España: Transformación Política y Social (1788-1898)
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Reinado de Carlos IV (1788-1808) y Guerra de la Independencia
El reinado de Carlos IV coincidió con la Revolución Francesa, lo que influyó en su gobierno. Carlos IV, un gobernante ausente, delegó el poder en validos como el conde de Floridablanca. La política española estuvo marcada por la influencia francesa:
- Guerra de los Pirineos (1793-1795): España se unió a las coaliciones contra Francia.
- Paz de Basilea (1795): España perdió parte de Santo Domingo y Godoy se convirtió en primer ministro.
- Acercamiento a Francia (1796-1808): España se alió con Francia contra Inglaterra.
- Tratado de San Ildefonso (1796): Alianza militar con Francia.
- Derrota naval contra Inglaterra: El comercio con América quedó desprotegido.
- Tratado de San Ildefonso (1800): España se unió a Napoleón.
- Guerra de las Naranjas (1801): España anexionó Olivenza.
- Batalla de Trafalgar (1805): España apoyó a Napoleón contra la Tercera Coalición.
- Tratado de Fontainebleau (1807): España permitió la entrada de tropas francesas para conquistar Portugal.
Internamente, España enfrentaba una bancarrota financiera, malestar social y oposición a Godoy, liderada por el príncipe Fernando. Tres eventos clave marcaron este periodo:
- Proceso de El Escorial (1807): Fernando conspiró contra Godoy.
- Motín de Aranjuez (1808): Godoy fue arrestado y Carlos IV abdicó en Fernando.
- Abdicaciones de Bayona (1808): Carlos IV y Fernando abdicaron en Napoleón, quien nombró a su hermano José I Bonaparte como rey.
Guerra de la Independencia (1808-1813)
La Guerra de la Independencia fue una guerra de liberación contra Francia, una guerra civil entre afrancesados y patriotas, y un conflicto internacional con el apoyo de Gran Bretaña a España. La guerra se divide en cuatro fases:
- 1ª Fase (mayo-julio 1808): Levantamientos antifranceses, creación de Juntas provinciales y la Junta Suprema Central. Derrota francesa en Bailén.
- 2ª Fase (noviembre 1808-1812): Napoleón entró en España, la Junta Central se refugió en Cádiz y Francia dominó casi todo el territorio.
- 3ª Fase: Guerra de desgaste y guerrillas lideradas por Espoz y Mina, el cura Merino y el Empecinado.
- 4ª Fase (1812-1813): Ofensiva hispano-inglesa, Batalla de Arapiles, Wellington expulsó a los franceses y Fernando VII fue restaurado.
Las consecuencias de la guerra fueron pérdidas humanas, destrucción, bandolerismo, pérdida patrimonial y el inicio de la independencia de las colonias americanas.
Las Cortes de Cádiz
Ante el vacío de poder, se crearon las Juntas provinciales y la Junta Central Suprema en Aranjuez. Se convocaron las Cortes de Cádiz para redactar una Constitución. Se realizó una "consulta al país" para recabar opiniones sobre las reformas necesarias.
Cortes de Cádiz (1810-1814)
Las Cortes de Cádiz se reunieron durante cuatro años para transformar España en una monarquía liberal y parlamentaria. Estuvieron compuestas principalmente por el Estado llano, con poca representación de la nobleza y la Iglesia. Se dividieron en tres tendencias: liberales, jovellanistas y absolutistas.
Constitución de 1812
La Constitución de 1812 estableció la soberanía nacional, la separación de poderes, Cortes unicamerales, sufragio universal masculino indirecto, derechos y deberes del ciudadano, igualdad entre metrópoli y colonias, división provincial y municipal, Estado confesional católico, ejército nacional y Milicia Nacional, escuelas primarias y otras leyes como la libertad de imprenta, liberalización económica, supresión de la Mesta y mayorazgos, desamortización, abolición de la Inquisición, etc. Tuvo tres periodos de vigencia y se convirtió en referente del liberalismo.
