La Esencia de lo Público: Desafíos y Perspectivas en la Sociedad Actual

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Ha sido una doctrina antigua que el Derecho público se ocupa de los intereses públicos y el derecho privado trata de los intereses de los 'particulares'. Lo que está hoy en cuestión es qué es "lo público".

Si una empresa que fabrica automóviles quiere establecerse en Jerez creando 2.000 puestos de trabajo, ¿las autoridades de Jerez deben desentenderse de este tema alegando que se trata de la instalación de una empresa privada que solo quiere ganar dinero para sus accionistas? Lo público es lo que alivia una carencia de todos y de cada uno, sea una necesidad física o una necesidad que surge desde la libertad que es necesario reconocer a la dignidad propia de todo ser humano.

Lo procedente sería extender 'lo público', reconduciéndolo a todas las necesidades que realmente soportan los ciudadanos. Es decir, hay que mostrar la dimensión pública de lo que aparentemente es solo privado.

Consideraciones Pragmáticas sobre lo Público y lo Privado

Las personas no podemos escindirnos entre nuestros 'sectores' público-privado. Un funcionario desempeña una función pública, pero en la vida cotidiana es un ciudadano más que compra, alquila, etc.

Es difícil extender 'lo público' porque —reitero— hay quienes quieren dos sectores separados. Suele tratarse de personas que han encontrado en la Administración su modus vivendi. Un hecho está claro: el Estado nació en 1789 en oposición plena a la Monarquía y a la Iglesia. En el Continente (el problema de los EE. UU. fue algo distinto), el Estado fue creación de las izquierdas; de hecho, en el siglo XIX el término "Estado" era el usado por las izquierdas. Las derechas usaban el de "Nación".

Aunque parezca paradójico, a veces los grandes defensores de la separación público-privado son hoy los liberales. En la reacción que siguió a la Segunda Guerra Mundial, ocuparon buena parte de los medios decisivos para la formación de la opinión pública y la dirección de la política interna de cada Estado.

Los principales constitucionalistas (Häberle, Böckenförde) les reprochan a los liberales que reclaman solo una libertad que ellos ya tienen y que desean conservar. Quieren que los ciudadanos se conviertan en clones de ellos mismos. Además, los liberales se comportan de forma poco liberal en el momento de repartirse la adjudicación de los medios, las ayudas, etc.

Reflexiones Finales: El Individuo y el Estado

Los liberales y las izquierdas han hecho suya la imagen óptica que reproduce individuos aislados en un espacio humano presocial (Habermas, Rawls), y tratan de que esa imagen permanezca tal cual en la sociedad actual.

En este esquema, todo lo que se 'interponga' entre cada individuo y el Estado es mal visto. Realmente, ¿tan difícil es reconocer que para una persona normal sus hijos o su profesión son más importantes para ella que el cambio del Gobierno, y que esto es plenamente racional?

El nombre de 'sociedades intermedias' no tiene más sentido que el que resulta de aceptar acríticamente aquella imagen óptico-geométrica inicial.

Cada ser humano porta en sí la dignidad de toda la humanidad, y su dignidad exige que sea él quien resuelva sus problemas fundamentales. Ciertamente, una persona concreta no puede crear hospitales o carreteras, pero debe profundizar en el sentido de la democracia.

Es cierto que la mayor parte de la gente quiere que 'se' les resuelvan sus problemas. Pero una persona que no tiene capacidad de decidir porque la ha delegado en exceso era llamada en lengua latina un abjectus (abyecto). El ser abjectus por excelencia era el esclavo.

Las personas han de tener claramente la posibilidad de actuar por sí, o reunidas. En la China de Mao, una pareja fue ejecutada porque decidieron por sí mismos contraer matrimonio, sin considerar la opinión del Partido: este es un caso extremo, propio de terrorismo argumentativo, pero ilustrativo.

Hoy las cosas no son tan radicales; pero, en España, en plena democracia, durante muchos años las televisiones locales han sido ilegales porque se precisa una autorización muy especial para crear un medio de este tipo.

El poder jurisdiccional, y con él el poder del Estado, ha de ser supremo, pero esto no implica necesariamente que haya de ser único.

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