España entre Revoluciones: De la Gloriosa (1868) a la Restauración Borbónica (1874)

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La Revolución Gloriosa y el Gobierno Provisional (1868-1871)

El sistema isabelino se había agotado, como se evidenció por el pacto de Ostende firmado por diversos grupos políticos. En septiembre de 1868, el almirante Topete lideró un levantamiento en Cádiz que llevó a la revolución conocida como la Gloriosa. Este movimiento incluía a militares destacados y a civiles de clases medias y burguesas, con el objetivo de derrocar a Isabel II.

Aunque los miembros del movimiento eran diversos, su base ideológica inicial se centraba en los ideales demócratas, como el sufragio universal y la eliminación de impuestos que gravaban productos básicos. Las causas de esta alianza variada fueron el bloqueo de la reina a la acción parlamentaria y la crisis económica de 1866. La burguesía alta mostró interés en mantener control sobre los órganos revolucionarios para asegurar una revolución burguesa que consolidara el capitalismo.

Tras la victoria de Serrano en la batalla de Alcolea, Isabel II se exilió en Francia y el poder pasó a una Junta Superior Revolucionaria que intentó moderar las reformas radicales. Las demandas se enfocaron en libertades políticas y económicas, la secularización del Estado y la oposición a los Borbones, lo que consolidó un enfoque burgués alejado del democrático.

El Gobierno Provisional

Esta junta formó un gobierno provisional encabezado por Serrano y Prim. En octubre, el gobierno provisional, compuesto por progresistas y unionistas, enfrentó a demócratas y republicanos, quienes habían sido fundamentales al inicio de la revolución. Su principal objetivo fue el control de la revolución y el restablecimiento del orden social, eliminando las Juntas Revolucionarias y reorganizando la Milicia Nacional.

Se atendieron algunas demandas populares, como la eliminación de impuestos y la emancipación de hijos de esclavos, y se establecieron reformas como el sufragio universal masculino. Sin embargo, se consolidó un orden social burgués y conservador que desatendió las reclamaciones populares, lo que provocó revueltas en varias ciudades.

En las elecciones municipales de diciembre, los republicanos triunfaron en muchas provincias y en enero de 1869 se convocaron elecciones para Cortes Constituyentes, donde los progresistas y unionistas obtuvieron mayoría, pero los republicanos federalistas también lograron un número significativo de diputados. Estas cortes serían responsables de redactar una nueva constitución (la Constitución de 1869).

El Reinado de Amadeo I (1871-1873)

El 30 de diciembre de 1870, Amadeo I llegó a España por el puerto de Cartagena y ese mismo día murió Prim, su principal apoyo político, tras un atentado en Madrid. No se sabe con certeza quién organizó el asesinato, aunque las investigaciones recientes sugieren que fue Antonio de Orleans, el duque de Montpensier.

La llegada de Amadeo a la capital fue menospreciada por la corte, la nobleza y los mandos militares. Esto se evidenció en la falta de apoyo durante una manifestación donde las damas lucieron la flor de lis de los Borbones. Además, Amadeo tenía una mala relación con Serrano y carecía del apoyo de Prim, lo que complicó su reinado.

Inestabilidad Política y Oposición

Los partidarios de Amadeo estaban divididos entre conservadores y reformistas, lo que llevó a enfrentamientos y a un período de inestabilidad política. La represión del movimiento obrero por parte de Sagasta aumentó el rechazo hacia el rey de las clases populares. También, la Iglesia católica se oponía a la casa de Saboya, sumando más problemas en un país ya difícil.

La manipulación electoral de Sagasta sorprendió a Amadeo y generó una mayor oposición entre los republicanos federalistas. Ruiz Zorrilla formó un nuevo gobierno para intentar resolver la situación, pero los problemas continuaron.

