La Escultura Románica y su Expansión en la Península Ibérica

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La Escultura Románica: Función y Mensaje

Función Decorativa y Narrativa

La escultura románica posee un carácter decorativo fundamental. Su función principal es embellecer los templos, por este motivo está sujeta a la arquitectura y no se concibe como estatuaria exenta. En este sentido, cumple la "ley del marco", exigiéndose que las figuras se adapten a la estructura arquitectónica.

Por otra parte, su intención es comunicar un mensaje. Los programas iconográficos son ilustraciones de sermones y de textos religiosos, teniendo cada escena su lugar predeterminado; por lo que hay que distinguir entre la escultura en sí y el mensaje dirigido al pueblo, generalmente inculto y analfabeto.

Por tanto, los dos campos principales en los que aparece la escultura románica serán:

  • Las portadas en el exterior: Aquí, los temas hacen alusión generalmente al pecado, adquiriendo un mayor desarrollo en el tímpano. No obstante, también podemos encontrar decoración escultórica en las arquivoltas, adosada a las columnas de las jambas, en los capiteles de estas y en el parteluz.
  • Los capiteles de las columnas en los interiores: Con temas también referentes al hombre vencido por el pecado o tentado por el diablo, o bien temas evangélicos de carácter ilustrativo en las iglesias.

Temas Iconográficos Clave

En los tímpanos de las portadas, aunque podemos encontrar otros, los dos temas más repetidos y característicos del estilo son:

  • El Pantocrátor: También conocido como el Todopoderoso o Cristo en Majestad, según se narra en el Apocalipsis de San Juan. Se representa con el Tetramorfos, los símbolos de los Cuatro Evangelistas (San Mateo como un hombre o ángel, San Juan como un águila, San Marcos como un león y San Lucas como un toro), contemplados por los Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis.
  • El Juicio Final.

El Románico en la Península Ibérica: Orígenes y Corrientes

Del Prerrománico al Esplendor Románico

Entre los siglos V y X, se desarrollaron en España cuatro estilos prerrománicos: el visigodo, el asturiano, el mozárabe y el prerrománico oriental o catalán. Sin embargo, cuando el Románico irrumpe en el siglo XI, desborda todo concepto de estilo y se consolida como la representación de una civilización entera: el feudalismo europeo occidental.

A diferencia de los estilos anteriores, que no lograron trascender fronteras, el Románico se extiende, en cambio, como una ola por toda Europa. En sus zonas de contacto con la cultura musulmana (como la Península Ibérica y el sur de Italia), produce nuevos estilos eclécticos y mezclados.

Diversidad Regional y Influencias

Es importante destacar que el Románico no fue uniforme en toda la zona cristiana, del mismo modo que la sociedad y la economía de los diferentes reinos tampoco lo eran. Por ejemplo, el núcleo feudal más importante de la Península fue el catalán. En Castilla y León, no existió un feudalismo típico, sino una forma afín, un sucedáneo denominado "señorío", en el cual el poder central del rey era mucho más poderoso como fruto de la Reconquista. Estas diferentes sociedades asimilaron románicos distintos, y además, recibieron dos grandes corrientes:

  • Corriente Oriental (Pirineo catalán y aragonés): Más antigua, se desarrolla del siglo XI al XII bajo la influencia del norte de Italia (Lombardía) y del sur de Francia (Languedoc y Provenza). En esta zona oriental de la península, no solo el estilo fue lombardo, sino que también muchos arquitectos de esa procedencia elevaron obras para abades y nobles catalanes y oscenses.
  • Corriente Cluniaciense (Camino de Santiago): Proviene del núcleo francés borgoñón y es la típicamente cluniaciense, la que se infiltra en la península a través del Camino de Santiago. Este es un tipo de románico más evolucionado y con mayores medios financieros, potenciado por el reinado de Sancho III el Mayor de Navarra.

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