España en la Segunda República: Reformas, Conflictos y el Bienio Conservador

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Reforma Social y Educativa en la Segunda República

Se iniciaron una serie de reformas destinadas a mejorar las condiciones laborales. Se aprobó una ley de contratos de trabajo, seguros sociales y reducción de la jornada laboral en el campo. Pero algunos proyectos fueron frenados. Principalmente, se reformó la escuela primaria creando 10500 plazas, con un presupuesto incrementado en un 50%, y se intentó acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa, haciendo escuelas mixtas, laicas, obligatorias y gratuitas.

Reorganización de la Derecha y la Conflictividad Obrera

Los viejos monárquicos fueron derivando hacia posiciones antidemocráticas. Se crearon nuevas organizaciones como Acción Española, la CEDA o Renovación Española, liderada por José Calvo Sotelo, que defendía la necesidad de un golpe de estado. Mientras que los carlistas se agruparon en la Comunión Tradicionalista. Grupos de corte nacional socialista y fascista crearon las JONS, unidas más tarde a la Falange Española, que destacaba por su ideología casi democrática y representaba un programa inspirado en el fascismo italiano. Defendían la formación de grupos para militares de acción directa. La CNT contaba con un millón de afiliados y vio en la experiencia republicana la acción idónea para intentar la revolución. La UGT tenía 450000 afiliados, mientras que el Partido Comunista tenía una afiliación de 11000 personas. Las huelgas, la insurrección y las ocupaciones de tierra fueron en aumento. Como consecuencia de las duras medidas policiales y de la impopularidad que se produjo a continuación, Azaña se vio obligado a dimitir, se disolvieron las cortes y se convocaron elecciones generales para noviembre de 1933.

El Bienio Conservador (1933-1936)

Las elecciones generales de noviembre del 33 dieron la victoria al centro-derecha.

Paralización de las Reformas

El nuevo gobierno, presidido por Lerroux, inició su mandato paralizando buena parte de las reformas de la época anterior. En el campo se frenó la reforma agraria (devolución de las tierras y se concedió total libertad de contratación). Un tema relacionado con el arrendamiento de las viñas produjo un enfrentamiento entre los propietarios y el gobierno de la Generalitat. El gobierno central también se enemistó con los nacionalistas vascos al paralizar la discusión sobre el estatuto impulsado por el PNV. Por otro lado, se produjo la dotación de un presupuesto para el culto y clero, se aprobó una amnistía para los sublevados con Sanjurjo y para los colaboradores del general Primo de Rivera. El viraje conservador y la obstrucción de la obra reformista del bienio anterior radicalizaron al PSOE y a la UGT. La parte más a la izquierda propone propiciar la revuelta social. El sector más moderado defendía la necesidad de colaborar con los republicanos de izquierda y profundizar en las reformas. La CEDA endureció su posición y reclamó una acción más contundente en el orden público, exigiendo participar directamente en el gobierno, bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario. El presidente Lerroux accedió a estas peticiones y cedió tres ministerios a la CEDA.

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