El Espacio y el Simbolismo en La Fundación de Buero Vallejo

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El Espacio Real y el Espacio Soñado

Los novedosos planteamientos hacen que el espectador siga la evolución de la “ficción” a la “realidad”. El escenario, para el espectador, se forja en la mente de Tomás, y la puesta en escena cambia conforme va recuperando la cordura. Por ello, se perciben distintas transformaciones como por ejemplo, las librerías en paredes. La trama se centra en el progresivo desmoronamiento, representada en un lugar indeterminado de forma que la obra se universalice y sea aplicable a cualquier parte donde se haya sufrido represión ideológica. Comienza con la aparición de cinco personajes en la habitación de un centro de investigación moderno. La Fundación, con vistas a un hermoso paisaje que irá sufriendo transformaciones físicas y metafísicas fruto de la concepción de la realidad de Tomás, acabará siendo una cárcel y ellos los prisioneros condenados a muerte. Estos hechos explican la falta de coherencia de las conductas de los otros personajes y la falta de relación con el espacio donde se desarrolla. Pero a medida que la transformación sigue su curso, nos daremos cuenta de que ese sueño es una pesadilla que nos traslada a la realidad. De este modo, 'La Fundación' es el espacio percibido inicialmente donde se encuentran los personajes, mientras que la 'cárcel' es el lugar real donde transcurre la acción y que se revela a medida que avanza la obra. Esta visión del mismo espacio es lo que le crea cierta frustración. Por último, el paisaje es la libertad, la vida y no la muerte, todo lo contrario a lo que significa la cárcel. Cuando el espacio escénico queda vacío al final del drama, la celda se transforma de nuevo en la hermosa habitación de La Fundación, lista para acoger a nuevos inquilinos. La “fábula” se muerde la cola y vuelve a empezar.

La Iluminación y los Efectos Sonoros

Buero hace uso de la iluminación para transformar el espacio, pasando de una luz clara al inicio de la obra en La Fundación, y transformándose progresivamente en una oscuridad tenebrosa a medida que el espacio va cambiando y se convierte en una cárcel. La lámpara que solo ve Tomás en la celda de la cárcel adquiere un carácter simbólico cuando en un determinado momento de la obra, esta no se enciende, lo que podría entenderse como un avance en la recuperación de la cordura del protagonista. Asimismo, ocurrirá algo parecido cuando días después, las luces de la cárcel no se apaguen. Tras ello, los personajes serían trasladados poco a poco. La música también adquiere un significado especial. La Pastoral de Rossini que abre y cierra la obra, crea el ambiente adecuado para la ensoñación. Al final de la obra transmite esperanza, pero debido a la estructura circular de la obra, nos invita a reflexionar sobre si hemos salido realmente de La Fundación, o por el contrario todo ha sido un sueño. Por último, hay que considerar también la mímica para resaltar algunos detalles importantes como cuando habla por un teléfono imaginario o cuando enciende una lámpara que nadie veía, y a su vez, las constantes recurrencias artísticas como la continua referencia al paisaje de Turner divisado desde el ventanal o la mención a un cuadro de unos ratones enjaulados del pintor Tom Murray, que incrementan la sensación de alucinación de Tomás.

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