Conflictos Armados

  • Guerra de Cuba: Comenzó en 1868 con el levantamiento de Carlos Manuel Céspedes (Grito de Yara) y se intensificó durante el reinado, especialmente con la oposición de un partido esclavista.
  • Tercera Guerra Carlista: Estalló en 1872 y duró hasta 1876, impulsada por carlistas y neocatólicos, liderados por el pretendiente Carlos VII y Cándido Nocedal. A pesar de que los levantamientos iniciales fracasaron, el conflicto se reavivó en 1873, consolidándose los carlistas en el norte y formando un Estado alternativo en Navarra y el País Vasco.

Abdicación

Finalmente, el reinado de Amadeo terminó por la cuestión de los artilleros, un conflicto entre el gobierno y los militares sobre la preeminencia del poder civil sobre el militar. Amadeo, presionado por la situación, abdicó el 10 de febrero de 1873 tras aceptar el nombramiento del general Hidalgo como capitán general de Cataluña, a pesar de la renuncia del cuerpo de artillería que se oponía a él.

La Primera República Española (1873-1874)

En una reunión conjunta del Congreso y el Senado el 11 de febrero de 1873, se proclamó la Primera República española. Este proyecto, sustentado por republicanos federales, radicales y cimbrios, fue breve, durando hasta el 3 de enero de 1874, debido a dudas sobre su legitimidad y a la fuerte división entre los republicanos.

Experimentó una gran inestabilidad, con cuatro presidentes y seis gobiernos en menos de un año:

Presidencia de Figueras

Estanislao Figueras, el primer presidente, adaptó la Constitución de 1869 para la república, abolió la esclavitud en Puerto Rico e impulsó elecciones a Cortes Constituyentes. Sin embargo, un intento de golpe de Estado por parte de los radicales tensó la situación, llevando al exilio a Serrano y otros líderes.

República Federal y Presidencia de Pi i Margall

Tras unas elecciones en mayo, se proclamó la República federal bajo la presidencia de Francisco Pi i Margall. Este presidente enfrentó las guerras carlistas y de Cuba, sin el apoyo militar, y tuvo que lidiar con la Huelga General Revolucionaria de Alcoy, que fue reprimida y contribuyó al estallido de la revolución cantonal.

La Revolución Cantonal

El cantonalismo surgió como respuesta a la percibida derechización de la República, pidiendo reformas como un federalismo aplicado desde abajo (de municipios a cantones y de estos a la federación), democracia directa y reparto de tierras. Comenzó en Cartagena el 12 de julio de 1873 y se expandió a ciudades como Valencia y Sevilla, que se declararon cantones independientes. El gobierno de Pi i Margall se dividió entre los que querían evitar la represión y los que abogaban por la acción militar, lo que llevó a su dimisión. La caída del cantón de Cartagena en enero de 1874 marcó el fin de este movimiento.

Presidencias de Salmerón y Castelar

Como resultado de estas divisiones, Pi y Margall renunció y Nicolás Salmerón asumió la presidencia, manteniendo el proyecto de la constitución republicana federal. Sin embargo, su iniciativa nunca se implementó y dimitió al negarse a firmar sentencias de muerte. Le sucedió Emilio Castelar, quien apoyó una república más centralista y autoritaria, suspendió las sesiones de Cortes y reprimió duramente el cantonalismo, pero enfrentó problemas con las Cortes y las continuas guerras.

El Fin de la República Federal y la República Unitaria

El general Pavía dio un golpe de Estado el 3 de enero de 1874, disolviendo el Congreso y finalizando la República federal. Se estableció una república unitaria y dictatorial bajo la presidencia de Serrano, que suspendió derechos y libertades constitucionales.

Ante la persistente inestabilidad, Cánovas del Castillo conspiró para restaurar la monarquía borbónica. Logró que el 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos realizara un pronunciamiento militar en Sagunto proclamando a Alfonso XII como rey de España. Esto provocó la huida de Serrano y el fin de la etapa del Sexenio Democrático.

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