad. El salón del trono o salón de recepción (número 9) se abría a ambos lados con un triple iwán (número 8).
En el palacio se integraban varias terrazas ajardinadas, comunicadas entre sí, que servían tanto para el esparcimiento del monarca como de escenografía para las visitas al califa. Contaban con abundante vegetación y, según algunos textos, estaban pobladas de fuentes, aves, surtidores e incluso animales salvajes.
Estos jardines reproducían la estructura de los jardines de crucero (chahar bag, que significa "cuatro jardines"), caracterizados por dos andadores que se cruzan en ángulo recto en el centro, formando una cruz. Tienen su origen en los jardines persas, también conocidos como chahar bag. De un jardín a otro se accedía mediante un pabellón (números 10, 5, 4, 3 y 2).
Estos jardines podían ser de dos tipos: aquellos con vegetación a ras de suelo o aquellos donde la vegetación se encontraba mucho más baja. En este segundo tipo, se plantaban árboles frutales de tal manera que, al caminar, se pudiera recolectar un fruto.
Como todo palacio islámico, el de Balkuwara contaba con una mezquita (número 6). Los palacios estaban decorados con mosaicos (representando bailarinas, escenas cortesanas) y pinturas murales (como bailarinas sirviendo un líquido con una planta).
La Gran Mezquita de Samarra (Al-Mutawakkil)
Esta mezquita posee unas dimensiones colosales y está rodeada por una explanada que la aísla de la población, denominada ziyada. En su planta, se observa un patio inmenso, de desarrollo vertical, con la nave central resaltada respecto al resto. Sin embargo, de esta nave no se ha conservado prácticamente nada, aunque gracias a los estudios arqueológicos, se cree que los soportes eran cuadrangulares y presentaban una pequeña columnilla en las esquinas, además de ventanillas polilobuladas.
En el arte islámico, la forma exterior no siempre traduce lo que hay en el interior; es una arquitectura volcada hacia el espacio interno. La mezquita contaba con un alminar helicoidal (solo existen tres ejemplos de alminares helicoidales: en las dos mezquitas de Samarra y en la mezquita de Ibn Tulun en El Cairo). Se asciende por las escaleras hasta llegar a la parte superior, desde donde se llama a la oración. Esta característica torre helicoidal se basa en la concepción de la Torre de Babel, y los expertos sugieren que esta última, a su vez, se inspiró en los zigurats mesopotámicos.
La Mezquita de Abu Dulaf
Es una mezquita de desarrollo vertical. Presenta una planta en forma de T, caracterizada por la presencia de dos naves paralelas al muro de la Qibla al final de las naves de desarrollo vertical. Es la mezquita más antigua conocida con planta en forma de T.
Posee un gran patio, un doble riwaq en los lados mayores y un triple riwaq en los lados cortos. Los soportes son rectangulares y la nave central era más alta.
La Maqsura es el espacio reservado al califa o al gobernante dentro de una mezquita. Usualmente ubicada en las proximidades del Mihrab, es un espacio cerrado, a menudo de madera con celosías, y su altura no suele ser tal que tape el Mihrab.
El material utilizado en su construcción es el ladrillo y el adobe, con el interior revestido de estuco. El muro de la Qibla, seguramente, estaría decorado con motivos vegetales, epigráficos y geométricos. Posee un alminar helicoidal, similar al de la Gran Mezquita de Samarra.