Esencia y Características de los Valores: Un Enfoque Filosófico
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He aquí un ejemplo de objetos que necesariamente están adheridos el uno al otro. Ahora bien, ontológicamente podemos separar el espacio y el color; pero el valor y la cosa que tiene valor no los podemos separar ontológicamente, y esto es lo característico: que el valor no es un ente, sino que es siempre algo que adhiere a la cosa y, por consiguiente, es lo que llamamos vulgarmente una cualidad. El valor es una cualidad. Llegamos con esto a la segunda categoría de esta esfera. La segunda categoría es la cualidad. Los valores tienen la primera categoría de valer, en vez de ser; y la segunda categoría de la cualidad pura.
La Cualidad Irreal de los Valores
La cualidad: Es una cualidad irreal, o sea, que no es real porque no es cosa. Si yo me represento el verde aparte de la lámpara, puedo considerar la verdosidad como algo real, porque tiene todos los caracteres de la realidad; tiene ser, tiene espacialidad, tiene temporalidad y causalidad. Pero si yo separo la **belleza** de aquello que es bello, la belleza carece de ser. Tampoco es una cualidad ideal porque, así como lo real es lo que tiene causa y produce efectos, habíamos dicho que lo ideal es lo que tiene fundamento y consecuencia. El triángulo, el círculo, el número 3, cualquier objeto matemático, las relaciones, son ideales; lo cual quiere decir que su modo de conexión no es el modo de conexión por causa y efecto, sino el modo de conexión por fundamento y consecuencia. Son extraños por completo a la cantidad; y siendo extraños a la cantidad, lo son al tiempo y al espacio. Cuando una cosa es valiosa, cuando un cuadro es bello, o un acto es justo o generoso, lo es independientemente del tiempo, del espacio y del número. Los valores son absolutos.
El Absolutismo de los Valores
Si no fueran absolutos los valores, ¿qué serían? Tendrían que ser relativos. Y ¿qué significa ser relativo? Significa ser valor para unos individuos y para otros no; para unas épocas históricas y para otras no. Pero esto no puede acontecer con los valores; porque hemos visto que los valores son ajenos al tiempo, al espacio y al número. Si hubiese valores que fuesen valores para unos y para otros no, serían dependientes de esos unos, para quienes son valores y no dependientes de aquellos otros; es decir, estarían en relación al tiempo, y no pueden estarlo. Si decimos que puede haber valores que lo son para una época histórica y para otra no, también estarían en dependencia de tiempo y de espacio, y no pueden estarlo. Los valores no son entes, sino valentes; que los valores son cualidades de cosas, cualidades irreales, cualidades ajenas a la cantidad, al tiempo, al número, al espacio y absolutas.
La Polaridad de los Valores
La polaridad: Toda no-indiferencia implica estructuralmente, de un modo necesario, la polaridad. Porque siempre hay dos posibilidades de alejarse del punto de indiferencia. Si al punto de indiferencia lo llamamos simbólicamente "O" (cero), la no-indiferencia tendrá que consistir, necesariamente, por ley de su estructura esencial, en un alejamiento del cero, positivo o negativo. Esto quiere decir que en la entraña misma del valer está contenido el que los valores tengan polaridad: un polo positivo y un polo negativo. Todo valor tiene su contravalor. Al valor conveniente se contrapone el valor inconveniente (contravalor); a bueno se contrapone malo; a generoso se contrapone mezquino; a bello se contrapone feo; a sublime se contrapone ridículo; a santo se contrapone profano. No hay, no puede haber, un solo valor que sea solo, sino que todo valor tiene su contravalor negativo o positivo.
Polaridad Psicológica vs. Polaridad Axiológica
Pero hay dos tipos de polaridad: la polaridad de los sentimientos, la polaridad psicológica, y la polaridad de los valores o axiológica. ¿Y en qué se diferencian estos dos tipos de polaridad? En que la polaridad de los sentimientos, a fuer de subjetiva, es una polaridad infundada; no digo lógicamente infundada, sino infundada, sin "lógicamente". Mientras que la polaridad de los valores es una polaridad fundada, porque los valores expresan cualidades irreales, pero objetivas, de las cosas mismas, cualidades de las cosas mismas; en cambio los sentimientos lo que hacen es representar vivencias internas del alma, cuya polaridad está causalmente fundada. Esta es la razón por la cual los psicólogos han podido confundir los sentimientos con los valores. Tenían esto de común: la polaridad.