Reinado de Fernando VII (1814-1833)
El reinado de Fernando VII se divide en tres etapas:
Sexenio Absolutista (1814-1820)
Tras el Tratado de Valençay, Fernando VII regresó a España y, con el apoyo de los absolutistas, anuló la Constitución de 1812 mediante el Manifiesto de los Persas. Restableció las instituciones del Antiguo Régimen, la Inquisición y reprimió a los liberales.
Trienio Liberal (1820-1823)
La crisis económica y el pronunciamiento de Riego obligaron a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. Se restablecieron las libertades y se implementaron medidas liberales. Los liberales se dividieron en doceañistas (moderados) y veinteañistas (exaltados). Los absolutistas se organizaron contra el gobierno liberal, culminando con la intervención de la Santa Alianza y los Cien Mil Hijos de San Luis, que restauraron el absolutismo.
Década Ominosa (1823-1833)
Fernando VII retomó el poder absoluto y reprimió a los liberales. Posteriormente, adoptó posiciones más abiertas con ministros moderados. Se creó el Consejo de Ministros, se implementaron reformas económicas y se abordó la crisis sucesoria con la Pragmática Sanción, que permitía la sucesión femenina a favor de su hija Isabel, lo que originó las guerras carlistas.
Las Guerras Carlistas
Tras la muerte de Fernando VII, Carlos María Isidro, hermano del rey, se opuso a la sucesión de Isabel II y defendió el absolutismo. La Primera Guerra Carlista (1833-1839) fue un conflicto entre liberales isabelinos y absolutistas carlistas. Los carlistas contaban con el apoyo de la pequeña nobleza rural, el bajo clero y el campesinado, mientras que los liberales eran apoyados por la burguesía, la alta nobleza y potencias extranjeras. La guerra se dividió en tres etapas y finalizó con el Convenio de Vergara. La Segunda Guerra Carlista (1846-1849) se desarrolló en Cataluña. La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) tuvo lugar durante el reinado de Amadeo I.
Reinado de Isabel II (1843-1868)
Durante el reinado de Isabel II, se alternaron en el poder los partidos liberales moderados y progresistas. La Década Moderada (1844-1854) estuvo marcada por el gobierno de Narváez y la Constitución de 1845. El Bienio Progresista (1854-1856) vio el regreso de Espartero y la desamortización de Madoz. El Gobierno Largo de la Unión Liberal (1858-1863), liderado por O'Donnell, trajo estabilidad y crecimiento económico. La inestabilidad política y la crisis económica llevaron a la Revolución Gloriosa de 1868, que puso fin al reinado de Isabel II.
Sexenio Democrático (1868-1874)
Tras la Revolución Gloriosa, se formó un gobierno provisional que convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Se aprobó la Constitución de 1869, que establecía una monarquía parlamentaria. La Regencia de Serrano y el reinado de Amadeo I fueron breves debido a la inestabilidad política. La Primera República (1873-1874) enfrentó graves dificultades, incluyendo la división interna, las guerras carlista y cubana, y el movimiento cantonal. El golpe de Estado de Pavía dio paso a la República unitaria de Serrano, que finalmente dio paso a la Restauración borbónica.
Restauración Borbónica (1874-1898)
Tras el golpe de Pavía, Antonio Cánovas del Castillo propuso la restauración de la monarquía borbónica con Alfonso XII. Se estableció un sistema de turnismo entre el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta. La Constitución de 1876 estableció una monarquía constitucional. El sistema excluyó a otros grupos políticos mediante el caciquismo y el fraude electoral. Durante este periodo surgieron los nacionalismos catalán, vasco y gallego, junto con el republicanismo, el socialismo y el anarquismo.
El Desastre del 98
La Guerra de Cuba (1895-1898) se originó por el movimiento independentista cubano y los intereses estadounidenses. La explosión del Maine desencadenó la guerra hispano-norteamericana. España perdió la guerra y, con el Tratado de París (1898), renunció a Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. El Desastre del 98 tuvo consecuencias morales, económicas e ideológicas, dando lugar a críticas al sistema político y al surgimiento del regeneracionismo y la Generación del 98.