España a principios del siglo XX: Marruecos, Crisis de 1917 y Dictadura de Primo de Rivera
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Marruecos, la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa
Marruecos
El programa político de Maura alentó la intervención en el norte de Marruecos, cuyo territorio había sido adjudicado a España en la Conferencia de Algeciras (1906). Al iniciarse la explotación minera, los rifeños atacaron a los colonos y tropas españolas, causándole importantes bajas en el Barranco del Lobo, cerca de Melilla. Esta situación dio lugar a la movilización de los reservistas, dando lugar a protestas que culminaron en la Semana Trágica. La acción colonial en Marruecos se ralentizó durante la Primera Guerra Mundial, pero avanzó en los años 20 con la ocupación pacífica de la parte occidental del protectorado. En el verano de 1921, en la parte oriental, el general Fernández Silvestre lideró una operación con el objetivo de ocupar el territorio hasta la bahía de Alhucemas. El líder rifeño Abd el-Krim lideró una rebelión que provocó la derrota de las tropas españolas, llegando a sitiar Melilla. Para frenar el avance marroquí, se mandó a la Legión y tropas desde la península. El desastre de Annual tuvo varias consecuencias:
- Militarmente, el Ejército se polarizó entre los africanistas, partidarios de continuar la guerra pese al fracaso de Annual, y los junteros o pactistas, contrarios a la guerra de Marruecos, y se empezó a analizar las responsabilidades.
- Políticamente, se exigieron responsabilidades en el Congreso.
- Socialmente, acrecentó la oposición contra el gobierno, favoreciendo un clima favorable al golpe de estado de Miguel Primo de Rivera.
La Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa
Los partidos del turnismo político sufrieron las repercusiones de la Primera Guerra Mundial en el campo militar, parlamentario y obrero. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), pese a que ambos bandos ofrecieron compensaciones para que España entrara en guerra, el gobierno de E. Dato declaró la neutralidad, aunque la sociedad se dividió en germanófilos y aliadófilos. La guerra hizo que aumentara la industrialización y la inflación, lo que repercutió de forma negativa en los sectores sociales más desfavorecidos. Esta situación estalló en 1917 en tres crisis que afectaron a todas las clases sociales, pero no están conectadas entre sí:
- Crisis militar: Después del desprestigio del Ejército en el 98, surgieron las Juntas de Defensa que exigían ascensos por antigüedad, mejoras económicas y presionaron políticamente. Dato trató de paralizar el proceso disolviendo las Juntas y deteniendo a sus líderes, pero fracasó después de la intercesión de Alfonso XIII a favor de los intereses militares.
- Crisis parlamentaria: La oposición política criticaba al gobierno porque las Cortes estaban cerradas. Cambó promovió en Cataluña la creación de Cortes Constituyentes y la autonomía de Cataluña, sumándose políticos de la oposición en una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona. El gobierno disolvió la Asamblea y los catalanistas pactaron formar un gobierno de concentración con Dato.
- Crisis obrera: debido a la inflación, CNT y la UGT convocaron en 1917 una huelga general en las zonas más industrializadas y las cuencas mineras, pero los trabajadores agrícolas no se sumaron, permitiendo la sofocación de la huelga por parte del gobierno. La represión y encarcelamiento alentó el movimiento obrero, que volvió a agitarse tras el fin de la guerra por el agravamiento de la situación económica y la influencia de la Revolución Rusa, provocando el Trienio Bolchevique (1918-20). El movimiento obrero y campesino arraigó en Andalucía, el País Vasco y Cataluña (huelga de La Canadiense promovida por la CNT) y se incrementó el pistolerismo obrero, policial y patronal. El gobierno acabó con la agitación político-social mediante una fuerte represión.
La dictadura de Primo de Rivera
Entre 1922 y 1923, la crisis de la reforma del sistema canovista, las consecuencias del desastre de Annual, la conflictividad social, el auge del nacionalismo periférico y la investigación de las responsabilidades de Annual dan lugar a que, en septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se sublevara, proclamara el estado de guerra y tomara el poder con un gobierno militar. El golpista recibió el apoyo de los empresarios, la burguesía y los sectores católicos. La única oposición provino de los partidos republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas vascos y catalanes; todos ellos fueron ilegalizados. El gobierno de Primo de Rivera se puede dividir en dos etapas:
Directorio Militar (1923-1925)
Primo de Rivera disolvió las Cámaras políticas, anuló los derechos, gobernó mediante decretos y militarizó el orden público para acabar con las huelgas. El dictador carecía de un partido propio, aunque luego creó la Unión Patriótica con el fin de buscar apoyo social. Primo de Rivera fue rechazado en Cataluña por disolver la Mancomunidad, prohibir la bandera y el uso oficial de la lengua, y en el País Vasco. Su gobierno perduró gracias a:
- Buen contexto económico internacional y el apoyo de terratenientes e industriales.
- Férreo control y dominio del orden público: empleó al Ejército contra la CNT y las huelgas incontroladas.
- Finalizó la guerra de Marruecos. Al principio, era partidario de abandonar Marruecos, pero recibió la oposición de los africanistas liderados por F. Franco y J. Sanjurjo. Sin embargo, el ataque de Abd el-Krim al Protectorado francés provocó un acuerdo militar entre España y Francia, y dio lugar a una acción militar conjunta y la posterior rendición de los rifeños (1927).
Directorio Civil (1925-1930)
Aprovechando el fin de la guerra de Marruecos y la buena coyuntura política y económico-social, el dictador quiso seguir en el poder con un gobierno civil. P. Rivera imitó al fascismo italiano, creó la Asamblea Nacional Consultiva con miembros de la UP, redactó un Proyecto de Constitución y la Organización Corporativa del Trabajo para arbitrar las relaciones patronal-obrero. Económicamente, favoreció el intervencionismo estatal y el proteccionismo económico. Fomentó el empleo mediante una política de obras públicas, creó monopolios estatales y favoreció eventos internacionales para dar apoyo al régimen. A finales de la década, la Dictadura experimentó un incremento de la oposición civil y militar por parte de:
- Los partidos del antiguo régimen canovista, que querían elecciones y promovieron un golpe que fracasó.
- Los republicanos, que se agruparon en la Alianza Republicana.
- Los catalanistas.
- Los partidos y sindicatos obreros. La CNT se dividió, apareciendo una línea radical y violenta que fundaría en 1927 la FAI, que pretendía coordinar los esfuerzos de los anarquistas.
La crisis económica internacional de 1929 provocó el déficit económico. Alfonso XIII le retiró a Primo de Rivera su confianza, por lo que el dictador finalizó su mandato y se exilió a París, donde falleció.