España Isabelina: Hegemonía Liberal, Crisis y Fin del Reinado

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La Hegemonía de la Unión Liberal

El nuevo gobierno, presidido por O'Donnell, llevó a cabo el desmantelamiento de toda la labor política y legislativa del Bienio Progresista, pero se mantuvieron las leyes progresistas, lo que motivó su destitución por la reina para nombrar un gobierno moderado presidido por Narváez. Las medidas de este gobierno tenían como meta la vuelta al moderantismo más conservador y autoritario. Narváez derogó la modificación de la Constitución de 1845, haciéndola más liberal.

De la labor legislativa destaca la **Ley de Instrucción Pública**, que reguló el sistema educativo. En 1857 se conoció una grave crisis por la escasez de trigo que agudizó los conflictos sociales. La respuesta del gobierno fue la represión de las protestas. Sin motivo aparente, en 1857, Narváez presentó su dimisión. La reina llamó de nuevo a O'Donnell para formar gobierno, siendo esta la etapa más estable de este periodo.

El gobierno largo de O'Donnell produjo una estabilidad, ya que la concentración de poder en una sola persona daba gran fortaleza. Su acción de gobierno retomó una parte de la labor del Bienio Progresista, pero más bien hubo una actitud de distanciamiento de ambos extremos políticos. Si bien se restableció la legislación desamortizadora, no se tocó la Constitución de 1845. La orientación política de esta fase podría definirse como **moderantismo político**. Las nuevas Cortes surgieron de las elecciones de 1858. La política exterior de O'Donnell tuvo varios episodios notables, el más importante fue la **Guerra de África**, de la que España salió reforzada.

En esta etapa se aprobaron leyes importantes en la conformación del nuevo sistema administrativo.

El Liberalismo en Crisis: Revolución y Fin del Reinado

Dos problemas se cruzaron en el camino de la política de la Unión Liberal: la tendencia a la división interna de los partidos y la constante injerencia de la reina en los asuntos de gobierno.

La crisis del gobierno largo tuvo lugar en 1863 y se resolvió con el nombramiento de un moderado. Tanto la Unión Liberal como el partido progresista optaron por el retiramiento. En estos años de desgaste progresivo del régimen isabelino no se pudo poner en práctica ese doble objetivo: la alternativa en el poder e integrar a los progresistas en el juego político.

La grave **crisis económica** desatada en 1866 no hizo más que acelerar la descomposición del régimen isabelino. Dos meses después de la intentona de cuartel de San Gil, se firmaba el **Pacto de Ostende** entre el partido progresista y el demócrata para desalojar del trono a Isabel II.

La reina encargó el nuevo gobierno a Narváez, quien falleció en el ejercicio del poder. Con ello y la separación de O'Donnell, se podía dar por terminado el reinado de Isabel II.

La crisis económica de 1866 afectó a todos los sectores productivos y a las finanzas.

En 1868, el almirante Juan Bautista Topete se sublevó en Cádiz con la escuadra a su mando y con el grito "**Viva España con honra**", que sería un símbolo unido a esta revolución, conocida como **La Gloriosa**.

Como consecuencia de estos acontecimientos, la reina se vio obligada a exiliarse, con lo que acabó el reinado de Isabel II.

En Castilla-La Mancha, los carlistas no lograron el éxito que esperaban. Sin embargo, este fracaso inicial no desanimó a los seguidores de Don Carlos y rápidamente se formaron guerrillas. Javier de Burgos hará una reforma sobre la división del territorio español, estructurando a España en provincias y regiones. Al frente de cada provincia existirá la figura de un jefe político. El republicanismo se inicia de la mano del periodismo, con la aparición del Partido Democrático.

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