España en 1917: Crisis, Agitación Social y la Guerra de Marruecos
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La Intervención en Marruecos, Repercusiones de la Primera Guerra Mundial en España, la Crisis de 1917 y el Trienio Bolchevique
1. Crisis de 1917 y sus Consecuencias
A comienzos de 1917, España vivía una situación de descontento social, agravada por la Primera Guerra Mundial. Aunque la economía creció gracias a las exportaciones, esto causó el empobrecimiento de las clases medias debido a la notable subida de precios en el mercado.
La crisis estalló en marzo de 1917, cuando la CNT y la UGT convocaron una huelga para protestar ante el encarecimiento de los productos de primera necesidad y la bajada de los salarios.
Durante el verano de ese año, el Gobierno tuvo que hacer frente a una crisis generalizada que se manifestó en tres ámbitos:
- Conflicto obrero: Debido a la huelga convocada por la UGT y la CNT.
- Conflicto militar: Los militares se organizaron en Juntas de Defensa, ya que estaban en desacuerdo con el sistema de ascensos de los oficiales que beneficiaba a los militares africanistas.
- Conflicto político: Los partidos opositores se reunieron en la Asamblea de Parlamentarios, en la que reclamaban la formación de un gobierno provisional, la celebración de Cortes Constituyentes y la descentralización del Estado.
La reacción del gobierno fue represiva: la huelga fue duramente reprimida por el ejército y se encarceló a los miembros del comité de huelga, las Juntas de Defensa fueron disueltas y el Gobierno prohibió la reunión de diputados y senadores. Ante el peligro de una revuelta y de la ruptura del país, el ejército apoyó a la monarquía.
La crisis tuvo especial impacto en Cataluña, que era la zona más industrializada. El movimiento huelguístico fue sofocado con un acuerdo que incluía jornadas laborales de ocho horas; sin embargo, su incumplimiento reactivó el conflicto y produjo una radicalización de las posturas que derivó en el pistolerismo.
2. Consecuencias Políticas y el Trienio Bolchevique
La crisis de 1917 agravó la situación política. Por un lado, la fragmentación de los partidos de turno impedía la existencia de mayorías parlamentarias estables. Para superar esta situación, el sistema recurrió a una nueva fórmula, los gobiernos de concentración, que integraban a los partidos dinásticos y a algunos de la Asamblea de Parlamentarios y la Lliga Regionalista. El más relevante fue el Gobierno Nacional, presidido por Maura en 1918.
Tras el fracaso de los gobiernos de concentración, se volvió al turno de partidos, pero se sucedieron una serie de gobiernos inestables que ratificaban el estado de crisis permanente.
Tras la Primera Guerra Mundial se produjo un fuerte sindicalismo que, sumado al triunfo bolchevique en Rusia, incrementó el ánimo de las organizaciones obreras. Se consiguió una jornada laboral de ocho horas y se creó el Ministerio de Trabajo.
En Andalucía se produjo entre 1918 y 1920 una gran agitación en el campo que dio lugar al “Trienio Bolchevique”, debido a la miseria de los jornaleros, la carestía de la vida y la influencia de la Revolución Rusa. Fue dirigido por UGT y CNT; ocuparon campos, repartieron tierras y tomaron ayuntamientos. Esta agitación terminó en 1920 con una dura represión.
3. La Cuestión de Marruecos
En la Cuestión de Marruecos, España, sin su imperio, intentó participar en el reparto de África. Tras la Conferencia de Algeciras, se le concedió el norte del territorio. La población rifeña quería su independencia, así que mostraron gran hostilidad hacia los españoles.
El general Silvestre lideró el ataque, pero resultó ser un desastre: el Desastre de Annual. Desde el parlamento se pidieron responsabilidades y se abrió el Expediente Picasso. Con el general Primo de Rivera se proclamó el estado de guerra en 1923, lo que finalmente desencadenó el golpe de Estado, anulando la Constitución y abriendo un abismo entre la monarquía y la clase política.