España en Conflicto: Estructuras Políticas y Económicas de la Guerra Civil (1936-1939)
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Contexto de la Guerra Civil Española (1936-1939)
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), España quedó dividida entre el bando republicano y el sublevado, cada uno con modelos políticos y económicos opuestos. Este conflicto fratricida marcó profundamente la historia del país.
El Bando Republicano
Organización Política Republicana
Tras el fracaso del golpe del 18 de julio, Manuel Azaña nombró a José Giral como jefe de gobierno, quien armó a sindicatos y partidos de izquierda. Esto provocó la aparición de milicias y comités revolucionarios, con un notable protagonismo anarquista, generando violencia anticlerical y un cierto caos militar.
En septiembre de 1936, Francisco Largo Caballero formó un gobierno de unidad que incluyó a comunistas, anarquistas y nacionalistas. Durante su mandato, se creó el Ejército Popular, se reorganizó la justicia y se nombró a Vicente Rojo jefe del Estado Mayor. Sin embargo, su gobierno se debilitó tras la crucial Batalla de Madrid y los enfrentamientos de mayo de 1937 en Barcelona. Al negarse a ilegalizar el POUM, Largo Caballero dimitió.
Le sucedió Juan Negrín, un socialista apoyado por el PCE, quien buscó alargar la guerra con la esperanza de que estallara un conflicto europeo que pudiera cambiar el rumbo. Intentó una rendición pactada, pero el general Franco solo aceptaba la rendición total e incondicional. Finalmente, en marzo de 1939, Negrín fue destituido por el coronel Casado y marchó al exilio.
Economía en la Zona Republicana
Económicamente, la República controlaba importantes zonas industriales, pero sufría una severa escasez agrícola. Se llevaron a cabo colectivizaciones de tierras e industrias, con resultados irregulares y a menudo controvertidos. Para financiar el esfuerzo bélico, Negrín tomó la polémica decisión de enviar el 70 % del oro del Banco de España a la URSS, una medida que generó gran debate y críticas.
El Bando Sublevado
Consolidación del Poder Sublevado
En la zona sublevada, el poder era compartido inicialmente por carlistas, falangistas y monárquicos. Tras la muerte de Sanjurjo, Francisco Franco fue nombrado Jefe del Estado y del Ejército en octubre de 1936, consolidando rápidamente su liderazgo. En 1937, decretó la Unificación de Falange y carlistas en la formación conocida como FET y de las JONS, sentando las bases de un régimen autoritario basado en el ejército, la Iglesia y la Falange.
En enero de 1938, Franco formó su primer gobierno en Burgos, derogó la Constitución republicana y prohibió todos los partidos políticos y sindicatos, estableciendo un control férreo sobre la sociedad.
Economía en la Zona Sublevada
Los sublevados controlaban desde el inicio zonas agrícolas clave, lo que les proporcionó una ventaja en el suministro de alimentos. Al conquistar el norte industrial en 1937, consolidaron aún más su poder económico. A diferencia de la zona republicana, no hubo colectivizaciones; por el contrario, las tierras expropiadas por la República fueron devueltas a sus antiguos propietarios. El apoyo económico y militar de Alemania e Italia, a través de préstamos, tropas y armas, fue fundamental para el sostenimiento del bando sublevado.
La Dimensión Internacional del Conflicto
La dimensión internacional fue un factor clave en el desarrollo y desenlace de la Guerra Civil. El bando nacional recibió un significativo apoyo de:
- Alemania (Legión Cóndor)
- Italia (Corpo Truppe Volontarie)
- Portugal
- El Vaticano
Por su parte, la República solo fue respaldada por la URSS y México. El Comité de No Intervención, impulsado por las democracias europeas (principalmente Reino Unido y Francia), frenó la ayuda al gobierno legítimo, lo que perjudicó gravemente al bando republicano.
Miles de voluntarios antifascistas de todo el mundo formaron las Brigadas Internacionales, que combatieron valientemente en defensa de la República hasta su disolución en 1938.
Legado y Consecuencias
La Guerra Civil Española anticipó el choque ideológico y militar entre fascismo, comunismo y democracia que caracterizaría la siguiente década. Medio año después de su final, estalló la Segunda Guerra Mundial, confirmando el carácter premonitorio del conflicto español.