España en la Encrucijada: Derrota Napoleónica y el Legado de las Cortes de Cádiz
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El Declive Napoleónico en España: De Arapiles a Valençay
En 1810, al no hallar Napoleón la sumisión esperada en su hermano José I, creó cuatro gobiernos militares en el norte de España, separándolos del gobierno de Madrid.
En la primavera de 1812, la Guerra de la Independencia dio un giro definitivo. Lo que en un principio parecía un paseo militar se había convertido en un atolladero que obligaba a Napoleón a mantener un gran número de tropas, cada vez más necesarias en el frente ruso. La retirada de tropas podía llevar a Francia al desastre, lo que ocurrió en julio de 1812 cuando el general Wellington, al frente de tropas inglesas, portuguesas y españolas, y ayudado por la guerrilla, derrotó a los franceses en la Batalla de los Arapiles. Esta victoria permitió expulsar a los franceses de Andalucía y la entrada en Madrid, aunque una nueva contraofensiva francesa devolvió temporalmente la situación anterior. Sin embargo, la estrategia de Wellington se había revelado efectiva.
En la primavera de 1813, el general inglés lanzó un nuevo ataque. Los franceses se replegaron hacia Vitoria, donde sufrieron una grave derrota en la Batalla de Vitoria. Vencido también en Rusia y Alemania, Napoleón llegó a un acuerdo con Fernando VII, al que devolvió la corona de España por el Tratado de Valençay.
El Programa Revolucionario de las Cortes de Cádiz
Convocatoria y Composición de las Cortes
Aunque la idea de una reunión de Cortes Generales para reorganizar la vida pública ante el vacío de poder se había replanteado, la Regencia no se dedicó a convocarlas hasta que llegó a Cádiz la noticia del establecimiento de poderes locales en América, lo que podía poner en peligro el Imperio Español.
Las Cortes inauguraron sus reuniones en septiembre de 1810 con el juramento de los diputados de defender la integridad de la nación española. A causa de las dificultades de la guerra, la alta nobleza y la jerarquía eclesiástica apenas estuvieron representadas en Cádiz. Tampoco asistieron los delegados de las provincias ocupadas (la mayoría), a los que se buscó suplentes gaditanos, lo mismo que a los representantes de la América española.
Predominaban en las Cortes las clases medias con formación intelectual: eclesiásticos, abogados, militares y catedráticos, aunque no había representantes de las clases populares ni mujeres.
La Revolución Liberal y las Tendencias Políticas
Al autoconstituirse en asamblea constituyente y asumir la soberanía nacional, los diputados gaditanos iniciaron la revolución liberal. Con la concesión de iguales derechos a todos los ciudadanos, incluidos los de América, convertían a España y a sus colonias en una única nación repartida a ambos lados del océano.
De inmediato surgieron dos grandes tendencias en las Cortes: los liberales, partidarios de profundas reformas y de un nuevo orden constitucional, y los serviles (o absolutistas), que pretendían mantener el viejo orden monárquico y el Antiguo Régimen. La prensa, en su mayoría, fue partidaria de los liberales, mientras que los púlpitos de las iglesias estuvieron a favor de los absolutistas.