España 1933-1936: Del Bienio Conservador al Frente Popular y la Crisis Republicana

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El Bienio Conservador y el Frente Popular (1933-1936)

Los Gobiernos de Derechas (1933-1934)

La dura represión del levantamiento de Casas Viejas provocó una grave crisis en el gobierno republicano-socialista, llevando a la dimisión de Manuel Azaña. El presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones.

Las elecciones de noviembre de 1933, las primeras en las que votaron las mujeres en España, fueron ganadas por los partidos de derechas (con un 40% de los votos) y de centro (21%). Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, fue elegido jefe del gobierno con el apoyo parlamentario de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).

Este nuevo gobierno, conocido como Bienio Conservador o Radical-Cedista, inició un proceso de desmantelamiento de la obra reformista del bienio anterior:

  • Paralizó la reforma agraria y la reforma militar.
  • Modificó la política religiosa, buscando un acercamiento a la Iglesia Católica.
  • Concedió una amnistía a los implicados en el golpe de Estado de Sanjurjo (1932).

En el contexto de la Gran Depresión mundial iniciada en 1929, el paro y las huelgas aumentaron considerablemente en España.

Las Revueltas de 1934

El conflicto estalló en octubre de 1934, tras una remodelación del gobierno que incluyó la entrada de tres ministros de la CEDA. Como respuesta, al día siguiente, la UGT (Unión General de Trabajadores) convocó una huelga general, aunque tuvo un seguimiento desigual en el país.

La Revolución de Asturias

En Asturias, la huelga derivó en una auténtica revolución social. Mineros anarquistas, socialistas y comunistas ocuparon las cuencas mineras y proclamaron la revolución. El levantamiento fue finalmente sofocado por el ejército, enviado por el gobierno, y la represión posterior fue muy dura.

La Proclamación del Estado Catalán

En Cataluña, la insurrección estuvo dirigida por la izquierda nacionalista. El presidente de la Generalitat, Lluís Companys, encabezó el movimiento y proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Sin embargo, la rebelión no contó con el apoyo decisivo del sindicato anarquista (CNT) y fue rápidamente sofocada por el ejército. Como consecuencia, se disolvió la Generalitat, se encarceló a Companys y a otros políticos catalanes, y se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña.

El Triunfo del Frente Popular (Febrero 1936)

El desacuerdo creciente entre los socios de la coalición gubernamental (Partido Radical y CEDA), junto con escándalos de corrupción que afectaron a los radicales (como el caso del Estraperlo), provocaron una nueva crisis política y la convocatoria de elecciones para febrero de 1936.

Las fuerzas de izquierda (republicanos, socialistas, comunistas) se agruparon en una coalición electoral denominada Frente Popular. Su programa se centraba en recuperar las reformas del primer bienio republicano y conceder una amnistía para los represaliados por los sucesos de 1934. Incluso dirigentes de la CNT, tradicionalmente abstencionista, pidieron el voto para esta coalición.

La derecha, por su parte, se presentó unida en diversas coaliciones que agrupaban a cedistas, radicales, monárquicos y tradicionalistas. Su objetivo era profundizar el giro conservador iniciado en el bienio anterior y, eventualmente, modificar la Constitución.

Las elecciones dieron una ajustada victoria al Frente Popular. En mayo de 1936, Manuel Azaña fue elegido presidente de la República, y Santiago Casares Quiroga (republicano de izquierda) fue nombrado jefe de gobierno.

La Obra del Gobierno del Frente Popular

El nuevo gobierno de izquierdas rápidamente reanudó el proceso reformista:

  • Se decretó una amnistía para los presos políticos de la revuelta de 1934.
  • Se reactivó la reforma agraria.
  • Se alejó de los puestos clave a los generales considerados sospechosos de golpismo (como Franco, Mola y Goded).
  • Se reinstauró la Generalitat de Cataluña.
  • Se impulsaron los procesos para aprobar los estatutos de autonomía del País Vasco y Galicia.

La Polarización y la Preparación del Golpe de Estado

La victoria del Frente Popular acentuó la polarización política y social en España. La división entre derechas e izquierdas se hizo cada vez más profunda y se trasladó a la calle.

Los sectores más radicales de la izquierda (parte del socialismo, anarquistas) presionaban para avanzar hacia una revolución social. Por otro lado, la extrema derecha y sectores del ejército consideraban ilegítimo al gobierno del Frente Popular y conspiraban activamente para derrocarlo mediante un golpe de Estado.

El clima de tensión social se manifestó en numerosos enfrentamientos violentos y asesinatos políticos. Un hecho clave fue el asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo (socialista), seguido, como represalia, por el asesinato del destacado diputado monárquico José Calvo Sotelo en julio de 1936. Este último suceso fue utilizado por las fuerzas contrarias a la República como pretexto para acelerar sus planes golpistas y justificar la sublevación militar que pretendía interrumpir por las armas el proceso reformista republicano, dando inicio a la Guerra Civil Española.

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